Psicologia Infantil
Enviado por ymiel • 30 de Octubre de 2013 • 1.958 Palabras (8 Páginas) • 272 Visitas
PERIODO DE EXPANSION SUBJETIVA
(DE 1 A 3 AÑOS)
Caracterización del estadio
La adquisición de la marcha asegura al niño una movilidad que, en el plano motor, del parasitismo inicial y le confiere un principio de independencia, esto sucede en los 2 años.
A lo largo del 2° y 3° año descubre el niño el sistema prefabricado de signos sonoros que le ofrece su medio social; y despliega una actividad prodigiosa en asimilárselos.
Acomodamiento verbal; es cuando el niño se apropia el sistema lingüístico de su grupo social, lo que le permitirá explorar el mundo en un plano nuevo y estructurar su pensamiento, ese pensamiento está aun cargado de las adherencias afectivas y activas que caracterizan la experiencia infantil.
El niño se halla aun en la edad de sufrirlo todo y hacerlo todo, solo enfoca las situaciones, los acontecimientos, las personas y las cosas en función de las posibilidades de sensación, de conturbación emocional de la actividad que implican para él; únicamente ve el universo que le rodea con la relación a su estado personal del momento, a sus deseos y a sus temores. Los momentos afectivo-activos se aprecia sobre todo, sin, duda, en la sorprendente facultad infantil de utilizar cualquier objeto para cualquier fin.
Los progresos motóricos
Entre los 12 y los 18 meses, la reptación es sustituida gradualmente por la marcha; los primeros pasos, vacilantes e inseguros, se dan, naturalmente, con apoyo. A los 18 meses comienza el cotorreo: los pasos se alargan y la separación de los pies se reduce. A los 20 meses los pasos son regulares y la marcha se hace estable. A los 2 años el niño camina con soltura, incluso en las escaleras. Entre los 3 y 4 años la marcha y la carrera están perfectamente controladas. Entre los 3 y 4 años, el niño hace la conquista de su primer medio de locomoción, el triciclo, que maneja pronto con sorprendente habilidad.
La representación
Alrededor de los 10 a 15 meses, en un nivel caracterizado por la adaptación a cierto número de situaciones nuevas, mediante los tanteos y la experimentación activa, con lo que el niño descubre todo una serie de nuevos comportamientos. A ese nivel el nombre de edad-chimpancé.
En el 2°año, el niño aparece soluciones súbitas, sin tanteos precios. El tanteo es interiorizado, como dice Piaget.
La transición entre lo motor y lo representativo aparece con claridad en esta representación por acción que constituye la imitación, en la cual el niño evoca, por medio de su cuerpo y de su movimiento, una situación o una actividad que nada tienen que ver con el cuadro presente, y en la que la imagen, antes de ser propiamente pensada, es representada materialmente.
Es evidente que el juego representativo tiene una función compensadora y que el niño corrige la realidad, modificándola en función de sus deseos; liquida allí las experiencias penosas o inquietantes, reviviéndolas ficticiamente y asimilándolas de su cuadro angustiador; explora el porvenir anticipando los acontecimientos que le han anunciado o predicho.
El lenguaje
Desde el fin del segundo mes el niño emite sonidos en especial guturales, que al principio de distinguen claramente de los gritos. A los 3 meses, el niño presta mucha atención a tales sonidos: los repite, los modifica, los modula. Juega con su voz como son sus manos, los controles visual y táctil son reemplazados ahora por el auditivo y el cenestésico. El lo que Pichon ha denominado el estadio del gorjeo, durante el cual el niño produce una gama de sonidos diversos, sin relación alguna con el lenguaje hablando de quienes le rodean.
Un elemento fundamental de la adquisición del lenguaje: el afectivo. El grito del bebe tiene ya una tonalidad emocional muy marcada y expresa para cuantos le rodean un claro valor expresivo de angustia o de alegría.
La aparición de la primera palabra se sitúa sobre los 10 meses. Hacia la mitad del segundo año, el vocabulario ha alcanzado una veintena de palabras. Quienes toman esas precisiones, el movimiento se acelera bruscamente. Pero estas palabras están muy lejos de alcanzar nuestros conceptos; se habla de un estadio de la palabra frase, que barca la primera mitad del segundo año.
A partir de la mitad del segundo año, a la palabra-frase de dos y luego tres vocablos, recordando el estilo telegráfico en el cual las palabras están colocadas en orden de su importancia afectiva. Después el niño entra en la primera edad interrogadora, en la que se informa del nombre de todo cuando ve. Comienza a preguntar: ¿Qué es esto?, ¿y eso? Corresponde, con toda seguridad a una necesidad de aplicación del vocabulario, teniendo como resultado la orientación en el mundo material.
Entre los 2 y a los 4 años la palabra a esa edad se sitúa a medio camino entre el símbolo personal que hay en su origen y el concepto genérico al que llegara después. Hacia los 20 meses, hace su aparición la frase gramática, que a la inversa de la palabra-frase, expresa un juicio, una observación, se orienta al relato. El niño se designa a sí mismo en tercera persona, como un objeto exterior.
Durante el tercer año, el vocabulario continúa extendiéndose y precisándose; las formas gramaticales se diferencian; van abriéndose paso algunas relaciones, y la disposición de las frases se perfecciona. El niño distingue las relaciones que tiene consigo mismo de las que tiene con los demás; aparece la primera persona, precisando la segunda y tercera persona.
En el mismo nivel y culminando hacia los 3 años se sitúa la segunda edad preguntadora, en la que al niño más que el nombre de los objetos, le interesa su razón de ser. Es la edad del ¿Por qué?
Por una parte, acompaña a toda actividad: el niño habla actuando, contándose a si mismo lo que hace; su palabra secunda y expresa su acción; es como su sombra. Aquí el niño no tiene ningún cuidado en ser oído o comprendido.
De otra parte, es seguro que el lenguaje, al
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