Tratamiento del alma

Tratamiento del alma

“Alma” parte de una palabra que alemán se traduce como “seele”, que en griego sería “psique”, a raíz de esto se puede concluir que tratamiento psíquico es lo mismo que tratamiento del alma, lo cual tiene como propósito el tratamiento de los fenómenos patológicos de la vida anímica.

El recurso principal para lograr este tratamiento es el de la palabra. No fue hasta hace poco que los médicos de formación científica aprendieron sólo recientemente a apreciar el valor del tratamiento anímico, sin embargo dejaban esta tarea a los filósofos.

La medicina moderna tuvo ocasión suficiente de estudiar los nexos entre lo corporal y lo anímico, parecieron temer que si concedían cierta autonomía a la vida anímica, dejarían de lado el terreno de la ciencia.

No fue hasta hace unos quince años que la orientación unilateral se fue modificando, a raíz de unos enfermos que su padecimiento no parecía únicamente orgánico, sino que también existía algún malestar nervioso en conjunto, tales estados se les conoce como nerviosidad (neurastenia, histeria) y son meramente funcionales. Los signos patológicos provienen de un influjo alterado de su vida anímica sobre su cuerpo, por lo tanto la causa de la perturbación ha de buscarse en lo anímico. Es aquí donde encontraron la relación recíproca entre cuerpo y alma.

El más cotidiano ejemplo de la influencia anímica sobre el cuerpo es la expresión de las emociones, así se pudo notar que en ciertos afectos que son tan fuertes hubo ciertas exteriorizaciones corporales.

Un estado afectivo como es el “depresivo” que da lugar a otras como la preocupación y el duelo, tienen como consecuencia una baja en la nutrición, desaparición de los tejidos adiposos y las paredes de los vasos sanguíneos, etc. Por el contrario, un estado afectivo como es el de la “dicha”, el cuerpo se nota más florecido y la persona puede recuperar muchos rasgos de la juventud. Se puede concluir a través de este ejemplo que los afectos se singularizan por una relación muy particular con los procesos corporales, los grandes afectos tienen mucho que ver con la capacidad de resistencia a enfermedades o el desenlace de estas.

Del mismo modo procesos como la voluntad y la atención son igualmente capaces de influir sobre los procesos corporales y desempeñar un importante papel como promotores o inhibidores de enfermedades. En este sentido, hay otra clase de estado anímico que genera la misma fuerza de movimiento en relación a la contracción de afecciones corporales denominada: la expectativa. La cual se subdivide en dos clases una expectativa angustiada, un ejemplo claro sería que en el curso de una epidemia los más amenazados son los que tienen miedo de contraer la enfermedad.

En su contrario está la expectativa esperanzada y confiada, donde la esperanza recae en las curas milagrosas, que en realidad tiene que ver con el valor del ensalmo de la palabra. Las curas milagrosas se producen en creyentes bajo sentimientos religiosos, en lugares donde se venera a una imagen milagrosa que prometió alivio a los mortales. El fundamento entonces es el de la imaginación. La fe religiosa es reforzada por diversas fuerzas pulsionales humanas, la cual se ve acrecentada por el entusiasmo de la multitud en medio

Ximena Olachea

de la cual suele aproximarse

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