LA DSI EN LAS ENCÍCLICAS

Papa

Encíclica

Contexto histórico

Aporte doctrinal

León XIII (1891)

Rerum novarum

Tras la revolución francesa, en el mundo se dio –además de una mayor conciencia de los propios derechos- una etapa de fuerte liberalismo en el sentido de actitudes contestatarias contra la religión, el empeño por la organización de la vida de manera pragmática y sin criterios de sentido. Surge la ideología socialista-marxista que intentó y su postura antirreligiosa que tiene progresiva acogida en los gobernantes e intelectuales de la época.

Descalifica al socialismo que sostiene el comunismo de bienes, la lucha sistemática de clases y la organización de la vida ajena sin criterios trascendentes-divinos. Argumenta que la propuesta de Marx es ajena a la razón y a la verdad, que la verdadera excelencia humana está en la moral. Propone que los gobernantes promuevan el bien común con especial cuidado al proletariado, el progreso social debe ir de la mano con el progreso individual, el salario justo y suficiente para cubrir todas las necesidades humanas y para acceder a la propiedad privada.

Afirma que es necesaria y legítima la creación de sindicatos y asociaciones de obreros para hacer respetar sus derechos.

Pío XI

(1931)

Quadra- gésimo anno.

Esta encíclica se da tras la primera guerra mundial, la institución del comunismo en Rusia en 1917, y la crisis económica del 1929 que amenazaban al sistema democrático. El comunismo aparece como una alternativa real ante la crisis.

Asume como algo positivo el derecho a la propiedad, al capital y al trabajo, trata de la promoción del proletariado, del salario justo y la restauración del orden social, favorece la reforma de las instituciones y propone como idea original el recurso de subsidiariedad. Reconoce los límites del capitalismo y del comunismo y se interesa por los sistemas intermedios.

Llama a la moderación y a la caridad cristiana en el uso de los bienes.

Condena el fascismo italiano por promover la estatolatría en detrimento de la libertad ciudadana. También condena al nacional socialismo alemán que indispone a la sociedad contra el cristianismo.

Juan XXIII

(1961)

Mater et magistra

Al superar los desastres de la segunda guerra mundial, se dio un estado de bienestar y condiciones económicas más o menos igualitarias en muchos países.

En este contexto, la encíclica hace sobre todo una valoración positiva.

Hace notar los cambios gracias a la ciencia, la modernización agrícola, los avances en la radio y la televisión, la responsabilidad de los movimientos sindicales respecto a los cambios sociales y económicos, la interdependencia de los pueblos, el acceso a la cultura, en fin, son beneficios que contribuyen al bienestar humano.

Considera que el bien común es una tarea imprescindible de los gobernantes, y aún más, el principio de subsidiariedad que promoverá el equilibrio de poder y de servicios en la población. Sostiene que la propiedad privada es compatible con la propiedad pública. Esto hace posible un desarrollo económico gradual y proporcional a los diversos sectores productivos.

En todo el proceso productivo y económico, el hombre es el fundamento, causa y fin.

Juan XXIII

Pacem in terris

(1963)

Previamente estuvo la crisis de Cuba y aún más la llamada guerra fría.

Tiene dos convicciones fundamentales que sostienen sus ideas: La paz es una aspiración de toda la humanidad, y no puede establecerse ni consolidarse sin respetar el orden establecido por Dios; la paz no es la simple ausencia de guerra, consiste en una situación estable, en una red de relaciones sociales dentro de la nación y entre todas las naciones del mundo.

Los principios que deben regir la convivencia civil son la verdad, la justicia, el amor y la libertad porque la sociedad humana tiene un carácter espiritual y la convivencia debe darse según el orden moral establecido por Dios.

Hace falta el acuerdo de todas la naciones para determinar y aceptar una autoridad dotada de medios eficaces, con jurisdicción universal (ONU) para alcanzar el bien común universal.

El cristiano debe intervenir activamente en todos los campos de la vida pública, un comportamiento moral ajustado a la ley natural y a la revelada.

Vaticano II

Gaudium et spes

(1965)

Hay división de bloques políticos: el este (Rusia) comunista y el occidente capitalista, y persecución de cristianos en los países comunistas.

Es la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno, una teología de lo concreto. Expone problemas concretos donde el hombre es causa y víctima. Aborda temas como la dignidad humana golpeada por el ateísmo, el trabajo humano que es una colaboración en la obra creadora de Dios, la dignidad del matrimonio y la familia, en lo referente a la ética económica realza el destino universal de los bienes, en lo político llama al fomento de la paz, condena la guerra como un crímen contra Dios y la humanidad e insiste en el compromiso del Cristiano en el contexto sociopolítico guiado por la luz de Cristo.

Pablo VI

Populorum progressio

 (1967)

Neocolonialismo.

En lo secular existía la idea de que el subdesarrollo era siempre una fase previa al desarrollo, pero se veía una distancia económica cada vez mayor entre ricos y pobres: el comercio internacional excluye el desarrollo de los países sin industria. Además, hay dificultades en el interior del cristianismo para acoger la renovación del Vaticano II.

Presenta el reto del pobre cada vez mayor y la necesidad de un desarrollo integral, define el desarrollo como el paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, la importancia de la solidaridad, la atención a las demandas de los débiles, uso adecuado de bienes superfluos y otros. Favorece la caridad universal, la hospitalidad, la atención a los jóvenes estudiantes del tercer mundo, el diálogo intercultural… reta a todos los cristianos a trabajar incansablemente por la paz en el mundo.

Fondo para la ayuda de los países en vías de desarrollo (caridad universal).

El desarrollo es el paso de condiciones menos humanas a más humanas.

Justicia social.

Juan Pablo II

Laborem excercens (1981)

A los 90 de la Rerum novarum, en Rusia se está dando el paso a la democracia, está el peligro de vincular modernidad con la secularización, hay confrontación de bloques de orden político, económico, ideológico y militar, y se denuncia muchas injusticias.

Hace una profunda revisión acerca de la doctrina del sentido del trabajo y expone que el trabajo tiene una dimensión espiritual. El trabajo responde a la voluntad creadora de Dios. El trabajo es todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias.

Hay conflicto entre el capital y el trabajo, su solución no debe ser ideológica sino ética: el trabajo es siempre causa eficiente, mientras que el capital es sólo causa instrumental, no es posible anteponer las cosas a las personas.

El derecho de los trabajadores: derecho a la sindicalización y el reclamo, rechazo del paro, salarios justos y prestaciones sociales para asegurar la vida.

Juan Pablo II

Sollicitudo rei socialis (1987)

En contexto del mundo que parece salir de la crisis económica, hay un precario equilibrio de bloques enfrentados.

Su objetivo fundamental es relanzar valores fundamentales en vistas de un verdadero desarrollo.

Indica que tras el nombre del desarrollo están ocultos el abismo cada vez mayor entre el norte y el sur, hay expresiones concretas de analfabetismo, discriminaciones, escasez de viviendas, paro declarado… y encuentra también signos positivos como la mayor conciencia de la dignidad humana. Se requiere una radical interdependencia y solidaridad entre los pueblos.

El desarrollo humano debe abarcar la vertiente religiosa, política, económica e incluso ecológica; rechaza el concepto de desarrollo automático, ilimitado y sólo material, insta a dejar lo superfluo a favor de los más pobres. El uso de los recursos no se exime de ceñirse al respeto de las exigencias morales. Denuncia las estructuras de pecado o suma de factores negativos existentes.

La doctrina social de la Iglesia es un instrumento de evangelización y tiene una categoría teológica que le prohíbe convertirse en alternativa política, económica o ideológica.

Juan Pablo II

Centesimus annus (1991)

A los cien años de la Rerum novarum. Hay necesidad de una iluminación del mundo desde una perspectiva económica.

El capitalismo ha generado exclusión, explotación, alienación, consumismo, hedonismo, deuda externa, descuido de las responsabilidades estatales frente al mercado.

El progreso únicamente materialista ha perjudicado históricamente a la humanidad, al estado le corresponde vigilar por la justicia y la caridad. Insta al apoyo a los países excomunistas, a la justicia y a la opción preferencial por los pobres sin exclusivismos. Recuerda que la propiedad tiene un destino universal, asimismo el conocimiento, la técnica y el saber.

Se debe superar la marginación de los inadaptados y oprimidos por el capitalismo. Se debe mitigar el peso de la deuda externa, controlar la economía de mercado, luchar contra la alienación consumista y favorecer el servicio de la libertad humana integral.

El estado es el instrumento para realizar el bien común, para proteger la naturaleza social del hombre e impedir la arbitrariedad.

La iglesia respeta la autonomía legítima del orden democrático y aporta una visión integral de la persona humana.

Para conocer al hombre hay que conocer a Dios: la Doctrina Social de la Iglesia es antropología y teología moral capaz de hablar del hombre al mundo, anuncia y denuncia.

Juan Pablo II

Evangelium vitae.

1995

En el mundo se propugna el estudio y manipulación del embrión, y se promueve el aborto y la eutanasia.

Irresponsabilidad humana e inadecuada legislación.

Defiende el valor inviolable de la vida.

La sacralidad de la vida: una dignidad inquebrantable.

Contra: fecundización in vitro, la eutanasia, el aborto. La legítima defensa.

Dios es el dueño de la vida: amar, respetar y defender la vida.

Juan Pablo II.

Fides et ratio.

1998

Frente al segundo milenio, ante la necesidad de pronunciarse claramente respecto a la ciencia y la fe.

La desesperación y desorientación en el mundo.

Propone la búsqueda de la verdad de manera constante y humilde.

La fe y la razón se complementan, no son incompatibles. Ambos son como dos alas que elevan al ser humano en la búsqueda de la verdad.

Benedicto XVI

Deus caritas est.

2005

La necesidad de promover la solidaridad universal ante la polarización económica entre ricos y pobres y ante un mundo que entiende el bien de manera mercantil.

En el mundo, la situación social pide que seamos bondadosos con los demás. La caridad es un amor desinteresado (no pide recompensa, ni retribución), la caridad es el conjunto de todos los amores, pero sobre todo es el amor ágape (don, regalo).

La caridad es un amor que supera a la justicia.

Es necesario practicar el amor por el otro, sin discriminaciones.

Benedicto XVI.

Caritas in veritate.

2009

Ante las ideologías y la ciencia actual que manipulan al ser humano mediante la globalización y la acentuación de la experimentación con los genes humanos.

Exacerbación de los derechos y descuido de los deberes.

Ante la crisis y el desarrollo desproporcionado (sólo de algunos países y sólo en algunas dimensiones) el papa propone un desarrollo justo, equitativo y en todos las dimensiones de la vida humana (fe, ciencia, tecnología, bioética y otros).

Se pide el respeto por la vida humana, y una procreación responsable.

No a la manipulación del ser humano, no a la utilización de las situaciones de pobreza y analfabetismo.

Propone profundizar en algunos aspectos del desarrollo integral de nuestra época a luz de la caridad.

La globalización antes que un proceso económico social, es un reto a la razón.

Se pide un mercado con sentido moral y humano.

Perseguir metas humanistas: promoción de la responsabilidad, solidaridad, confianza y gratuidad.

Uso adecuado de la tecnología para la humanización.

El desarrollo debe promover a todo el hb y a todo hb.

Francisco

Laudato sí.

2015

Ante la degradación y el recalentamiento  global (cambio climático).

Propone la superación del egoísmo que nos lleva a la destrucción.

Se debe promover un desarrollo responsable, reformas energéticas, la promoción de la educación ambiental, el cuidado de la casa común.

Es una responsabilidad moral de cada persona.

Establecer una alianza entre la humanidad y el medio ambiente.

Justicia con las generaciones humanas.