EL SERVICIO

El servicio.

Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es decir, adoptar una actitud permanente de colaboración hacia los demás sin esperar nada a cambio. Una persona servicial traslada esta actitud a todos los ámbitos de su vida: en su trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle con detalles que parecen insignificantes.

¿Cuál es el objeto del servicio? ¿Por qué servir a los demás? El servicio más importante que podemos brindar a nuestros hermanos es el anuncio claro y humilde de Jesucristo, que vino a este mundo para que tengamos vida y la tengamos en abundancia". Alentó a compartir con otros este tesoro, pues no hay riqueza mayor que gozar de la amistad de Cristo y caminar a su lado. Merece la pena consagrar a esta hermosa labor nuestras mejores energías, sabiendo que la gracia divina nos precede, sostiene y acompaña en su realización.

Madre Teresa también decía:

“No es lo importante lo que uno hace, sino cómo lo hace, cuánto amor, sinceridad y fe ponemos en lo que realizamos. Cada trabajo es importante, y lo que yo hago, no lo puedes hacer vos, de la misma manera que yo no puedo hacer lo que vos haces. Pero cada uno de nosotros hace lo que Dios le encomendó”

La labor que día a día emprendemos, y en este caso vayamos a hacer en el retiro es una posibilidad, y un medio para servir a nuestro prójimo. Basta con hacerlo con alegría, y agradeciendo la posibilidad de servir a los de más en las pequeñas cosas y en silencio, sin esperar reconocimiento.

Quien quiere bien adopta por ello mismo una actitud de servicio. El servicio a los demás es una característica importante de los católicos. A menudo, Jesús satisfará las necesidades de otras personas por medio de nosotros.

1 Corintios 2:1-5 “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

Esta debe de ser la actitud correcta del ministro de Dios. Predicar el testimonio de Dios, no el nuestro, y hacerlo con humildad no vanagloriándonos de nuestras habilidades personales para exponer la Palabra o de nuestra sabiduría

Servicio alegre, como nos recomienda la biblia: “Servid al Señor con alegría”. Cuando somos generosos en esta entrega a los demás, sin andar demasiado pendientes de si lo agradecerán o no, de si lo han merecido, comprendemos que «servir es reinar».

“Y el que quiera se primero que se haga su esclavo como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” MATEO 20:27-28

Hay muchas maneras de prestar servicio a los demás. El servicio más importante se expresa mediante los sencillos actos cotidianos de bondad.

Jesús dijo: “Nadie tiene mayor amor que éste,

...