Educacion En La Fe
Enviado por gabycruzg2 • 19 de Septiembre de 2011 • 726 Palabras (3 Páginas) • 644 Visitas
Los padres somos los primeros responsables de la educación en la fe de los hijos. No sólo debemos ocuparnos de darles la vida sino de hacer crecer en ellos la vida sobrenatural. La ayuda del Espíritu Santo a través de la gracia del sacramento del Matrimonio no nos faltará. La Iglesia aconseja que se reciba el Bautismo en las primeras semanas del nacimiento. Lógicamente, los padres no retrasarán este Sacramento, que borra el pecado original, nos hace hijos de Dios y nos abre las puertas del cielo, al igual que no retrasarán el alimento que les ayuda a crecer día a día.
En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el punto nº 1814, leemos: “La fe es la virtud teologal por la cual creemos en Dios y en todo aquello que Él nos ha dicho y revelado y que la Santa Iglesia nos propone creer, porque Dios es la misma verdad”. La gracia sobrenatural, las virtudes y los dones del Espíritu Santo que el niño ha recibido en el Bautismo requieren una dinámica especial que hay que ir desarrollando desde el primer momento de su llegada al mundo.
El ejemplo de los padres
En lo que se refiere a la transmisión de la fe, hemos de valorar la actitud de los padres respecto de su fe. La fe hay que vivirla. Si el sentido de nuestra vida es trascendental, si nuestro deseo es la identificación total con Cristo, amando la voluntad de Dios en todos los acontecimientos de nuestra vida ordinaria, los hijos captarán esta realidad porque les daremos testimonio.
Ser cristiano significa ser discípulo de Cristo. Para serlo conviene conocerle, amarle e imitarle. Es en la familia, “iglesia doméstica”, donde se aprende todo esto, con la ayuda de Dios. En la forma de vivir todas las circunstancias ordinarias los hijos ven como reaccionan sus padres. Surge la primera lección para que nuestros hijos vivan de la fe: saberse hijos de Dios. Y esto lo aprenderán según vean en sus progenitores una conducta impregnada de confianza en Dios. En los primeros años de vida, es importante que los pequeños descubran que Dios está presente en el hogar. Antes del uso de razón, pueden distinguir lo que está bien y lo que está mal y, por tanto, lo que agrada o desagrada a sus padres y a Dios. “En el pensamiento de la Iglesia, un hogar verdaderamente cristiano es el ambiente en que se nutre, crece y se desarrolla la fe de los niños y donde aprenden a hacerse no solamente hombres, sino también hijos de Dios”. Son palabras del Papa Juan XXIII.
De acuerdo con su edad Para acrecentar la fe de nuestros hijos, es bueno que vivan unas prácticas de piedad. Éstas serán adecuadas a su edad. Todas las devociones deben mover al amor de Dios, nunca al miedo o temor. Cada familia tendrá las suyas, pero conviene que eleven el corazón a Dios: amor a la Santísima Virgen, oraciones al levantarse o acostarse, bendición de los alimentos, devoción al Ángel Custodio,
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