Resumen De Desarrollo Normal Del Lenguaje
Enviado por paguirred • 5 de Mayo de 2014 • 4.123 Palabras (17 Páginas) • 417 Visitas
RESUMEN DE DESARROLLO NORMAL DEL LENGUAJE:
Con respecto a la adquisición del lenguaje, desde su nacimiento hasta la infancia, un niño normal sigue ciertas etapas más o menos definidas durante este período. De este modo, los conocimientos de las distintas áreas del lenguaje aumentan paulatinamente, desarrollando así la semántica, la fonología, la sintaxis, la pragmática y la morfología. El conocimiento progresivo de los niveles lingüísticos es similar en gran parte de los niños, por lo que, es posible predecir la capacidad de comprensión y expresión que ellos poseen en determinados rangos de edad
Según Monfort y Juárez (1999), la organización semántica se produce a través de una serie de adaptaciones entre el niño y su entorno, es decir, según la percepción que el pequeño se va haciendo de este mundo y de la comunicación que establece con él. Con respecto al desarrollo fonológico, ambos autores sostienen que esta competencia es considerada como una adaptación progresiva de las aptitudes del niño para realizar los sonidos, cada vez más sutilmente opuestos, en función de los modelos del idioma de su medio. En la organización morfosintáctica, ellos afirman que el niño adquiere las estructuras sintácticas, construyendo sus enunciados con elementos extraídos del material lingüístico ofrecido por los adultos o por los otros niños.
Ahora bien, como el lenguaje no implica solamente conocimiento, sino también uso, es necesario considerar el área pragmática. En el ámbito fonoaudiológico, este nivel se ve relacionado sobre todo con la comunicación -verbal y no verbal- y con la interpretación correcta de las intenciones del interlocutor por parte del niño. En este contexto, Monfort y Juárez (1999), señalan que el nivel lingüístico se relaciona con las características personales de cada niño, las que determinan la aparición del lenguaje, su desarrollo, el dominio de las estructuras y las posibles perturbaciones de éste. En consecuencia, la influencia del medio, sobre todo el familiar, condicionado por su ambiente socio-cultural, va a ser determinante en la evolución general del niño y en su desarrollo lingüístico.
a-. Desarrollo morfológico
Sobre el desarrollo morfológico se expondrá una panorámica que hará referencia tanto a morfemas o accidentes gramaticales (número, modo y tiempo, etc.), como a clases de palabras (sustantivos, verbos, artículos, etc.). A continuación se presentan, tanto las categorías como los accidentes gramaticales, de acuerdo van apareciendo en el desarrollo normal del niño.
El morfema llamado género, según algunos autores, es el primero en adquirirse en el lenguaje infantil. Una posible explicación a su temprana aparición es que en el idioma español basta tan sólo una alternancia vocálica para llegar a realizarlo. Generalmente, este morfema surge vinculado a los sustantivos y más tarde aparecerá también unido a los artículos y adjetivos. Alrededor de los tres años, el niño comienza a utilizar el morfema de número, comúnmente llamado plural.
Pareciera ser que la primera categoría gramatical en adquirirse es el sustantivo, alrededor de los dieciocho meses. Desde el punto de vista semántico, el léxico inicial tiende a ser muy nominal y, por lo general, los primeros nombres que el niño adquiere forman parte de lo que se ha llamado las “categorías de nivel básico”. En consecuencia, la incorporación de esta categoría al repertorio lingüístico del pequeño le permitirá nominar los diversos objetos y personas que lo rodean.
Cuando el niño comienza a expresar sus acciones y las que percibe del mundo que lo rodea, aparecen los modos verbales. De ellos, los primeros en adquirirse son el indicativo y el imperativo; Por ejemplo las formas verbales que los niños utilizan son “di”, “ven” y “sal”, con el propósito de dar una orden, realizar una petición o simplemente llamar la atención del adulto (Aguado, 1997). Según Hernández Pina (1984), desde los dieciocho a los veinticuatro meses surgen, de forma casi simultánea, el imperativo, el infinitivo, el gerundio y el participio. Clemente (1995) agrega el tiempo imperfecto y las perífrasis verbales (de infinitivo y gerundio), entre los veinticuatro y treinta y seis meses de edad. Una de las formas verbales que surge tardíamente es el potencial, alrededor de los nueve años, y el modo subjuntivo es el último en adquirirse debido a que presenta características semánticas más complejas.
Los adjetivos aparecen cuando el pequeño es capaz de centrar su atención en las características que presentan las cosas o las personas que lo rodean y, con ello, logra darle una precisión al significado de los sustantivos. De esta forma, el adjetivo calificativo es el primero en adquirirse y, ya a los tres años, los menores usan adjetivos de tamaño (grande, chico, gordo, alto) en su lenguaje (Clemente, 1995). Dentro de los adjetivos se encuentran aquellos que no son descriptivos y que por sus características se les ha llamado pronombres, puesto que, en ocasiones, cumplen roles de sustantivos o adverbios. Clemente (1995) considera que los pronombres en el castellano exigen por parte del hablante un conocimiento semántico y pragmático. Los primeros en aparecer son los posesivos, pues en las frases de dos palabras se puede detectar la posesión aunque sin la preposición y sin pronombres (Ej. Auto papá). Los posesivos de primera persona también son muy rápidos en adquirirse, ya que derivan del uso pragmático del lenguaje. Asimismo, los posesivos grupales aparecen más tardíamente, después de los cuatro años de edad.
Hacia los tres años de edad no hay una clara utilización del “yo”, sin embargo, la autoreferencia personal es anterior a esta edad, ya que el niño suele autodenominarse a través de un sustantivo (Ej. Niño). El uso del “yo” coincide con el período que los psicólogos llaman de “omnipotencia” en que los padres del niño desean que éste se conozca a sí mismo y construya su yo, alrededor de los dos años y medio. Cuando la identidad personal del menor está afianzada, cerca de los tres años, el “yo” se utiliza frecuentemente.
Respecto a los pronombres, los demostrativos, indefinidos y los reflexivos también aparecen en este período, es decir, entre los dos años y medio y los tres años. Los llamados reflexivos, como “me”, “te”, “se”, son los siguientes en utilizarse y aparecen ligados directamente a la acción, aunque en la mayoría de los casos no son pronunciados correctamente (Clemente, 1995). En cuanto a los demostrativos, que incluyen las formas “este”, “ese”, y “aquel” junto a sus femeninos y plurales,
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