Psicología y mente
Enviado por Ernesto Cotonieto • 12 de Abril de 2019 • Ensayo • 1.080 Palabras (5 Páginas) • 63 Visitas
bros superiores.
En los síndromes seudobulbares, el trastorno neurológico
motor se limita a los músculos buco-gloso-laríngeos. Su
intensidad puede ser variable, dificultando en mayor o
menor medida la inteligibilidad de la palabra. Cuando su
pronóstico es desfavorable, se debe plantear la utilización
de un código de comunicación.
Los trastornos de la comunicación, sobre todo aquellos que
afectan al desarrollo, se manifiestan también como
alteraciones de la adquisición del lenguaje hablado asociado
a otros trastornos de la comunicación visual y táctil.
Generalmente, los problemas del lenguaje son un síntoma
de alarma del autismo infantil y se detectan a través de
escalas [2].
Una de estas escalas es la ECA (escala de evaluación del
comportamiento autista [Lelord y Barthelemy 1989]). En
estos cuadros, los problemas del lenguaje no aparecen de
forma aislada, sino asociados a otros síntomas clásicos de
alteración de la comunicación, bien definidos en el DSM IV,
fundamentalmente: problemas en las relaciones sociales,
alteraciones en la esfera afectiva con labilidad del humor,
pérdida de interés, pobreza en los juegos, rechazo al cambio,
movimientos estereotipados, autoagresión y respuestas
atípicas a los estímulos sensoriales.
Aunque existe afectación tanto de la comunicación como del
lenguaje, la asociación de dichas alteraciones se manifiesta
de manera muy diferente en cada caso. Así, algunos niños
presentan una marcada alteración de la comunicación que
exige focalizar el tratamiento en este problema; mientras que
en otros casos, la alteración de la comunicación pasa a un
segundo plano tras realizar el tratamiento, y para dirigir la
reeducación, se debe realizar una evaluación del trastorno
del lenguaje. En los últimos años, se han desarrollado
programas de rehabilitación de la comunicación,
sociabilidad y cognición en los que han participado las
familias.
El aspecto más difícil consiste en establecer la frontera con
los trastornos del comportamiento.
Las carencias psicoafectivas y socioculturales graves pueden
provocar un trastorno en el desarrollo del lenguaje oral [7].
No obstante, dicha alteración también condiciona un
deterioro en las relaciones sociales del niño. Así, la
asociación de estas dos entidades («problema del lenguaje»
y «alteración del comportamiento») exige a menudo un
doble enfoque (neurológico y psiquiátrico) sin pretender
necesariamente definir la alteración inicial.
También es difícil determinar la relación que existe entre los
problemas del lenguaje y el bilingüismo. Evidentemente, el
medio sociocultural influye en el desarrollo del lenguaje,
sobre todo en el volumen del léxico, quedando de
manifiesto en los trabajos de la ERTL 4 con niños bilingües,
con resultados frecuentemente por debajo del umbral
patológico. Del mismo modo, el bilingüismo no explica por
sí solo un trastorno de la producción fonológica o sintáctica,
sino que sólo empeora un déficit del lenguaje preexistente.
Como conclusión, el abordaje de un trastorno del desarrollo
debe incluir recomendaciones pedagógicas y reeducativas,
independientemente de la presencia de bilingüismo.
Los trastornos específicos o primarios del lenguaje hablado
son aquellos cuya causa no se explica mediante los cuadros
patológicos descritos anteriormente.
El DSM IV (Manual de diagnóstico y estadística de los
trastornos mentales de la American Psychiatric Association,
Masson, Paris 1996) recoge las alteraciones del lenguaje y
de la palabra en tres síndromes. Esta clasificación no
establece distinción entre las formas congénitas y las
adquiridas. Tampoco menciona los conceptos de trastorno
específico y secundario. La especificidad viene definida por
el siguiente criterio (que cumplen los tres grupos):
«Si existe retraso mental, déficit motor que afecte al
lenguaje, déficit sensorial o falta de estimulación, las
alteraciones del lenguaje sobrepasan a las derivadas de
dichas afecciones»
La clasificación DSM IV reconoce los siguientes tres
síndromes:
– alteraciones de tipo expresivo (prevalencia entre 3 y 5%).
Se caracterizan porque la expresión oral valorada con
pruebas normalizadas está claramente por debajo de la
puntuación de inteligencia no verbal, mientras que la
comprensión
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