EL PROFETA CAUTIVO EZEQUIEL
Enviado por jacabezas5 • 13 de Octubre de 2019 • Tarea • 966 Palabras (4 Páginas) • 318 Visitas
CAPÍTULO CINCO
EL PROFETA CAUTIVO
EZEQUIEL
Ministerio de Ezequiel
Según datos del autor, la fecha inicial, 593 A.C. (1:2).
La última profecía en 571 A.C. (29:17).
Su ministerio duró 22 años. Sacerdote y profeta en tierra extranjera, dirigiendo mensajes a la gente de Judá.
Nos muestra un profeta alegórico usaba imágenes apocalípticas y un lenguaje simbólico en sus mensajes, siendo este libro el más difícil de entender.
Podemos ver que los levitas emprendían su ministerio a los 30 años por lo que se asume que Ezequiel inició su ministerio a los 30 años, en el año quinto del reinado de Joachin (597 A.C.) fue llevado a Babilonia o sea en el 593 A.C.
El llamado al profeta fue por medio de una visión de la gloria de Dios en medio de un "viento tempestuoso", llamado como "Hijo de hombre" fue lleno del Espíritu Santo.
Como mensajero fiel, fue comisionado a predicar a los cautivos de Israel en Babilonia, un pueblo rebelde sin importar que lo escuchen o no.
Según el autor la parte donde el profeta recibe la orden de comerse un rollo simboliza que el ministro debe alimentar su propia alma con la Palabra de Dios antes de predicar a otros, nos muestra la preparación de los siervos.
Presenta a un profeta de mirada triste, siendo el portavoz de Dios cerca de los exiliados, miraba la historia de las infidelidades de Israel.
Pues la situación del reino de Judá, se fue haciendo cada vez más difícil, hasta que Nabucodonosor destruyó a Judá, asedió, tomó y arrasó Jerusalén, incendió el Templo y envió desterrado a Babilonia a lo más representativo de la población que todavía quedaba en la ciudad.
Como con el transcurso del tiempo, muchos de los exiliados acabaron por acomodarse a su situación, porque en Babilonia disfrutaban de una media libertad que les permitía formar familia, trabajar, negociar, crear riqueza e incluso alcanzar cargos importantes. En efecto, hubo igualmente muchos que acogiéndose al edicto del rey Ciro volvieron a Palestina, a la Tierra prometida y a la añorada Jerusalén.
En la primera etapa de su ministerio, antes que Jerusalén fuera destruida, como se indica en el libro de Ezequiel, anunciaba la llegada de la ruina de la ciudad. La historia del pueblo de Israel era por entero una cadena de infidelidades a Dios, a quien una y otra vez habían abandonado para rendir honores a ídolos de dioses extraños; pero la ciudad de Jerusalén era donde se daba la mayor concentración de maldad, un lugar lleno de crímenes que la justicia de Dios no podía dejar sin castigo.
Las visiones de Ezequiel demostraban la gloria de Dios, el Shekinah la presencia de Dios que estaba apartándose de su casa a causa del pecado de la gente.
La gloria de Dios había dejado el templo. Pero ahora, abandonó del todo la ciudad.
La misión del profeta consistió entonces en hacer comprender a la gente las verdaderas causas del desastre sufrido, y en prepararla para la obra de reedificación a la que habrían de dedicarse los repatriados.
Muestra un pueblo disperso que había de ser reunido de nuevo y conducido a la Tierra prometida a ser transformada por el Señor, un pueblo rescatado del exilio.
Intercala una serie de profecías dirigidas contra ciudades y naciones paganas relacionadas con Israel; porque si bien en algún momento Dios se sirvió de los paganos como instrumentos de su ira, ahora la soberbia y la crueldad con que se condujeron los hizo merecedores al castigo que habrían de sufrir.
...