Resilencia

Resiliencia y Educación Inclusiva

Esta materia con sus diferentes contenidos y exposiciones me ha hecho reflexionar en mi vida, pero a un más lo he enfocado en mi trabajo observando la actitud de cada uno de mis alumnos que son distintos, pero como personas que son, ellos tienen su propia historia, y que la van creando poco a poco aunque tengan una corta edad, pero ellos ya son creadores de un libro interesante de este mundo y en los diferentes temas vistos en clase comprendí que su pasado influye bastante en su actuar cotidiano y es de la forma que se dan a conocer con su personalidad y lo que habla de ellos y por lo tanto llegar a comprender el por qué se comportan así en clase,

Trate de llevar a la práctica lo aprendido, porque muchos profesionales la estudian pero pocos la practican, muchos libros la repiten pero pocos la trascienden y me quise dar a la tarea de implementar junto con ellos lo aprendido en la materia y para esto inicie con una dinámica en clase en donde ellos mismos se escribían una carta y le contaran al niño que algún día fueron, lo que han vivido durante su corta vida y lo que los ha hecho ser así, ya sean travesuras, aventuras, alegrías, disgustos, regaños, enojos etc. Con el objetivo de que ellos lleguen conocerse más, y darse cuenta como son, sus actitudes, sus valores, sus virtudes, los defectos que consideran que tienen, todo en relación para que ellos mismos se dieran reflexionaran en si lo grandioso que tienen como personas y que algunas cosas que les afectan o les afectaron las pueden superar y llegar a ser mejores.

La actividad realizada en clase en cierta forma la pude relacionar con un pequeño cuento donde ya sea de manera directa o indirecta se relaciona mucho con lo que la resiliencia llega a hacer en el ser humano y la historia comienza cuando un campesino crió un aguilucho junto con sus gallinas. Lo trataba de la misma forma como lo hacía con las gallinas, de modo que él estaba convencido que era una de ellas. Le daba la misma comida en el suelo, la misma agua en un bebedero y lo soltaba en el campo para complementar su alimentación, igual que si fuera una gallina. El águila creció y se comportó como si fuera una gallina.

Cierto día pasó por su casa un ecologista que, al ver al águila escarbando en el suelo, fue a hablar con el campesino. Esto no es una gallina, ¡es un águila! El campesino contestó: ahora ya no es más un águila porque se crió con las gallinas, aprendió a vivir como ellas y por lo tanto se cree gallina.

El ecologista dijo: No, un águila es siempre un águila. Hagamos una prueba. Se subió con el águila al techo de la casa del campesino y la tiró a volar, mientras le decía: “¡Vuela tú eres un águila! Asume tu naturaleza. Pero el águila no voló, batió torpemente sus alas como una gallina, y cayó al gallinero otra vez. Entonces, el campesino replicó: Le dije

...