Tanatologia
Enviado por nadigraba • 17 de Enero de 2013 • 2.341 Palabras (10 Páginas) • 415 Visitas
1. La noción del alma en la antigua grecia, la identificación e importancia del alma del muerto y de su transición hacia el inframundo.
El alma es inmortal, imperecedera, él mismo nos dice que el cuerpo solo es una cárcel para el alma, cuando se muere, el alma se libera y puede seguir su existencia sin seguir atada al cuerpo. Probablemente es gracias a este concepto del alma que los griegos vieron la necesidad de crear un mas allá muy elaborado en donde las almas pasarían la eternidad según su forma de ser en vida, elemento este que podemos ver presente también en el cristianismo.
Los griegos comenzaron a valorar al ser humano y por lo tanto crearon la concepción de que sus dioses poseían cuerpos como los humanos, y poseían tanto defectos como cualidades como cualquier ser humano, salvo que son inmortales y estaban dotados de poderes especiales. Los dioses principales vivían en el Olimpo.
Lo anterior implicaba que los dioses no podían morir; y según los griegos la vida y la muerte estaban estrechamente unidas. Esto permitía a los griegos a disfrutar la vida, sin embargo Platón rompió con el paradigma anterior, pues según Platón, la muerte no existía, solo era un cambio; y que la vida era una residencia en el conocimiento. La muerte es una discontinuidad, que le otorga un mayor significado a la vida.
El inframundo era imaginado como un mundo oscuro, frío y tenebroso, que era denominado Hades; tal era el temor de los griegos. Del mismo modo cabía el temor de que una persona que estuviese en el inframundo regresara al mundo de los vivos y se vengue de la gente. No solamente existía el inframundo sino los Campos Elíseos, un lugar solamente destinado para aquellos elegidos por los dioses para vivir allí.
Los griegos creían que el alma dejaba el cuerpo y luego llegaban a un lugar maravilloso, donde había unos jueces que mandaban a los justos al cielo y por la derecha, luego de colgarles un rótulo con lo juzgado; y a los injustos por la izquierda hacia abajo y con la señal de lo que habían hecho. Dichas entidades que guiaban a las almas al inframundo era Erebo, que éste los conducía al Tártaro, otra divinidad que se asoció a Hades, dios de la muerte. En dicho lugar había sufrimiento eterno y se castigaban a los pecadores. La entrada al inframundo estaba custodiada por Cerbero, un perro con tres cabezas. En el centro del inframundo se encontraba el palacio de Hades, un lugar más tenebroso aún, que poseía numerosas puertas.
2.- Las figuras que representan a la muerte en la mitología griega (Tánatos, Keres, Moiras, Caronte, Cerbero, Hades) y su interrelación con la tanatología.
En Grecia, la muerte y el sueño son hermanos. Nyx, la personificación de la noche, surgida por sus propios medios de Caos, engendra también por sí misma a Hipnos, el sueño, y a Tánatos, el genio alado de la muerte. Este último no nace solo, sino acompañado de las Keres, que representan el destino de los mortales, y de Moro, la suerte. Además, las Moiras, las diosas que hilan la hebra de la vida de cada persona en su rueca, también son hijas de Nyx, como lo son el propio Día y el Éter.
Las Keres, negras, aladas y de afilados dientes y garras, son las encargadas de arrebatar el alma de los cuerpos de los caídos; aunque, en realidad, el asunto de las Keres es mucho más complejo: unas veces representan el destino de cada individuo, otras veces el de un colectivo e, incluso, llegan a considerarse las posibles trayectorias vitales de los mortales, como cuando en la Ilíada Aquiles ha de elegir entre la Ker de la larga vida sin fama y la Ker de la efímera pero heroica existencia. Menos abstracto es el papel de las Moiras, tres mujeres, a menudo ancianas, que hilan desde la rueca al huso las vidas de los mortales: Cloto lía los hilos en el huso, Láquesis los mide y Átropos los corta con sus tijeras.
Ya hemos visto la relación entre sueño y muerte; para los griegos, el sueño es algo parecido a un amago de muerte. Existe un dios en el que ambos conceptos confluyen: Hermes, el dios mensajero, pero también el dios capaz de inducir el sueño con su caduceo y el encargado de guiar a las almas hasta el otro mundo. Hermes continúa el trabajo donde lo dejan las Moiras y las Keres; conduce a la psyche de la persona hasta la orilla del Aqueronte, donde le espera Caronte; este, un viejo desagradable y brutal, hijo de Nyx y Érebo, cobra el antes mencionado óbolo y hace remar al alma mientras dirige la barca que cruza el río de la muerte. El otro lado del río está vigilado por Cerbero, el gigantesco y terrorífico perro de tres cabezas que cuida de que nadie entre ni salga sin autorización.
Cerbero, hijo de Equidna y Tifón, recibe a los muertos moviendo la cola y las orejas, pero los devora si tratan de escapar.
Sobre todos los habitantes de este mundo de pesadilla gobiernan Hades y Perséfone. Él da nombre a sus dominios desde que los tres Cronidas se repartiesen los distintos niveles del Universo tras derrotar a los Titanes: Zeus reina en los Cielos,Posidón en los Mares y Hades en el Inframundo; no siempre fue el rey de la tierra de los muertos.
3.- El proceso de cómo ha ido cambiando el concepto de tanatología desde “La ciencia de la muerte” de 1901, hasta la noción actual de “estudio del sentido de la vida y de la muerte en todas sus dimensiones”
Tanatología, la ciencia de la muerte. De acuerdo a lo que comenta el Dr. Fructuoso Ayala Guerrero, investigador de la Unidad de Investigación y Servicios Psicológicos UAEM, en la antigüedad la muerte era considerada como una especie de sueño.
A veces aparece como una arraigada tradición que fija sus profundas tradiciones en el pasado indígena; en otras ocasiones, surge como un escenario donde se mueven y deslizan figuras del recuerdo. Sin embargo, es un hecho que la muerte ha provocado un temor ancestral. El hombre tiene la capacidad de asomarse a sus próximos tiempos. Se inquieta por los hechos del futuro en especial si son inevitables y comprometen íntegra y definitivamente su propia persona, como lo es la muerte.
Actualmente, en nuestra sociedad se ha producido un considerable avance en lo referente a la atención al paciente moribundo, por un lado en lo referente a la terapia del dolor y más específicamente a la farmacología en sí. Pero también, la serie de cuidados atenuantes desarrollados inicialmente en Inglaterra mediados del siglo XX, dio cuenta de la necesidad de brindar una atención compasiva inclinada no sólo a disminuir el sufrimiento físico del paciente sino también a optimizar su calidad de vida, a través del control de los síntomas físicos, emocionales, mentales y sociales.
En este sentido es como nace la Tanatología, una práctica que el Premio Nobel
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