Rafael Echeverria
Enviado por joaoterran • 10 de Octubre de 2012 • 2.085 Palabras (9 Páginas) • 1.164 Visitas
La ontología del lenguaje es una tesis desarrollada por Fernando Flores y recogida por Rafael Echeverría en su libro Ontología del lenguaje, que trata de explicar al ser humano como un ser intrínsecamente lingüístico. Está basado fundamentalmente en trabajos previos desarrollados por pensadores como Fernando Flores, Humberto Maturana, Francisco Varela, Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Martin Buber, Ludwig Wittgenstein, John L. Austin y John Searle.
Contenido [ocultar]
1 Principios básicos
2 Rafael Echeverría
2.1 Actos lingüísticos descriptivos y generativos
2.2 Consecuencias
3 Bibliografía
4 Enlaces externos
[editar]Principios básicos
Los postulados básicos de la ontología del lenguaje son:
Los seres humanos son seres lingüísticos
Desde los tiempos de Socrates, el lenguaje no había sido una temática de reflexión filosófica relevante, ello cambia durante la segunda mitad del siglo XX con el nacimiento de la filosofía del lenguaje que cuestiona la interpretación imperante del rol sólo descriptivo y pasivo del lenguaje.
John L. Austin plantea que el lenguaje además de describir y constatar lo que ya existe es capaz de generar nuevas realidades, es decir, construimos futuro y transformamos el mundo a través del lenguaje
El lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia.
El lenguaje es generativo
El lenguaje no sólo nos permite hablar "sobre" las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, es generativo: crea realidades. El filósofo norteamericano John Searle sostuvo que, sin importar el idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.
Los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él
Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.
[editar]Rafael Echeverría
En su libro Ontología del lenguaje, Rafael Echeverría se interesa en establecer algunas premisas básicas. Una de ellas es que en el hablar se observan cinco actos lingüísticos básicos identificados como: juicios, declaraciones, afirmaciones, pedidos y promesas que incluyen las ofertas, sobre los que se explaya.
Según Echeverría, el acto lingüístico básico es la declaración, y todo es una declaración. Hablar es declarar. Cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, como juicio, como afirmación, como pedido y como promesa que incluye la oferta.
Además de la persona que declare, el contexto juega un rol determinante en los efectos que producirá en el mundo esa declaración. El hecho de identificar un acto lingüístico como declaración no trae aparejado en sí un efecto determinado, ya que éste dependerá de la persona que lo emita y del contexto en el que haya sido realizado.
En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable. Incluso podría no producir efecto alguno.
[editar]Actos lingüísticos descriptivos y generativos
Echeverría divide la ontología del lenguaje en dos grandes campos que llama descriptivo y generativo, con la idea de diferenciar lo que sucede por el hablar, o las consecuencias que hablar pueda causar en el mundo, y resulta evidente que describir lo que sucede es bien diferente a generar que suceda otra cosa. A modo de ejemplo cuando alguien habla de lo que pasa, o sobre lo que pasa, está describiendo con el lenguaje, de modo que el hablar podría llamarse descriptivo. En cambio cuando ese alguien crea algo nuevo con su hablar, cuando genera algo, entonces su accionar puede considerarse generativo para esta disciplina.
Avanzando luego sobre este razonamiento sostiene que hay solo dos actos lingüísticos que generan acción: pedidos y promesas. El pedir y el prometer ponen en funcionamiento un proceso generativo de acción. Como ejemplo, alguien puede hacer un pedido de insumos para producir algo que ha prometido entregar en una fecha como producto terminado a un cliente que ha prometido un pago al recibirlo.
Dentro del concepto de lenguaje descriptivo y generativo será bien simple conocer anticipadamente de cuales conversaciones se generará acción y de cuales se obtendrá una descripción. A modo de ejemplo sobre una conversación de queja se obtendrá una descripción sobre lo que sucede y no le gusta al hablante, y si se transforma en una conversación de propuesta se obtendrá una posibilidad de cambiar eso que no le gusta. Así la ontología sostiene que el lenguaje genera realidad.
[editar]Consecuencias
Desde el punto de vista del hablante, el lenguaje es una posibilidad y el hombre otra con aptitud para utilizar el habla como herramienta para generar acción, y de acuerdo a las distinciones que ese hombre tenga sobre el lenguaje es que alineará su hablar hacia la consecución de su propósito con mayor o menor efectividad.
Esto significa que el hombre en su evolución aparece en el lenguaje y a su vez el lenguaje es producto de la evolución del hombre. Legitimando la capacidad creativa del hombre parece razonable considerarlo creador del lenguaje que luego evoluciona junto con él.
Puede interpretarse que el lenguaje permite al hombre extrapolar su manera de crear, potenciándola, ya que al suceder fuera de él puede observarla depositando
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