Seminario Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Enviado por Gabluzbel • 16 de Agosto de 2015 • Documentos de Investigación • 2.650 Palabras (11 Páginas) • 109 Visitas
Seminario Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús |
Investigación de temas |
Moral sexual y del Matrimonio |
Andres Garcia Martinez 15-4-2015 |
TEMAS DE MORAL SEXUAL Y DEL MATRIMONIO
Introducción
La sexualidad en el mundo actual
La situación actual de la sexualidad se explica por una serie de factores históricos que han contribuido a la «liberación» del erotismo de sus frenos sociales. La primera constatación que se impone es que vivimos en un mundo sexualizado, el mundo se ha erotizado. Entre las causas que han provocado este fenómeno están: la reacción violenta frente a ciertos tabús ancestrales; a expansión del psicoanálisis; condicionamientos psicológicos. Uno de los fines que provoca la sexualización del mundo actual es el comercial, se utiliza el sexo como factor de atracción y de venta. El erotismo es el gancho que nuestra sociedad de consumo usa para sus múltiples fines.
El impulso sexual en nuestra época ha adoptado un carácter extensivo y, al ganar en extensión, ha perdido en calidad, es por eso que hay una tendencia a reducir la sexualidad al valor más ínfimo: el sexo. Existe en la configuración actual de la sexualidad una hipergenitalización que no corresponde a la evolución normal y que denota una regresión a una etapa sexual infantil o preadolescente.
El modo de vivir hoy la sexualidad es un indicador de fallos profundos en los valores personales. Detrás de la ola de sexualidad se oculta una sexualidad reprimida o inmadura y sobrecompensada la mayor parte de las veces. En muchas ocasiones la sexualidad, en lugar de ser un servicio para la edificación de la persona, es empleada para realizar una alienación personal.
Rasgos psicosociológicos de la sexualidad actual:
- Existe una decadencia de las formas de comportamiento institucional y ritualizadas en favor de una mayor libertad en los criterios individuales, esto lleva a la decadencia o «corrupción» de costumbres y convenciones sociales con un predominio del arbitrio personal.
- Privatización anímica de las experiencias amatorias, solo cuando las instituciones ya no imponen esa comunicación preformada y que distancia a los seres, los hombres se enfrentan con plenitud total de su persona espontánea.
- La sexualidad y el amor son vividos en el ámbito de la psique. El conocimiento, la sutileza y la autorreflexión de las experiencias amatorias aumentan a medida que el matrimonio y la familia pierden su función y su significado en la estructura social y se recluyen en el mero ámbito de lo privado.
- El hombre se considera a sí mismo como un ser que busca el placer o que está autorizado para buscarlo, por lo que se considera el ejercicio del amor pleno como una exigencia normal y el ejercicio sexual gratificante se considera como un éxito, ante lo cual se genera también un temor y angustia de no poder satisfacerlo y hay una reducción de la sexualidad al ejercicio genital, el cual se disocia de la fecundidad.
- El hombre tiende a la total sujeción del plano de la conducta a lo meramente instintivo, con una racionalidad de tipo secundario, por lo que lo instintivo es lo normal y se crea el mito de la «normatividad estadística»
- Hay una pérdida del sentido de la sexualidad y del amor, se cae en la insignificancia, se reduce el sexo a una función biológica sin misterio alguno, la sexualidad se despersonaliza. La sexualidad tiende a adoptar el sentido de una compensación de decepciones causadas por el desquiciamiento y las mutaciones de la sociedad, volviéndose cada vez más exigente. El erotismo produce una decepción más radical, la decepción del sentido. Cuando ya nada tiene sentido, solo queda el placer instantáneo y sus artificios, hasta da lugar a una comercialización desvergonzada del sexo.
- La sexualidad se vive en clave consumista y se encara desde el punto de vista del placer y desde la supresión de todo riesgo, se exagera el sentido de la brevedad y de puntualidad del placer de índole sexual y se proporciona al ejercicio sexual ilusiones instintivas ineludibles.
La recuperación de la virtud
Se piensa a veces que un determinado comportamiento moral es bueno o malo porque ha sido propugnado o prohibido por el mensaje cristiano, sea este bíblico o magisterial. Se dice que algunos comportamientos sexuales, generalmente reprobados por la sociedad, no han sido condenados por la Iglesia de forma explícita. Aunque siempre sea necesario alzar una voz profética contra los abusos que la persona puede sufrir en su sexualidad, la pretendida ausencia de condenas tendría al menos un valor.
La ética cristiana habría de afirmar su identidad con una ética racional de la sexualidad, siempre que trataran ambas de fundarse sobre una base ontológica, en el mismo ser de la persona humana y en los rasgos constitutivos de su sexualidad. La ética cristiana no puede ni debe ignorar tal conocimiento antropológico.
Los valores éticos que promueve y tutela la fe cristiana, podrían ser alcanzados por la razón humana, sin embargo, en la práctica, el anuncio del evangelio significó una novedad revolucionaria ante el panorama moral de las ciudades griegas.
Dimensiones a tener en cuenta en la sexualidad:
- Procreación: Dios a todos nos hizo seres sexuados, imprime en cada persona unas características muy marcadas. El motivo por el que una relación sexual es que no se está abierto a la paternidad o maternidad, sino que solo se busca el placer, de tal manera que si se está abierto a esta posibilidad habría que esperar al matrimonio o casarse.
- El amor verdadero
- El placer: juega un papel importante, porque es parte de la misma constitución del ser humano.
- La totalidad de la entrega:
- Desarrollo de las 3 dimensiones de la persona: Personal, interpersonal y social.
Valores fundamentales:
Autoliberación: Se refiere a quitarse las cosas que no son propias de una determinada forma de ser de acuerdo a la característica de saberse un ser sexuado. Se trata de quitarse aquello que esclaviza para poder entregarse en una donación a las demás personas de una forma libre como hombre o como mujer.
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