Del Cristo Evangelizador a la Iglesia evangelizadora
Enviado por Geriarto • 9 de Mayo de 2017 • Resumen • 3.606 Palabras (15 Páginas) • 261 Visitas
I Del Cristo Evangelizador a la Iglesia evangelizadora
Si Jesús es el primer y más grande evangelizador, entonces el punto de partida será preguntarnos ¿Qué ha significado evangelizar para Cristo? Sin duda, el anuncio del Reino de Dios a partir del cual todo lo demás es dado por añadidura. El centro del mensaje es el anuncio de la salvación como liberación del pecado y del maligno junto con la alegría de conocer a Dios y ser conocido por él. Este anuncio requiere cierto sacrificio, ya que recibir el evangelio significa una conversión profunda de la mente y el corazón.
Y ¿Cómo? A través de palabras y signos. Sus palabras desvelan el secreto de Dios, su designio y su promesa por eso cambian el corazón del hombre y su destino. Por su parte los signos evangélicos arrastran hacía Él para verlo, escucharlo y dejarse transformar con Él, de manera particular con su muerte, su resurrección y el envío del Espíritu de Verdad.
Los que acogen esa verdad conforman una comunidad que participa en la fe y es a la vez evangelizadora; vocación propia de la Iglesia e identidad más profunda ya que existe para evangelizar, predicar y ser canal de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios y perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa.
En este sentido, la iglesia, nace de la acción evangelizadora de Jesús y sus discípulos, de su misión y es enviada por él para continuarla siendo testimonio que llame a la admiración y conversión. La iglesia comienza por evangelizarse a sí misma para conservar su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el Evangelio el cual custodia como depósito viviente no para ser escondido sino para ser comunicado.
Es por esto que los evangelizadores son enviados no como particulares con ideas propias sino como portadores de un evangelio del que no son dueños sino al que deben fidelidad.
Es claro en este punto que Iglesia y misión evangelizadora son inseparables de Cristo y en consecuencia es absurda la dicotomía entre ambos.
II ¿Qué es evangelizar?
Frente a definiciones reduccionistas, la evangelización es la renovación de la humanidad, es decir, transformar desde dentro y renovar cada hombre y el conjunto de hombres que la forman. Es un cambio de conciencia que abarca la vida completa, actividades y ambientes concretos. Comprende las formas de pensamiento, estructuras e instituciones de manera que no es cuestión de número ni de imagen sino de fondo y para cada línea de actuación del hombre.
De esta forma, evangelizar es evangelizar también las culturas teniendo en cuenta a la persona, sus relaciones y su relación con Dios, con independencia de ellas pero impregnándolas todas. El problema actual es la ruptura entre Evangelio y cultura.
No será posible sin un testimonio que interrogue y contagie junto con el anuncio explícito que en algún momento habrá que hacer dando razón de la propia esperanza estando obligado a esclarecer y justificar ese comportamiento que suscita el cuestionamiento.
La evangelización será tal si provoca la adhesión, entendida como participación de la comunidad de fieles e inicio en la vida sacramental. Esto no es otra cosa que hacer vida el anuncio recibido.
III Contenido de la evangelización
El contenido de la evangelización es el Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo, que no es alguien lejano ni anónimo sino Padre y que, por tanto, exige de nosotros ser hermanos.
Y el centro del mensaje es su actuación en nuestro favor, es decir, la salvación en Jesucristo Hijo de Dios hecho hombre y que por su muerte y resurrección alcanza a todos los hombres por misericordia de Dios. No como remedio a los problemas inmanentes sino una salvación que comenzando aquí en la tierra lo es para toda la eternidad. En consecuencia es obligado un anuncio profético de un más allá que es la respuesta a la inquietud del corazón humano de trascender su límite temporal.
Evangelizar comprende anunciar la esperanza que suponen para nosotros las promesas de Jesucristo, esto es, el amor que Dios nos tiene y aquel que unos a otros nos debemos en calidad de hermanos. Todo vivido y celebrado en la Iglesia y los sacramentos que tienen como centro y culmen la Eucaristía.
Como decíamos la evangelización afecta a todos los ámbitos de la vida, desde los aspectos más próximos o locales como la familia y la vida social y comunitaria a aquellos de nivel tanto institucional como de ámbito internacional. En este sentido es preciso señalar que entre evangelización y promoción humana hay una distancia corta ya que la evangelización supone la justicia y la paz para el correcto crecimiento del hombre que ha de ser evangelizado.
El verdadero sentido de la evangelización como liberación, es una liberación tal y como la ha anunciado Jesús de Nazaret. Principalmente para aquellos que están oprimidos por causa de otros hombres y sin ambigüedades ni reduccionismos a la dimensión puramente temporal y antropocéntrica que terminaría por ser manipulable por los poderes políticos e ideológicos. Por tanto, se trata de una liberación abierta al hombre entero, también a su dimensión trascendente y su apretura al Absoluto.
La Iglesia asocia pero no identifica liberación humana con salvación en Jesucristo. No es suficiente el bienestar para instaurar el Reino de Dios. Toda liberación temporal y política lleva dentro de sí un germen que es distinto de la verdadera fuerza espiritual que mueve la verdadera felicidad y salvación en Dios. No son posibles unas estructuras liberadoras del hombre si no hay antes conversión de corazón y mente por parte de quienes viven y rigen esas estructuras, por eso ninguna liberación justifica para su realización la violencia. No solo no es la solución sino la mejor forma de agravar el problema.
El papel de la Iglesia es el de suscitar cristianos que sean agentes de liberación para otros hombres por su inspiración de fe y vivencia del amor fraterno.
Aquí se hace un llamado especial a la libertad religiosa como una de las necesidades primarias de liberación ya que son muchos los perseguidos por su fidelidad a Cristo
IV Medios de evangelización
El sistema fundamental de evangelización es el testimonio de vida creyente, creíble, fiel y haciendo vida los consejos evangélicos que llevan a la santidad junto con la predicación, proclamación verbal del mensaje y, sin menosprecio de esta que debe ser siempre considerada, se invita a la utilización de los medios modernos.
Se explicita tener en cuenta principalmente:
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