Trastornos Del Estado De Animo

TRASTORNOS DEL ESTADO DE ANIMO

Un trastorno anímico consiste en una perturbación en el estado emocional de una persona. La gente experimenta esta perturbación como depresión extrema, júbilo excesivo o una combinación de estos dos estados emocionales. La característica principal de los trastornos depresivos es que el individuo siente una disforia o tristeza abrumadora. En otro tipo de trastorno anímico llamado trastorno bipolar el individuo tiene experiencias emocionales en el “polo” opuesto de la depresión, sentimientos de júbilo llamados euforia.

Para entender la naturaleza de los trastornos anímicos, es importante comprender el concepto de episodio, un periodo delimitado durante el cual son evidentes determinados síntomas intensos de un trastorno. En algunos casos el episodio llega a ser bastante largo, de hasta dos años o más. La gente que sufre el trastorno anímico experimenta episodios de síntomas disfòricos o eufóricos, o una mezcla de ambos. Los episodios difieren en varias formas importantes que los psicólogos clínicos documentan en su diagnóstico.

Algunas de las formas en que puede caracterizarse un episodio anímico son: en primer lugar, el psicólogo clínico documenta la gravedad del episodio con un indicador, como seria leve moderado o grave. En segundo lugar, el profesional documenta si es el primer episodio o una reincidencia de los síntomas. En el caso de los episodios recurrentes el psicólogo observa si el cliente se ha recuperado completamente o no entre los episodios. En tercer lugar los indicadores también pueden reflejar la naturaleza de un conjunto de síntomas destacados. Por ejemplo algunas personas al encontrarse en medio de un episodio anímico tienen movimientos corporales que son sorprendentemente inusuales, e incluso hasta raros. El adjetivo catatónico describe posturas y movimientos corporales extraños, como inmovilidad, rigidez o una excesiva actividad motora sin sentido. Otro indicador tiene que ver con el hecho de haber dado a luz a un bebe durante el mes anterior.

TRASTORNOS DEPRESIVOS

Los profesionales de salud mental diferencian entre dos modalidades graves de depresión. El trastorno depresivo mayor comprende episodios agudos, pero limitados, de síntomas depresivos que se denominan episodios depresivos mayores. La gente que padece el trastorno distimico, por otra parte, lucha con una depresión más crónica, pero menos grave. El psicólogo clínico diagnostica el trastorno distimico cuando estos síntomas moderadamente depresivos han durado por lo menos dos años en los adultos y un año o más en los niños.

TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR

Características:

Los síntomas emocionales de un episodio depresivo mayor comprenden un estado de ánimo disforico de una intensidad que supera con mucho las decepciones ordinarias y las emociones de tristeza ocasionales de la vida diaria. Esta disforia puede aparecer como un abatimiento extremo o una perdida drástica de interés por aspectos de la vida antes placenteros. En algunos casos la depresión tiene su origen en una experiencia de profunda pena tras la pérdida de un ser querido. Aunque la depresión intensa después de la muerte de un ser amado es normal, se consideraría un trastorno anímico si la tristeza invalidante es excesivamente larga (más de dos meses). Sin embargo muchos episodios depresivos no los precipita un determinado suceso. El hecho de que esta tristeza intensa pueda surgir sin un claro precipitador a menudo hace que las personas que experimentan uno de estos episodios se sientan abrumadas y perplejas. Con frecuencia la vida de un individuo con un episodio depresivo mayor es caótica debido al deterioro que experimentan en el trabajo y en el hogar.

Las manifestaciones físicas de un episodio depresivo mayor se denominan síntomas somáticos o corporales. Al estar letárgica o indiferente la persona llega a experimentar una disminución en su ritmo de movimiento corporal, denominado retardo psicomotor. Otra posibilidad es que algunas personas deprimidas, manifiesten el síntoma contrario, una agitación psicomotora, en consecuencia su comportamiento tiene una calidad frenética.

Como ya mencionamos cuando estas conductas son raras y extremas, pueden caracterizarse como catatónicas. También son comunes las alteraciones alimentarias, ya que el individuo se desvía de las pautas de apetito usuales, sea evitándose o excediéndose con el alimento, por lo común con dulces y carbohidratos. Quien atraviesa por un episodio depresivo también manifiesta un cambio significativo en sus pautas de sueño, ya sea durmiendo mucho más de lo acostumbrado o experimentando insomnio. De hecho en las personas que experimentan un episodio depresivo mayor, los cambios drásticos en sus pautas EEG de sueño reflejan perturbaciones en la continuidad del sueño, estados de vigilia intermitentes y se despiertan muy temprano por la mañana. Comúnmente también son muy evidentes y adquieren varias formas las alteraciones en el sueño MOR. Por ejemplo hay más movimientos oculares en el sueño MOR y hay una duración cada vez mayor del sueño MOR en forma temprana durante la noche.

Estas anormalidades del sueño comúnmente preceden la Aparición del episodio depresivo mayor inicial entre las personas que están en alto riesgo de desarrollar un trastorno anímico, como los parientes en primer grado de los individuos que han experimentado una depresión grave.

Además, la gente que atraviesa por un episodio depresivo mayor tienen síntomas cognitivos que incluyen una visión personal intensamente negativa que se refleja en una baja autoestima y sentimientos de que merecen ser castigados. Talvez los tiranice la culpa al pensar demasiado en los errores del pasado. Incapaces de pensar con claridad o concentrarse, es posible que se sientan indecisos incluso sobre los asuntos más insignificantes. Las actividades que Talvez despertaban su interés hace apenas unas semanas ahora carecen de cualquier atractivo. Los sentimientos de desesperación y negatividad hacen que a muchas personas las consuman pensamientos de muerte y posiblemente busquen escape contemplando la posibilidad de suicidio o realmente se suiciden.

Los síntomas de un episodio depresivo mayor suelen surgir en forma gradual en el transcurso de varios días o semanas. Algunas personas manifiestan que antes de los verdaderos síntomas de depresión, se sentían perceptiblemente ansiosas y ligeramente deprimidas en ocasiones durante meses. Una vez que comienza el episodio activo de depresión mayor, pueden experimentar síntomas por dos semanas y hasta un periodo de meses. Si no se les trata, la mayor parte de los episodios depresivos mayores suelen seguir su curso durante un periodo de unos seis meses, y la mayor parte de la gente recupera su funcionamiento normal. Sin embargo,

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