ENTENDIENDO EL PODER Y PROPÓSITO DE LA ORACIÓN
Enviado por artobar • 12 de Mayo de 2014 • 3.075 Palabras (13 Páginas) • 364 Visitas
RESUMEN
ENTENDIENDO EL PROPÓSITO Y El PODER DE LA ORACIÓN
Escrito por el Dr. Myles Munroe
En este libro el autor nos lleva a descubrir La Oración, qué es, para qué sirve, cómo funciona, quienes y qué intervienen en ella. Señala que la oración no es simplemente una fórmula sino un arte.
Para comprender el principio de la oración tenemos que primero entender la mente del Creador y cuál fue su pensamiento original para la creación. En Génesis 1:26 podemos ver que su propósito fue que el hombre señoree la creación, esto es, que al hombre le dio autoridad legal para dominar la tierra estableciendo así también los límites de Su derecho para interferir en asuntos terrenales.
Pero ¿Por qué Dios se pondría límites a sus derechos? Esto es debido a que Él es un ser Íntegro, que quiere decir que lo que dice es lo mismo que lo que hace y por su compromiso con su propia Palabra, pues dijo “señoree”, no dijo “señoreemos”, para comprender el por qué de estos límites debemos conocer estos principios:
El propósito de Dios es más importante que nuestros planes.
Dios ha colocado Su Palabra incluso sobre Él mismo.
Dios nunca violará o incumplirá Su Palabra.
La Santidad de Dios es el fundamento de Su integridad y fidelidad.
Estos principios son la base de la oración, pues Su Palabra no es solamente una ley para el hombre sino que también es una ley que Él mismo debe cumplir. Con la declaración “señoree” Dios creó siete leyes principales:
1. La autoridad legal para dominar la tierra fue dada solamente a la humanidad
2. Dios no se incluyó a Sí mismo en la estructura legal de autoridad sobre la tierra.
3. El hombre pasó a ser el mayordomo legal del dominio sobre la tierra.
4. El hombre es un espíritu con cuerpo físico; por consiguiente, solamente los espíritus con cuerpos físicos pueden legalmente funcionar en el reino terrenal.
5. Cualquier espíritu sin cuerpo es ilegal en la tierra.
6. Cualquier influencia o interferencia del reino sobrenatural en la tierra es legal solamente por medio de la humanidad.
7. Dios mismo, que es un Espíritu sin cuerpo físico, se sujetó a esta ley.
Es por esto que Dios debe obtener el acuerdo y la cooperación de una persona para lo que Él desea hacer en la tierra.
Entonces podemos decir que La Oración es ejercer nuestra autoridad legal en la tierra mediante la cual le damos el derecho y el permiso legal a Dios para interferir en asuntos terrenales. Podemos verificar esta idea en algunas escrituras como por ejemplo en el libro de 2da de Crónicas 7:14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y su convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”
Por lo tanto, la oración no es una opción para la humanidad sino una necesidad. Sino oramos, el cielo no podrá interferir en los asuntos terrenales.
¿REALMENTE FUNCIONA LA ORACIÓN?
Orar no ha sido la práctica regular en nuestras vidas, a menudo oramos cuando estamos enfermos o atemorizados y aunque sabemos que la oración es valiosa internamente nos hacemos preguntas como: ¿Realmente me escucha Dios? ¿Por qué parece como si mis oraciones sólo llegan hasta el techo?
La oración no contestada puede causar frustración, confusión, dolor espiritual y emocional que lleva a la tristeza, desesperación y amargura. Nos sentimos abandonados y aislados de Dios, cuestionamos Su carácter e integridad incluso podemos llegar a conclusiones prematuras a cerca de nosotros mismos o en otras personas, grupos, creencias, en vez de apropiarnos del poder y la promesa de Dios.
Pero esto se debe a que gran cantidad de cristianos sencillamente no saben cómo o por qué orar y muchos otros no entienden ciertos aspectos claves de la oración.
La oración no es rogar a Dios que haga lo que nosotros queramos que Él haga. La oración es una comunión y una comunicación con Dios que toca Su corazón. Es importante conocer los principios de este arte, pues entonces veremos el poder que hay en Ella, ésta puede cambiar vidas, circunstancias, dar paz y perseverancia en medio de las pruebas, afecta el curso de las naciones y gana el mundo para Cristo.
EL GÉNESIS DE LA ORACIÓN
Dios hace todo con un propósito (Isaías 14:24). Su propósito de crear a la humanidad fue para establecer una relación personal de amor mutuo con ella. La única razón para que el hombre pueda tener compañerismo con Dios es que Dios lo creó de Su propia esencia, con un espíritu porque Él es Espíritu (Juan 4:24). Dios desea que nos acerquemos a Él como un niño lo haría con su padre amoroso.
Otro propósito de Dios al crear la humanidad fue para que ésta cumpla Su voluntad sobre la tierra. Le dio libre albedrío para que pueda planear y tomar decisiones, luego entrar en acción para cumplir esos Planes que pueden ser en el reino terrenal o en el reino espiritual sobre los cuales le ha dado dominio.
Dios quiere que sus hijos le ayuden a cumplir Sus propósitos, no quiere que trabajen para Él, sino más bien con Él.
La oración es la expresión de la relación del hombre con Dios, su centro yace en la comunión con Él en una unidad de amor y la participación en sus propósitos, éstos son la materia prima para la oración.
Y podemos tener plena confianza en Él porque si nuestro deseo es cumplir Su Voluntad, Ella es la garantía de nuestras oraciones.
LA AUTORIDAD DE LA ORACIÓN
En un principio Dios nos dio esta autoridad, sin embargo, debido a que se rompió nuestra relación con Él, esta autoridad fue embargada. satanás, en lugar del hombre, llegó a ser “el dios de este mundo”(2da Corintios 4:4).
Pero los Propósitos de Dios son eternos, esto da consistencia a Su carácter pues desde la fundación del mundo ya tenía un plan para restaurar la relación que se rompió.
Como ya vimos Dios también cumple Su ley. Dios es Espíritu, Él sabe que un espíritu es ilegal en la tierra, entonces quien represente a la humanidad para recuperar esa autoridad debía ser un hombre, ¡pero no cualquiera! solamente un hombre perfectamente justo que deseara hacer la voluntad de Dios podría redimir a la humanidad (2da Corintios 5:21). Por esto la segunda persona de la Trinidad voluntariamente rechazó su gloria celestial y vino a la tierra como hombre (Filipenses 2:6-8).
Cristo se hizo hombre (Juan 1:14) para recuperar, por medio de su muerte y resurrección, la autoridad terrenal y restaurar nuestros derechos para dominar y orar. Jesús, el segundo Adán, vino como principio de una nueva familia
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