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Sesión 4 y 5: Paternidad y Maternidad Responsable


Enviado por   •  7 de Octubre de 2019  •  Apuntes  •  2.214 Palabras (9 Páginas)  •  524 Visitas

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             Alumno: Jimmi Neyra Medina

            Materia: Moral de la Persona y Bioética

                        Sesión 4 y 5: Paternidad y Maternidad Responsable

En este documento da a conocer la composición y todo el proceso que se da en la fecundación, ovulación, reproducción etc. Todos los factores que implica la procreación. Se habla del endometrio, que es el que tiene la capacidad de la mucosa uterina para que se reproduzca la implantación embrionaria de manera correcta, es una capacidad activa, ya que envía señales al blastocisto. Dando paso luego a explicar la función de muchos más entre estos los estrógenos ováricos, que son los factores que juegan el papel mas definido en la regulación del proceso a tal punto que si hay exceso de estos estrógenos pueden presentarse graves consecuencias. La progesterona es esencial para la implantación y mantenimiento del embarazo de todos los mamíferos, y ya como última etapa de implantación queda el blastocisto inserto en el endometrio.

Si bien es cierto la ciencia tiene sus perspectivas y tienes su propio fin. Sin embargo, se puede dar una interpretación en el que este proceso científico de la vida se puede coger de la creación desde la óptica de Dios.

Sabemos que el libro del Genesis específicamente en el relato de la creación del hombre y la mujer, donde reciban la orden de Crecer y multiplicarse, aquí se plasma ya el mandato de la reproducción, específicamente humana para llenar la tierra y someterla. Mas adelante, tras la caída del hombre, y su expulsión del paraíso viene la sentencia de que la mujer parirá con dolor, ahí ya se va la condición de un parto con dolor, llamando así el hombre a la mujer Eva, por ser madre de todo lo viviente, vendría a ser el legado de la reproducción. Todo ser viviente tiene como tarea reproducirse, pero sobre todo en la reproducción humana hay cierta peculiaridad como la no coherencia que hay entre la relación sexual y los periodos de fecundidad. Cuando se habla de reproducción se da paso al engendrar y producir otros seres con las mismas características bilógica. Convirtiendo a la mujer como portadora de la vida, creadora, como la tierra que engendra a su semilla. La especie animal tiene su ciclo de apareamiento de manera periódica. Ya en la séptima semana de gestación comienza la organización y multiplicación de las células para que ya en el segundo trimestre el embarazo llega a ser unas 6 u 8.000.000. así ocurren una mezcla de todas estas células, se da la división meiótica y la mezcla del material génico del padre con el de la madre. Este estadio permanecerá así hasta el momento de la pubertad en que previamente a la primera ovulación, el ovocito habrá completado su primera división meiótica, dando lugar a un ovocito secundario y un corpúsculo polar, ambos ya con 23 cromosomas. La función gonadal comporta la producción de hormonas, de forma cíclica o mensual, lo que constituye el ciclo hormonal o ciclo ovárico que representa en nuestro caso el florecimiento de la feminidad, y la ovulación o liberación del óvulo o gameto. La ovulación es un sistema de coordinación entre cerebro, hipotálamo, hipófisis y gónada, se autorregula, mediante un sistema de retroalimentación positiva o negativa, para permitir la liberación de un óvulo en cada ciclo, y permitir que pueda ser fecundado. Después teniendo en cuanta de esto se da Si hay fecundación, el cuerpo de la mujer reacciona y desarrolla múltiples modificaciones para permitir el desarrollo del embarazo y mantener la vida del embrión y feto. Todo es una cadena que si no funciona una no puede conectarse con la otra, como la división del zigoto, donde los pronúcleos masculino y femenino se acercan mutuamente, pierden la membrana nuclear, quedando libres los cromosomas de ambos en el citoplasma de esta célula, llamada zigoto. Se organiza entre sí el material genético de ambos progenitores y solamente se volverá a formar una membrana nuclear al completarse la primera división celular, momento en que pasará a llamarse embrión. El zigoto no tiene todavía la capacidad de transcripción o expresión de su genoma y sólo la adquirirá en la fase de 4 a 6 células, cuando haya formado su sistema o identidad inmunológica del nuevo ser. Luego ya viene el proceso de implantación, que es un fenómeno complejo de intercambio de información entre el blastocisto y el endometrio de la madre.

El embrión, primero, y a partir de la 8ª semana el feto, juega un papel dinámico en este proceso dirigiendo la orquestación de su propio destino. En primer lugar, interactúa en su propia implantación a partir del 6º día de la ovulación, no siendo el endometrio esencial ya que puede implantarse en cualquier otro tejido. Desde el momento de la fecundación, el trofoblasto rescata el cuerpo lúteo en ovario mediante la producción de una hormona HCG (hormona gonadotropina coriónica) para mantener la función e hipertrofia del mismo, y mantener la secreción de progesterona, fundamental para el desarrollo de las primeras semanas del embarazo, hasta que la placenta toma esta función a partir de las 8 semanas. La diferenciación sexual del embrión y feto se originan a la 3ª semana de la gestación. A la quinta semana Hacia la sexta semana las células germinativas inician su migración hacia las gónadas. A la séptima semana se diferencian dos partes en cada una de ellas, de las cuales la parte cortical evolucionará a ovario y la parte medular a testículo.

Todos los sistemas del organismo materno han de adaptarse fisiológicamente al espacio y al mantenimiento del embarazo, al desplazamiento de sus órganos y a la sobrecarga que para muchos de ellos supone el aporte al feto. El embarazo es, sin embargo, un tiempo privilegiado en que la madre y el hijo tejen lazos indispensables que condicionan el futuro. Ahora veamos lo que es la lactancia materna, Las hormonas del embarazo (estrógenos, progesterona, prolactina y cortisol) actúan sobre los tejidos mamarios maternos produciendo procesos óptimos de maduración morfológica y bioquímica. La progesterona se comporta como agente de lactogénesis, y la prolactina induce la bajada de la leche. A partir de ahí la lactancia se mantendrá mediante un reflejo nervioso al estímulo de la succión con respuesta hormonal y producción de leche y mediante la propia producción hormonal. La acción del recién nacido apunta a asegurar su propia existencia.

El deseo de tener hijos es universal, no es una cosa nueva del mundo de hoy. La reproducción siempre fue un destino lógico que no estuvo ligado nunca a la voluntad del hombre o de la mujer. En tiempo pasado, y todavía hoy, en las sociedades tradicionales de los países más desfavorecidos, el hecho de no tener hijos era o es interpretado como un castigo divino y motivo de repudio a la mujer por parte del marido y su familia. Tradicionalmente el proyecto personal, la función social y también el designio natural de toda mujer fue siempre el de procrear, lo que justifica que la palabra infertilidad o esterilidad tenía una connotación acusatoria e incluso persecutoria, constituyendo un estigma de incapacidad, sobre todo para la mujer, a lo largo del tiempo, según civilizaciones y culturas, A esta situación se añaden unos cambios importantes de nuestra sociedad: el concepto de bienestar, que no es sino la búsqueda de la felicidad de la que ya nos hablaba la Grecia antigua; el reconocimiento del ejercicio de la autonomía en las decisiones sobre nuestro cuerpo y sobre el mundo que nos rodea, sobre el qué, cuándo y cómo, en este caso de la maternidad, con el recurso a este tipo de reproducción, si procede. Hay que añadir que los cambios sociales han aumentado la infertilidad conyugal, como consecuencia de una situación de estrés; el aumento de las enfermedades de transmisión sexual; el efecto secundario de los anticonceptivos; las complicaciones de las interrupciones voluntarias del embarazo; o el retraso en la edad de la primera gestación. Maximizar las posibilidades de fertilización y de embarazos viables es el objetivo de la actualidad, y recurren a ciertos medios como: La inseminación artificial homóloga o conyugal (IA) y heteróloga o de donante (IAD). t La fertilización in vitro y trasplante de embrión, sea homóloga o conyugal o heteróloga, de donante, tanto de gameto masculino como femenino (FIV y FIVTE).  La transferencia de embriones, congelados en ciclos anteriores, previa descongelación de los mismos, que pueden ser de la pareja o donados (TE). t La “Gamete Intrafallopian Transfer” o GIFT, transferencia de ambos gametos en el tercio externo de la trompa, reproduciendo la fisiología normal de la fecundación. t La transferencia del zigoto, ZIFT, al tercio externo de la trompa. t La transferencia intratubárica de embriones (TET). t La maternidad subrogada, también conocida como madres de alquiler, según la cual el embarazo es llevado a cabo por otra mujer, ajena a la pareja. t La clonación, sea por gemelación o por transferencia nuclear (técnica que al parecer no ha dado todavía niños vivos, ya que el experimento de la secta de los raelianos no ha sido confirmado ni aceptado por la comunidad científica). t La partenogénesis, por implantación en un óvulo con número haploide o “n” de cromosomas de otro núcleo haploide o por estimulación del núcleo del óvulo para duplicar el número de cromosomas (técnica tampoco en actividad por el momento, La implantación del embrión se realiza hacia el 5º día, al iniciarse la fase de blastocisto, y puede consistir en una simple transferencia del embrión (generalmente varios, con un número óptimo de 3 embriones) o por micro manipulación, tratando el trofoblasto para favorecer la implantación del embrión, técnica denominada “hatching” del blastocisto o “implantación asistida”.

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