Tanatologia Capítulo 1. La estructura social del adolescente
Enviado por GLADYSMMG • 28 de Mayo de 2017 • Apuntes • 12.376 Palabras (50 Páginas) • 329 Visitas
MARCO TEORICO
Capítulo 1. La estructura social del adolescente
- La identidad del adolescente: Una construcción social
Erickson (citado por Sánchez, 2006) menciona que la adolescencia es una lucha por resolver e integrar los sentimientos y las crisis de las etapas de la infancia. El joven busca un nuevo sentimiento de continuidad e igualdad consigo mismo, que ahora ha de incluir también a la identidad sexual. Con ello se abre la ventana hacia las relaciones amorosas, lo que lo conduce a la intimidad, a la relación subjetiva y profunda con un otro que lo ayuda a configurar su propia identidad y a ubicar el lugar que los otros ocupan en su vida y en sus valores. (p.15)
En el proceso de definición de la identidad, la relación con los pares es una condición necesaria para fortalecer los procesos de apego y diferenciación del adolescente. Así, escuchar y apoyar al otro y viceversa representa un espacio íntimo de amistad, apego y confianza que fortalece al sujeto y le permite re contextualizar sus significados.
La identidad es, en Erickson, diferenciación personal inconfundible; es definición, o mejor, autodefinición de la persona ante otras personas, ante la sociedad la realidad y otros valores; y es, en fin, autenticidad, correspondencia de lo afectivamente desarrollado con lo germinalmente presagiado en el plan epigenetico constitutivo del individuo. Cuatro elementos o niveles distingue Erickson en la identidad: a) sentimiento consistente de la identidad individual; b) el esfuerzo inconsciente por la continuidad del carácter personal; c) la síntesis del yo y sus correspondientes actos; d) la interior solidaridad con la identidad en ideales del grupo (Olvera, 2006, p.21).
Erickson citado por Olvera, M.P. (2006) argumenta que el elemento nuclear de la identidad personal es la imagen psicológica que el individuo tiene de sí mismos: La auto conciencia de la propia identidad, la cual es de naturaleza psicosocial e incluye elementos cognitivos. El individuo se juzga a sí mismo a la luz de como advierte que le juzgan los demás, en comparación con otras personas y en modelo de los marcos culturales y baremos valorativos dominantes. Ese juicio, en su mayor parte, permanece implícito, y o forzosamente es de naturaleza consciente y, en todo caso, da lugar a una consciencia o al menos a un sentimiento de identidad característico en el adolescente, con intensa coloración afectiva, nunca neutral, sino de signos positivos o negativos, en la tristeza o bien en la exaltación. La adolescencia es el momento evolutivo de la búsqueda y la consecuencia si va bien todo de la identidad del individuo, según Erickson, el desarrollo de la identidad, es un desarrollo en la que la edad del adolescente constituye un punto crucial de inflexión (, p.24)
Además, explica que, en la adolescencia convergen los resultados de todas las identificaciones en el sentido psicoanalítico del término, producidas en la pasada historia del individuo. Pero estas identificaciones, de muy limitada utilidad funcional. La identidad es algo más que la mera suma de ellas o la consecuencia mecánica de su acumulación. Es propiamente su integración, su organización en una unidad personal capaz de funcionar en sociedad.
Del mismo modo Erickson explica que el adolescente necesita lo que él llama moratoria, un aplazamiento para poder llegar a integrar los elementos de identificación y de identidad atribuidos por otros y adquiridos por el mismo en fase anterior de su desarrollo y experiencia. Se puede deducir que la crisis de la identidad en jóvenes y adolescentes es como otra crisis evolutivamente necesaria, pero no siempre o necesariamente dramática. El problema y el conflicto intergeneracional (jóvenes frente adultos) parte integrante del proceso de génesis de identidad en cada nueva generación de adolescentes. Pero la crisis de adolescente suele estar hoy en día ahondada y transida por la crisis de identidad en la sociedad, en la cultura: por la fragmentación en los valores y por el veloz ritmo del cambio social. (Erickson citado por Olvera, 2006, p.25)
Por otra parte Erikson (citado por Gonzalez, 2009) contribuyó a la idea de que los chicos establecen identidades mientras que las chicas desarrollan previamente la intimidad, por lo que se hipotetizó que el desarrollo de la identidad en las mujeres seguiría una trayectoria cualitativamente diferente a la de los varones y con un ritmo más lento (p.318)
A su vez menciona que “la investigación evolutiva sobre identidad en la adolescencia ha tratado de identificar aquellos factores personales y contextuales que afectan a la formación de la identidad, facilitando o dificultando el avance de un estatus a otro en su modelo secuencial de formación de identidad, señala una serie de características individuales de personalidad que parecen relacionadas con la tendencia del adolescente a implicarse en una exploración de identidad más o menos activa”. (p.318)
Por lo tanto Erickson (citado por Barradas, 2011) argumenta que “la identidad está presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana, ya sea de manera oral o escrita; se puede encontrar tanto en las palabras de la gente común y corriente, como en las de los políticos, asimismo, en libros e investigaciones de carácter académico; la identidad, por tanto, constituye un punto clave entre lo político, lo social y lo económico. Es el poder de realizar y expresar las cosas en un grupo social.”( p.20)
De igual forma hace mención “que la noción de identidad la encontramos desde las escuelas filosóficas griegas. Para la escuela eleática (Parménides), la identidad es sustancia, lo cual implica una idea de estaticidad o permanencia, en contraposición a la escuela efésica (Heráclito) que planteaba más bien la idea del cambio, ya que esta corriente induce a pensar a la identidad como un proceso en movimiento”. (p.20)
Asimismo, Erikson (1992 citado por Barradas, 2011), entiende a la identidad como un proceso evolutivo ubicado en el núcleo del individuo y en el núcleo de su cultura comunal. Es un proceso que está en desarrollo y cambio constante, es un proceso de progresiva diferenciación y deviene tanto más inclusivo a medida que el individuo se hace consciente de un círculo de otros significativos cada vez más amplio, que se extiende desde la madre hasta la “humanidad”. Es decir, Erikson propone que el proceso de formación de la identidad emerge como una configuración evolutiva basada en las síntesis sucesivas y resíntesis del yo durante la infancia. La formación de la identidad implica el rechazo selectivo y la asimilación mutua de las identificaciones infantiles y su absorción en una nueva configuración. Además, la identidad del yo es una variación exitosa de la identidad grupal, una realidad social. (p.24)
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