Trabajo Cooperativo

EL APRENDIZAJE COOPERATIVO.

Existe una gran cantidad de experiencias de procesos grupales para mejorar la calidad del aprendizaje. Sin embargo, es hasta mediados de la década de 1960 cuando se inicio la capacitación en aprendizaje cooperativo en la Universidad de Minnesota. Los hermanos David y Roger Johnson iniciaron el centro de aprendizaje cooperativo tratando de lograr (Johnson, Johnson Holoubec, 1995):

A. Integrar los conocimientos existentes relacionados con los esfuerzos cooperativos, competitivos e individualista.

B. Formular modelos teóricos sobre la naturaleza de la cooperación y sus componentes básicos

C. Hacer investigación sobre la colaboración en procesos educativos.

D. Buscar formas de aplicación práctica a la teoría de grupos para hacer más eficiente el proceso de aprendizaje.

Para Johnson y Holoubec (1995), cooperación consiste en trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes, y define al aprendizaje cooperativo como el empleo didáctico de grupos reducidos en que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. Díaz Barriga (2004) hace énfasis en el desconocimiento de la manera de trabajar con verdaderos equipos cooperativos, puesto que no toda la actividad que se realiza en “grupo” implica cooperación, por que se da una división equitativa del trabajo donde en realidad no se dan intercambios contractivos entre los participantes.

Dentro de los objetivos de trabajar en equipo dentro de mi práctica docente son con la finalidad de propiciar dentro de los alumnos la cooperación, enfocado a dar un trabajo equitativo, siento que dentro de mis grupos no ha funcionado por que la palabra cooperación y equidad son dos valores casi inexistentes, ya que los alumnos han trabajado de manera individual en la mayoría de las veces y siempre ven los sus “logros” como propios, son valores que debo desarrollar dentro de mi grupo.

Para Senge (2002), aprendizaje en equipo es una disciplina destinada a unir a las personas para que piensen y actúen de acuerdo, no necesitan pensar lo mismo, pero practicando con regularidad pueden aprender a ser eficaces colectivamente. Solé (1990) menciona que el trabajo cooperativo constituye un medio idóneo para lograr la socialización de los alumnos, para ayudarles a tomar conciencia del punto de vista de los demás, para aprender a negociar y, si es necesario, a renunciar a sus propias posiciones, o a demorar la satisfacción de sus intereses personales en beneficio de un objetivo colectivo.

Aunque el trabajo en equipo es una estrategia idónea para “socializar” los alumnos de mis grupos continuamente se enfocan únicamente a hacer lazos de amistad, que aunque son importantes y desarrollan sanas competencias, se pierde la finalidad real que es el logro de aprendizajes en común.

Onrubia (1999) sostiene que el trabajo en cooperativo no es disponer a los alumnos en grupo, ni tampoco ponerles hacer cosas juntos, explica que es escenario cooperativo en necesario que se cree una dinámica interactiva particular, caracterizada por pautas, procesos y mecanismos específicos que potencien y promueven a partir de la comunicación y la relación entre iguales la construcción del conocimiento por parte de los alumnos y alumnas participantes.

Un error frecuente es pensar que los alumnos deben hacer cosas juntos sin dinámica ni estrategia adecuada, esto ha sido un error frecuente dentro de mi práctica docente.

Para Ferreiro (1996), el aprendizaje cooperativo se refiere a la actividad, a la forma de hacer participar a los alumnos en su proceso de aprendizaje, y explica que en la participación del sujeto en su proceso de aprendizaje este tiene una actividad tanto externa como interna.

En el ámbito educativo ha existido el debate en cuanto al uso de los términos cooperación y colaboración. Esta discusión se ha hecho con base en el grado de estructuración del proceso de interacción de los alumnos, es decir, entre mas estructurada y guiada sea la actividad esta será cooperativa y en medida en que los alumnos logren realizar sus actividades son mayor autonomía será colaborativa.

El aprendizaje colaborativo como estrategia metodológica en la enseñanza permite a los educadores darse cuenta de la interacción que se establece entre el alumno y los contenidos o materiales de aprendizaje, así como sus interacciones que establece el alumno con las personas que lo rodean, por lo que debe analizarse también la influencia que ejerce el docente y los compañeros de clase.

En mis grupos de Secundaria cuando se participa en grupos de trabajo, de estudio, de carácter social o de cualquier índole, se observa que hay personas que se distinguen por las ideas que aportan y las acciones que realizan en beneficio del grupo, pero también hay otras que hacen lo imposible por obstaculizar el trabajo, haciendo notar dificultades y defectos, y el que existan personalidades diferentes dentro del grupo es bueno ya que el compartir ideas y pensamientos propicia un buen desarrollo del trabajo en equipo, lo negativo es cuando los alumnos que no trabajan se cuelgan fácilmente del trabajo de los demás miembros de su equipo y como maestra he cometido el error de que aunque exista una calificación por equipo, también hacer una observación de manera individual.

Dentro de los personajes antiguos se puede mencionar a Saint Simón, Robert Owen, Carlos Furrier y Charles Gide, a quien se le considera el “Maestro de la cooperación”, quien por su clara visión fijo las bases eternas del sistema cooperativo, que permitía al hombre su superación (Ferreiro, 1996)

Entre los estudios más recientes se encuentran los de Johnson, Johnson y Holubec (1995), donde se manifiesta que la esencia de un grupo es la interdependencia social entre sus miembros.

En la teoría del cognoscitivismo, con los trabajos de Piaget (como se cita a Johnson, Johnson, Johnson y Holubec, 1995), se asume que cuando los individuos cooperan en el medio ocurre un conflicto socio-cognitivo que crea el desequilibrio, que a su vez estimula el desarrollo cognitivo. Paralelamente, el trabajo de Vigosky (como se cita en (Johnson, Johnson y Holubec, 1995) se basa en el postulado de que el conocimiento es social y se construye a partir de esfuerzos cooperativos para aprender, comprender y solucionar problemas.

Coll y Solé (1990, como se cita en Díaz barriga, 2004) mencionan el concepto de “interacción educativa” como situaciones donde los protagonistas actúan simultánea y recíprocamente en un contexto determinado, en torno a los contenidos de aprendizaje, con el único fin de lograr objetivos claramente determinados.

Díaz barriga y Hernández rojas (2002) mencionan que el alumno no aprende en solitario si no que, por el contrario,

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