Sexualidad Y Genenero
Enviado por johannaherrer1 • 18 de Febrero de 2015 • 2.939 Palabras (12 Páginas) • 289 Visitas
Sexo, Género y Sexualidad
Sobre la base de la idea de que la sexualidad es una parte importante de la vida y que en torno a ella se definen muchos de los sueños, proyectos y búsquedas de cada ser humano, debe entenderse que la educación sexual es una de las herramientas necesarias para construir el proyecto de vida y por lo tanto, debe estar al alcance de cada persona con y sin discapacidad. Se trata de una responsabilidad que empieza en el hogar y se continúa a lo largo de la vida.
Es necesario entonces, entender que hablar de educación sexual no solo se refiere a las “relaciones sexuales”. Es mucho más que eso. Tiene que ver con aprender a expresar emociones y sentimientos, a reconocer y respetar valores como la amistad, el amor, la solidaridad, la intimidad propia y ajena y a cuidarnos y cuidar a los demás.
Joaquín Rocha , en su artículo “Sexo, género y sexualidad - Una cuestión para aclarar”, dice que “uno de los obstáculos que aún no ha logrado superar la educación sexual, tanto en la escuela como en la familia, es igualar la genitalidad con la sexualidad. Se le otorga a la primera todas las características y valores de la segunda, olvidando que toda genitalidad comprende la sexualidad y no toda la sexualidad comprende la genitalidad”. De esta manera, se hace necesario entonces, antes de comenzar, realizar una revisión acerca de estos tres conceptos aprovechando el artículo de Rocha .
“Esta es una sociedad genital, donde lo social, lo cultural, lo económico y lo político está relacionado con el acto sexual de encuentro entre genitales. Se nace con un sexo determinado, anatómica y fisiológicamente hablando, pero esto no es suficiente para explicar las conductas sexuales adultas.
De otro lado Peirano S. & Villa M.E. Biografías Sexuales y Diversidad Funcional. (2013) M2, Buenos Aires Argentina, llaman la atención sobre la importancia del respeto a la diversidad: “Vivimos en una sociedad donde conviven múltiples colectividades que se influyen entre sí. Es por ello que, para la convivencia social, debe existir una ética que incluya la aceptación del otro en su legítima diferencia, con todos sus derechos a una vida digna. La sexualidad ocupa un lugar importante en la historia de aceptación e intolerancia hacia los otros, y en cuanto a ella se da una gran variedad de comportamientos. Si bien todos los seres humanos son iguales en materia de derechos, todos son diferentes en el modo de expresar las emociones y los sentimientos. A su vez, los cuerpos, los gestos, las caras, los pensamientos están determinados e influidos por las distintas familias, nacionalidades, religiones, ideologías, épocas, culturas, que hacen sujetos únicos.
… la constitución de las personas como sujetos sexuados es un aprendizaje social y cultural que define su Identidad sexual. En algunas personas, esta identidad es un camino más sencillo de recorrer dado que se corresponde con el de las mayorías. En otros, se dan variaciones y diversidades que son necesarias de respetar.”
La palabra sexo define un cierto número de diferencias biológicas irreducibles entre los miembros de la especie humana que poseen el cromosoma XX (sexo femenino) y los que poseen el cromosoma XY (sexo masculino): hembra- macho, hombre-mujer. Pero no define la femineidad y masculinidad.
El concepto de género se acerca a ello, ya que implica una mirada social de la diferencia sexual. Se refiere a la construcción social del hecho de ser mujer y hombre a las diferentes interrelaciones de poder / subordinación entre ambos.
O. Martín y Encarnación Madrid afirman, en su libro Didáctica para una Educación Sexual, que “Genero es la apreciación conceptual que incluye aspectos somáticos, psicológicos, sociales, culturales, axiológicos y pedagógicos sobre qué es ser mujer y qué es ser varón, el vínculo entre los sexos y el ejercicio de la paternidad y la maternidad (…); y es el conjunto de pautas de comportamiento del varón y de la mujer en una determinada cultura o sociedad”.
Queda, entonces, aclarado que el vocablo sexo está ligado a las características fisiológicas diferenciales entre el hombre y la mujer. Por lo tanto, para que se considere a un “hombre” o una “mujer” más allá de los rasgos sexuales, se debe poseer ciertas conductas esperables por la sociedad: modos de vestir, hablar, caminar, trabajos, deportes propios de cada género. De lo contrario, se pone en duda la masculinidad o la feminidad. El entorno social impone sus mandatos sobre lo que se acepta y lo que no.
Comparado con el "sexo cromosómico" que tiende a ser inmutable, inmanente y con fundamento biológico, el significado de "género" es entrevisto como culturalmente mutable y variable.
Si se analiza, la sexualidad se va construyendo progresivamente, se nace y se muere como seres sexuados . A su vez, ocupa un papel fundante en el proceso de construir la personalidad. La sexualidad forma parte de todas las manifestaciones de la vida humana. "En la actualidad, la sexualidad se ha puesto de moda, y va quedando atrás la negatividad que pesaba sobre este valor. La sexualidad humana es una idea, un concepto creado por el hombre moderno para denominar un valor de nuestra cultura" .
Ana Carmen Marcuello, médica ginecóloga, Hospital Miguel Server, Zaragoza, y María Elósegui, Profesora Titular de Filosofía del Derecho, Facultad de Derecho, Universidad de Zaragoza, en su ensayo Sexo, Genero, Identidad Sexual y sus patologías, consideran como falso y superado, el afirmar que a cada sexo le correspondía, por necesidades biológicas, unas funciones sociales, invariables a lo largo de la historia. A esto se añadía la justificación biológica y cultural de la subordinación de la mujer al hombre. Resumiendo con otras palabras: primero, la biología determinaría los roles sociales, y segundo a cada sexo le correspondería un rol intransferible.
Estas profesionales propugnan la interdependencia entre los distintos sexos; una igualdad en la diferencia. Reivindican que los dos sexos deben estar simultáneamente presentes en el mundo de lo privado y de lo público. Al mismo tiempo que reclaman más presencia de la mujer en la vida pública y consideran igualmente necesaria una mayor presencia del varón en los asuntos domésticos, y en el mundo de la educación de los hijos. También el varón tiene derecho a asumir unas tareas antes reservadas a las mujeres. Esta revolución social necesita un respaldo jurídico porque involucra una revolución copernicana en las estructuras sociales. El principio de igualdad, desde esta perspectiva, requiere analizar en conjunto la relación entre los sexos. Además,
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