Doctrina Social
Enviado por mim1586 • 10 de Julio de 2014 • 2.850 Palabras (12 Páginas) • 229 Visitas
DOCTRINA SOCIAL 3.
Definiciones de:
1) Trabajo.
2) El trabajo y la mujer
3) Justa remuneración.
4) Familia.
5) Dignidad de la persona.
6) Derechos humanos.
7) Personas con capacidades diferentes.
8) Propiedad privada.
9) Materialismo.
1) TRABAJO: la Iglesia halla ya en las primeras páginas del libro del Génesis la fuente de su convicción según el cual el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la tierra.
El trabajo como una actividad “transitiva”, empezando en el sujeto humano, está dirigida hacia un objeto externo, supone un dominio específico del hombre sobre la “tierra” y a la vez confirma y desarrolla este dominio, con el término tierra, del que habla el texto bíblico, se debe entender ante todo la parte del universo visible en el que habita el hombre. La expresión “someter la tierra” tiene un amplio alcance, indica todos los recursos que la tierra (e indirectamente el mundo visible) encierra en sí y que, mediante la actividad consciente del hombre, pueden ser descubiertos y oportunamente usados. Aquellas palabras puestas al principio de la Biblia, no dejan de ser actuales: “a imagen de Dios… varón y hembra….Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla”.
Haciéndose – mediante el trabajo – cada vez más dueño de la tierra y confirmando todavía – mediante el trabajo – su dominio sobre el mundo visible, el hombre en cada caso y en cada fase de este proceso se coloca en la línea del plan original del Creador.
Este proceso es, al mismo tiempo universal: abarca a todos los hombres, a cada generación, a cada fase del desarrollo económico y cultural, y a la vez es un proceso que se actúa en cada hombre, en cada sujeto humano consciente.
Todos y cada uno, en una justa medida y en un número incalculable de formas, toman parte en este gigantesco proceso.
Trabajo en sentido objetivo:
Halla su expresión en las varias épocas de la cultura y de la civilización. Somos testigos de las transformaciones llevadas a cabo por el gradual y continuo desarrollo de la ciencia y de la técnica. Lo cual, en su conjunto, se ha convertido históricamente en una causa de profundas transformaciones de la civilización, desde el origen de la “era industrial” hasta las sucesivas fases de desarrollo gracias a las nuevas técnicas, como las de la electrónica o de los microprocesadores de los últimos años.
• Agricultura, constituye así un campo primario de la actividad económica y un factor indispensable de la producción por medio del trabajo humano.
• Industria, consistirá siempre en conjugar las riquezas de la tierra y el trabajo del hombre, tanto el trabajo físico como el intelectual.
El desarrollo de la industria y de los diversos sectores relacionados con ella indica el papel de primerísima importancia que adquiere, en la interacción entre el sujeto y objeto del trabajo, la técnica (creada por el cerebro humano). Entendida aquí no como capacidad o aptitud para el trabajo, sino como un conjunto de instrumentos de los que el hombre se vale en su trabajo, lo perfecciona, lo acelera y lo multiplica.
La técnica es una aliada del hombre, pero puede convertirse en adversaria, como cuando la mecanización del trabajo lo suplanta, quitándole toda satisfacción personal.
Trabajo en sentido subjetivo:
Es siempre una acción personal (en él participa el hombre completo, su cuerpo y su espíritu).
El hombre es una persona, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo. Como persona, el hombre es pues sujeto del trabajo.
El trabajo entendido como proceso mediante el cual el hombre y el género humano se manifiesta como el que “domina”. Ese dominio se refiere en cierto sentido a la dimensión subjetiva más que a la objetiva: esta dimensión condiciona la misma esencia ética del trabajo.
El trabajo tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona, un sujeto consciente y libre, es decir, un sujeto que decide de sí mismo. El fundamento para determinar el valor del trabajo humano no es en primer lugar el tipo de trabajo que realiza, sino el hecho de quien lo ejecuta es una persona, las fuentes de la dignidad del trabajo deben buscarse en su dimensión subjetiva.
• El trabajo está en función del hombre y no el hombre en función del trabajo.
• Preeminencia del significado subjetivo del trabajo sobre el objetivo.
• La finalidad del trabajo, de cualquier trabajo realizado por el hombre, permanece siempre el hombre mismo.
EL TRABAJO, es un bien del hombre, de la humanidad.
Mediante el mismo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido “se hace más hombre”.
2) TRABAJO Y LA MUJER: En este contexto se debe subrayar, hay que organizar y adaptar todo el proceso laboral de manera que sean respetadas las exigencias de la persona y sus formas de vida, sobre todo de su vida doméstica, teniendo en cuenta la edad y el sexo de cada uno.
Es un hecho que en muchas sociedades las mujeres trabajan en casi todos los sectores de la vida. Pero es conveniente que ellas puedan desarrollar plenamente sus funciones según la propia índole, sin discriminaciones y sin exclusión de los empleos para los que están capacitadas, pero sin al mismo tiempo perjudicar sus aspiraciones familiares y el papel específico que les compete para contribuir al bien de la sociedad junto con el hombre. La verdadera promoción de la mujer exige que el trabajo se estructure de manera que no deba pagar su promoción con el abandono del carácter específico propio y en perjuicio de la familia en la que como madre tiene un papel insustituible.
3) JUSTA REMUNERACIÓN: El problema-clave de la ética social es el de la justa remuneración por el trabajo realizado. No existe en el contexto actual otro modo mejor para cumplir la justicia en las relaciones trabajador-empresario que el constituido precisamente por la remuneración del trabajo.
La relación entre el empresario (principalmente directo) y el trabajador se resuelve en base al salario: es decir, mediante la justa remuneración del trabajo realizado.
Hay que subrayar también que la justicia de un sistema socio-económico y su justo funcionamiento merecen en definitiva ser valorados según el modo como se remunera justamente el trabajo humano dentro de tal sistema.
Una justa remuneración por el trabajo de la
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