Trastornos de la conducta alimentaria

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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología

[pic 2]Trastornos alimenticios.

PIA

Psicología clínica y psicología de la salud.

Jessica Esmeralda Sisa Robles

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Grupo 05

25/05/2021

Introducción

Una de las áreas en las que participa la psicología clínica es en los trastornos de conducta alimenticia los cuales han crecido a través de los años o han ido saliendo más a relucir por medio de redes sociales, series o programas de televisión, películas, etc. Siendo la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa los más comunes.

Tal y como mencionan los autores Losada y Lupis (2018) los TCA engloban un grupo de cuadros relacionados con alteraciones en la actitud y el hábito de comer. Se caracterizan por presentar una insatisfacción con el peso e imagen corporal que resultan de ideas sobrevaloradas o de distorsiones en la concepción de lo que es un cuerpo o peso perfectos.

En este ensayo se pretende conocer los factores de riesgo que son importantes de conocer para que se puedan detectar a tiempo, los diferentes tipos de daños tanto psicológicos como físicos que traen consigo estos trastornos, así como hábitos dañinos que podemos cambiar por buenos, además de presentar los tipos de terapia que funcionan para dos de estos trastornos en específico.

Este tipo de problemas lo vemos más comúnmente en adolescentes o adultos jóvenes de sexo femenino, pero aun así pueden presentarse en la adultez y en el genero masculino con menos frecuencia.

Desarrollo

La constatación de la creciente incidencia del trastorno puede expresarse en el contexto del rol preponderante que ha adquirido el cuerpo, como distinción social y como medio de competitividad, de afirmación y reconocimiento. (Borrego, 2010).

Todos los estereotipos que nos a creado la sociedad han afectado a grandes escalas a la juventud ya que les han provocado diferentes tipos de trastornos en especial los de conducta alimentaria. Las mujeres son las que mas se ven afectadas por los estándares de belleza creándoles una baja autoestima, falta de confianza, etc.

Los trastornos de conducta alimenticia más comunes en la actualidad son la anorexia nerviosa y la bulimia. La escuela psicoanalítica propone que la cultura puede crear las condiciones de vulnerabilidad bulímica y anoréxica, pero que se requieren de otras variables personales y familiares (Montilla Bravo, 2009).

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado la anorexia nerviosa como trastorno mental del comportamiento. Mental porque el temor a engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, hace que los sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico que acaba en procesos depresivos.

Este trastorno se caracteriza por el miedo intenso de engordar o subir de peso además de alterar la manera en la que la persona se ve a si misma por ejemplo su aspecto o su peso, ellos pueden tener la idea de que están sanos o se ven saludables o perfectos cuando en realidad están en los huesos, es más común presentarse en el sexo femenino.

Existen dos tipos de anorexia nerviosa, la primera es la restrictiva la cual consiste en que la persona no consume o consume pocos alimentos bajos en calorías, hacer ayunos, ejercitarse excesivamente y/o el uso de laxantes. La segunda se le llama purgativa en esta se usa cualquier tipo de medicamento, laxantes o cualquier manera de purga para eliminar los alimentos que se consumieron.

Este trastorno trae consigo varios tipos de consecuencias como lo son daños físicos y mentales, una de las variables intermitentes que disminuye la anorexia y la bulimia, es el acompañamiento de relaciones secundarias como: docentes, profesionales en ciencias sociales y relaciones de amistad, asimismo la primaria “núcleo familiar” permite que el adolescente forme una identidad positiva que se encuentre conformada por el auto respeto, auto identidad, autoimagen, percepción positiva y aceptación de sí mismo. (Ruiz y Romero, 2019).

En la actualidad ya existen tratamientos psicológicos efectivos para curar la anorexia nerviosa, el autor Saldaña (2001) nos indica que la AN ha sido tratada en dos fases: la primera en régimen de ingreso hospitalario para restaurar la pérdida de peso y normalizar la alimentación; la segunda, en régimen ambulatorio para facilitar el mantenimiento de la ganancia de peso, prevenir las recaídas y mejorar los síntomas psicológicos asociados.

Después de la recuperación de peso, el paciente regresa a su vida cotidiana, pero con un cuidado especial, en este cuidado entra su entorno social como lo son familia, amigos y entretenimiento que consuma, es importante familiarizar a su entorno con la prevención que deben llevar para evitar la recaía del paciente ya que como lo mencionan los autores Romero y Caldera (2005) La familia también puede ser un factor social que induzca a padecer esta enfermedad de forma inconsciente. Esas familias suelen ser aquellas que transmiten una preocupación por el cuerpo y la estética; que son demasiado exigente o protectoras con sus hijos, no dejándoles madurar o haciendo que maduren demasiado pronto.

Algunos factores que presenta el paciente en este estado son una baja autoestima, tendencia al perfeccionismo y personalidad vulnerable, pero no todo comienza ahí, la persona puede comenzar teniendo un objetivo de su imagen corporal cayendo as peligrosamente en una anorexia nerviosa.

La prevención primaria es la prevención ideal, ya que desde ella se intenta reducir la incidencia del trastorno en la población a través de la eliminación de las causas que la provocan o inmunizando al individuo del peligro. (Romero y Caldera, 2005).

Por otro lado, la bulimia nerviosa está definida por la DSM-5 (2014) como Ingestión, en un periodo determinado (p. ej., dentro de un período cualquiera de dos horas), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas.

Este trastorno va acompañado por comportamientos que compensen tales episodios de atracones con el objetivo de la eliminación de todo lo ingerido por medio de vomito provocados por el individuo mismo, laxantes o medicamentos.

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