Un ejemplar industrial “INTERFACE”

Un ejemplar industrial “INTERFACE”

El mundo hoy es totalmente diferente del que se conocía hace algunos años. La humanidad, desde sus inicios, siempre ha tenido la necesidad de satisfacer sus necesidades básicas y para hacerlo ha utilizado recursos que provienen del planeta mismo. En el pasado, los recursos eran abundantes, la forma de obtenerlos era un proceso natural y no se tenía conocimiento de una posible limitación de los mismos. Pero, a través del tiempo y de la evolución, el ser humano ha modificado sus necesidades y ha creado una sociedad de consumo exponiendo a la tierra a una extracción desmedida de recursos y a una gran cantidad de contaminantes que no solo terminan perjudicando la salud de las personas sino el bienestar de todos los seres vivos que lo habitan. Con esta gran problemática es posible llegar a preguntarnos ¿Qué estamos haciendo para contrarrestar estos cambios, para evitar el deterioro y fomentar la vida?

Lo primero que se puede ver es que actualmente se tiene más conocimiento acerca de los problemas por los que está pasando el planeta debido a las malas decisiones de la sociedad. Es por esto que seguir contribuyendo a la destrucción y deterioro del mismo es culpa exclusiva de los seres humanos y detener este proceso depende de todos, especialmente de quienes más contribuyen o son la base de la contaminación y el deterioro de todo lo que vemos.

Entendiendo lo anterior, se puede concluir que cada persona, como habitante del planeta, tiene la responsabilidad de preocuparse por el bienestar del mismo. Es aquí donde se empieza a conocer un concepto de responsabilidad, en donde cada uno debe entender que todo lo que hace afecta sobre los demás y en donde lo social prima ante lo individual y el bien común se vuelve una prioridad. Buscando así que cada individuo viva en bienestar y en condiciones óptimas.

Ahora bien, a pesar de que muchas personas son conscientes de esto y han cambiado su estilo de vida para contribuir a la recuperación del planeta, existen otras que ponen sus “prioridades” frente a las del bienestar común, y para ser peor, muchas de ellas son influyentes en la sociedad. Algunas, por no decir muchas de las grandes empresas mundiales, son dirigidas por este tipo de personas y no se dan cuenta de que son ellas quienes deben empezar a hacerse cargo y tomar cartas para disminuir los daños hechos al planeta y para prolongar la vida, pues creen que no es rentable y no piensan que de igual manera, eligiendo un camino de responsabilidad social, también podrían verse beneficiados económicamente.

Para entender este término de “Responsabilidad Social Empresarial” es necesario desglosar sus compuestos y entender cómo se debe aplicar para hacerlo efectivo. Partiendo de lo anterior, se define el concepto de responsabilidad como la capacidad de aceptar y afrontar las consecuencias que traen los actos, pero no solo a nivel individual, sino también a nivel colectivo y social.  Es en este punto donde a las industrias y empresas, quienes son los principales actores de lo que está sucediendo, deben tomar conciencia,  pues su carencia de responsabilidad y compromiso con el planeta está generando que lo que producen y hacen, impacte negativamente el estado del mismo y por consiguiente a todos los seres vivos que en ella aguardan.

El planeta está en un punto crítico en donde ya no hay tiempo para echarle la culpa a los demás de lo que está sucediendo, pues la gran mayoría de personas son conscientes de lo que se avecina y es tiempo de que las compañías tomen acciones y dejen de preocuparse únicamente por su bienestar individual y económico pues si no lo hacen las consecuencias van a ser irreversibles.

Algunas empresas ya han tomado conciencia y han cambiado la forma en la que realizan sus actividades, logrando tener un desarrollo sostenible y generar un impacto positivo al medio ambiente y a la sociedad.

La empresa de la cual se va a hablar a continuación no solo revolucionó el mercado, sino que marcó la diferencia, convirtiéndose en una de las compañías más importantes de la industria, y es un claro ejemplo para explicar cómo una compañía es capaz de transformar su cultura consumista y destructiva a una cultura de RSE.

Para empezar, el caso al cual se hace mención es el de la empresa Interface Inc., esta empresa fue creada en 1973, basada en un proyecto del trabajo de su fundador Ray Anderson en la empresa Milliken & Co. donde al ser partícipe de una investigación logró descubrir el potencial de la tecnología de tapetes modulares, confiando en esto, decidió renunciar a su empleo y emprender su propio negocio. Interface se crea con el propósito de diseñar, producir y vender alfombras modulares de alta calidad. Desde sus inicios y durante muchos años se limitó al cumplimiento de la ley en cuanto a las emisiones y lo ambiental, logrando que su compañía se convirtiera en el fabricante de alfombras más grande del mundo

A pesar de esto, en esta época, la empresa pertenecía a una de las industrias con mayor intervención en la producción de desperdicios y perjuicios al medio ambiente, pues los productos que utilizaban no solo eran a base de materiales derivados de fuentes no renovables, sino también, emitían una gran cantidad de dióxido de carbono, produciendo  toxinas que afectaban a las personas y basura a niveles inimaginables que terminaban en los rellenos sanitarios.

Dentro de su camino hacia la prosperidad y dominio global, en 1994, Ray Anderson tuvo la oportunidad de leer un libro sobre la ecología del comercio escrito por Paul Hawken, y se dio cuenta que su empresa, estaba contribuyendo masivamente al deterioro del planeta al usar materiales provenientes del petróleo. Esta nueva perspectiva tuvo demasiado impacto en él, pues entendió que un camino hacia la sostenibilidad es muy importante y que el cambio era necesario para llevar a su empresa a convertirse en una compañía sustentable.

Este es el inicio de una nueva etapa basada en compromiso con la responsabilidad social empresarial y a su vez con el mundo, sin dejar a un lado el negocio y la rentabilidad, es en este punto, que en 1994, se toma conciencia del impacto ambiental, considerando que la empresa basaba su producción en materiales que hacen uso del petróleo, en energías no renovables y era uno de los grandes contribuyentes a la contaminación generada.

Partiendo de esto, Ray Anderson buscó entender la medición del impacto ambiental, recurriendo a la fórmula propuesta por Paul y Anne Erhlich, en donde plantea la ecuación del impacto ambiental bajo la propuesta de I (Impacto Ambiental) = A (afluencia) x  P (Población) x T (Tecnología). donde se tiene en cuenta la tecnología como un factor que ayuda al aumento del deterioro ambiental, el consumo como algo masivo y el fin del impacto, es decir, se ve la afluencia como la causa de la consecuencia (Impacto ambiental) y está a su vez directamente proporcional a la población.

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