Psicopatologia
Enviado por aldo.cerutti • 19 de Noviembre de 2014 • 1.763 Palabras (8 Páginas) • 182 Visitas
g.: vecino que la saluda sin condenarla) se superponen. Eva acepta las agresiones, porque siente culpa por el daño irreparable que le causó a Kevin y por la masacre que este llevo a cabo. Ella se comporta como si la masacre la hubiera realizado ella, debido a la falta de diferenciación con Kevin, a nivel inconsciente.
En el supermercado se esconde de una mujer. Cuando va a pagar en la caja, se percata de que los 12 huevos que compró están rotos; sin embargo, se los lleva. El huevo, en la reproducción sexual, es la célula que resulta de la unión del gameto masculino con el femenino. Los huevos rotos simbolizan al hijo "roto", dañado.
Eva hace una tortilla con los huevos rotos. A medida que va comiendo (incorporación), intenta, en lo inconsciente y de manera muy primitiva una introyección oral del gameto dañado. Mientras come, va sacando de su boca, y alineando en el borde del plato los pedazos de cáscaras de huevo (calcio, elemento químico fundamental para la vida), en acción idéntica a la realizada por Kevin con sus uñas en la primera visita de Eva a la cárcel. A este acto de Eva le doy el mismo significado que al de Kevin. Pudiera representar, además, su deseo de obtener algo bueno-vital en Kevin. En ambos casos hay un acto que puede interpretarse como la expulsión oral de vida (uñas-lúnula, cáscara del huevo-calcio, previamente, incorporadas) para separarla de lo malo, de la muerte, que hay dentro de ellos (introyección- proyección).
Eva se sienta en frente de Kevin e intenta enseñarlo a devolver la pelota roja que ella le lanza. Kevin no responde. El sentimiento ambivalente de Eva, amor y odio hacia Kevin, está presente en toda la película. En Eva la mezcla de las dos pulsiones se hace más clara. En Kevin la des-mezcla, con predominio de la pulsión de muerte, predomina.
Eva, en su intento de encontrar una explicación médica a lo que observa en Kevin, busca la ayuda de un pediatra. Le dice al médico que Kevin gritaba mucho y que eso pudo afectarle el oído. Proyecta en Kevin la afectación de su propio oído (el de Eva) y busca "autismo" en Kevin, sin poder ver su propia desconexión afectiva "autista". Signos claros de simbiosis que se expresan como confusión. Llama la atención que los dos hombres que aparecen en la película (Franklin, el padre, y el doctor) no parecen escuchar o no pueden entender la preocupación de Eva. No hay ninguna alusión al padre de Eva que nos permitiera entender su conflictiva Edípica. Más adelante tendremos una pista, cuando aparezca la madre.
Logra que Kevin le devuelva la pelota roja una sola vez, para volver a frustrarla y violentarla. Se crea el círculo vicioso frustración- rabia- odio. Lo que permite una especie de violencia efervescente que se irá intensificando.
Kevin se niega repetidas veces a llamar a Eva mamá con un: " no! ". No la reconoce como mamá, parece vengarse del no reconocimiento previo de la madre hacia él.
Eva regresa a su casa en una noche de Halloween. Es una escena con una carga muy alta de persecución. Eva no sabe dónde esconderse. Los disfraces de los niños de diferentes edades que la rodean y la atacan, porque no tiene caramelos para darles, son también los "fantasmas" internos que la persiguen, son muchos Kevins. Eva no contó con el amor-dulce caramelo para calmar el odio de Kevin y le devolvió odio. Quizá, el odio constitucional de Kevin era tan intenso que no existía amor capaz de contenerlo. Esto, se resumen en la siguiente escena.
Eva mira a Kevin de frente y le dice: "Mami era feliz antes de que el pequeño Kevin llegara. Ahora se despierta cada mañana y desea estar en Francia".
Franklin parece no enterarse de la guerra que se ha desatado entre madre e hijo. Piensa que mudarse a las afueras de la ciudad será la solución. Como si el problema estuviera afuera.
En una visita a la cárcel, Eva desciende por un ascensor. Simboliza el "sótano- hueco, lo profundo inconsciente" en donde Eva se va adentrando (movimientos regresivos y progresivos de su psique, como en las escenas) en su elaboración del trauma.
Llegan a la nueva casa. Franklin dice: "Aquí estamos familia, en nuestro propio castillo". Franklin niega, escinde y proyecta el aspecto odioso de Kevin y solo ve al buen chico. El aspecto malo, envidioso (de ataque a lo bueno) de Kevin, Franklin lo coloca en Eva. Objeto muy favorable para la proyección, porque Eva tiene rabia y siente rechazo hacia su hijo. Franklin la ve "doblemente mala" y este aspecto progresará hacia el deterioro de la pareja Eva-Franklin.
Siguen, inmediatamente, dos escenas con el mismo contenido en la nueva casa y en la cárcel: Eva y Kevin sentados y distanciados, no pueden verse de frente. En casi idénticas posiciones, uno parece ser el reflejo del otro en un espejo. Simbiosis y odio.
Al mismo tiempo, va tomando lugar en Eva la culpa depresiva que la ayuda a organizar su mente y su vida. Es esta culpa la que conduce a la esperanza y permite que se inicie la reparación. Eva huye al ver a un joven que representa esta esperanza, el joven la detiene. Es una de las víctimas de Kevin, un joven en
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