Psiquiatrico

El saber que visitaría el hospital psiquiátrico género en mí una gran inquietud ya que no sabía a lo que me enfrentaría, conforme se acercaron los días para realizar dicha visita se generaba más ansiedad, a pesar de que he tenido oportunidad de laborar para distintos centros penitenciarios, y que ahí se pueden vivir experiencias indescriptibles, conocer distintas personalidades y formas de ser, de los internos y porque no, también de los empleados de estos mismos centros, la idea era totalmente distinta ya que no sabía a lo que me enfrentaba y hacia un comparativo aun sin conocer todavía el hospital, antepongo que antes de esta visita tenía una apreciación muy ficticia de lo que es un Hospital Psiquiátrico, yo creo que como la mayoría de personas creemos que es una institución donde hay cuartos acolchonados, enfermeras robustas mal encaradas esperando el momento de someter a los pacientes y que el estar confinado ahí es lo peor que le puede pasar a cualquier persona que sufra de algún trastorno, ya que se tiene el concepto de que en estos hospitales puede haber la peor de las torturas para los mismos pacientes porque se piensa que no hay otra forma de controlarlos, más que a base de descargas eléctricas, o golpeándolos o aislándolos, una de las recomendaciones hechas fue que lleváramos nuestra bata blanca, que no nos riéramos, o que no miráramos fijamente a los pacientes, ya que esto podría producir una alteración en ellos, pues esto hacia más inquietante la espera de la visita puesto que mi mente se llenaba de ideas y de preguntas de que sería a lo que me iba a enfrentar….

Pues bien, llegado el día, nos presentamos en el Hospital acompañados de la Prof. Beatriz, que después de llegar tarde porque estaba muy denso el tráfico; nos volvió a hacer las mismas recomendaciones de no reírnos frente a los pacientes, no mirarlos fijamente y una nueva recomendación, no saludarlos de mano puesto que ellos constantemente se toman sus genitales con sus manos, ya parados frente al hospital, con las batas puestas pasamos muy rápido, parece que las batas fueran una especie de identificación en dicho lugar, ya que no hubo objeción alguna para poder ingresar, ya en el edificio nos dirigimos al elevador que nos llevaría al cuarto piso que corresponde a área de trastornos mentales permanentes (la mayoría de los pacientes ubicados ahí, sufren de esquizofrenia paranoide) nos recibió una doctora de la cual no recuerdo su nombre, pero si recuerdo que es una persona muy amable que detenidamente se dispuso a explicarnos a grandes rasgos lo que se hacía en dicha área del hospital, al estar en el cuarto piso nos dijo que había dos alas (áreas) en ese piso, el área de trastornos mentales para hombres y el área de trastornos para mujeres, en este caso solo nos tocó visitar el área de hombres, puesto que reitero era muy poco el tiempo con el que disponíamos para dicha visita.

La primera impresión fue que a dichas áreas estaban separadas por puertas de madera con cristales en ellas, o sea que los pacientes pueden ver hacia el pasillo principal, tanto mujeres como hombres, cabe mencionar que a las mujeres estudiantes se les hizo una recomendación especial, no acudir a las visita con ropa muy ajustada ya que dadas las circunstancias de los enfermos esto también podría alterar su comportamiento, ya que la mayoría de veces no miden las consecuencias de sus actos, y como lo mencione, fuimos recibidos por la doctora la cual reitero no recuerdo su nombre pero ella nos condujo y respondió a nuestros cuestionamientos muy amablemente, nos hizo hincapié de las recomendaciones hechas anteriormente por la profesora Beatriz, entramos a la zona de Hombres la cual consta de un pasillo de aproximadamente cincuenta o setenta metros de largo, y del lado derecho de la vista del observador se encuentran varios cubículos, los dos primeros corresponden al área de comedor, y cuando no tienen esa utilidad los utilizan como área de juegos, se observó también que había varios pacientes, los cuales todos visten de la misma manera y colores, se trababa de pants color azul marino y playera amarilla, y sandalias de plástico, dichos pacientes estaban libres sin ninguna restricción dentro de dicha zona, la doctora nos explicó que ahí se trata de tenerlos de la manera más normal posible porque era parte de su tratamiento, para muchos de los pacientes pasamos desapercibidos, pero para muchos y en especial dos que se encontraban en el pasillo, uno corriendo de un lado para otro a lo largo del pasillo y el otro saludando de manera textual “mucho gusto” esto nos causó un poco de incomodidad ya que aún seguíamos con la incertidumbre de su comportamiento, posteriormente fuimos avanzando a lo largo del pasillo y fuimos viendo los demás cubículos, los cuales sirven como dormitorios en los cuales las camas y los buros están sujetados al piso ya que si no estuvieran de esa manera, estos servirían de armas para auto agredirse o agredir a alguien más…

la forma en como esta distribuidos

...