Familias fuertes ¿Cómo edificar una familia sana?

Colegio Bíblico Apostólico Internacional         Formando Familias Fuertes[pic 1]

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Materia:

Formando familias fuertes

Tema:

¿Cómo edificar una familia sana? 

Facilitador:

Pastor Victor Moreno Hernández

Alumno:

Eric Francisco Contreras López

Primer Año

Tehuacán, Pue., a 04 de Abril de 2020

Contenido

Introducción        3

1.- Un hombre y una mujer casados en obediencia y amor a Dios.        4

2.- Un hombre y una mujer decididos a formar un hogar cristiano.        5

3.- Un padre y una madre que comparten la responsabilidad de educar a los hijos.        5

4.- Un padre y una madre decididos a mantener a Satanás fuera del hogar.        6

5.- Un padre y una madre decididos educar con la palabra de Dios.        7

Conclusión        7

Bibliografía        8

Introducción

En la palabra de Dios se puede encontrar desde Génesis hasta Apocalipsis que Dios tiene propósitos grandes para las familias, cuando Dios formó a Adán y a Eva, formó la primer familia, por eso se puede afirmar que la biblia empieza con la historia de una familia creada por Dios para poblar la tierra de muchas familias cuyo centro de adoración fuera Dios mismo. Por otro lado, la biblia termina con una unión entre el  “novio” que es Cristo y la “novia” que es la iglesia. Dios ha dotado de grandes recursos a la familia formándola en un equilibrio y armonía perfecta al colocar a un hombre como padre, a una mujer como madre y a los hijos dentro de este círculo de amor, cuidad, protección y bendición. Cristo es el centro de la familia como lo declara Salmos 127, por esta razón, el elemento fundamental para formar una familia sana es que Cristo forme parte central de la misma. En base a lo anterior, se entiende que era fundamental conocer las enseñanzas de Jesús para guiar la conducta de sus seguidores frente cualquier situación cotidiana que tuvieran que enfrentar, incluso la persecución. En este sentido, en el presente ensayo se presentarán argumentos que definen las bases para que una familia cristiana sea edificada.

1.- Un hombre y una mujer casados en obediencia y amor a Dios.

Aunque la cultura actual tiene un concepto de matrimonio distinto al que la palabra de Dios enseña, el matrimonio verdadero no se ha destruido y siempre seguirá siendo el estándar bíblico de esta institución sagrada diseñada por Dios mismo en el libro de Génesis, por esta razón, el hombre no puede destruir el modelo real del matrimonio y en el ámbito cristiano se debe seguir respetando y cuidando. Aun cuando en la iglesia se congreguen padres y madres solteros, de debe orar y actuar para que los hijos crezcan en la palabra de Dios y formen hogares conforme al modelo bíblico. Aunque la sociedad actual lo niegue, los hijos necesitan un padre y una madre que les instruya a ser personas fuertes que busquen la santidad de Dios, honestos, que reconozcan sus errores y los corrijan, que respeten los valores y vivan conforme a la palabra de Dios, que les afirme y conserve el honor de ser hijo de Dios, que les haga ver que la belleza interior es más valiosa que la exterior (1 Pedro 3:1-4, Proverbios 22:6). No cabe duda de que un padre o una madre soltera pueden lograr estos propósitos con sus hijos pero siempre será más fácil tener éxito en un hogar donde papá y mamá están unidos en amor y obediencia a Dios.

2.- Un hombre y una mujer decididos a formar un hogar cristiano.

Si preguntamos a las familias cuántos desearían un hogar cristiano sólido, la gran mayoría levantaría la mano para sumarse a este deseo, aunque en realidad muy pocos estarían dispuestos a hacer los esfuerzos necesarios para lograrlo porque esto implicaría ser fieles a Dios, asistir a la iglesia para adorarle con sinceridad y constancia, cambiar las formas de entretenimiento para excluir cualquier cosa que desagrada a Dios, tener una conducta intachable en el aspecto moral y espiritual, ser honestos, llevar una vida de oración y de compromiso con Dios. Se debe asumir el compromiso de involucrar a la familia completa en proyectos espirituales para atender a la propia familia, a los familiares y a la iglesia, crear una atmósfera en la que Jesús sea el personaje principal la figura de autoridad reflejada en los padres y consecuentemente en los hijos como enseña Efesios 5:21.

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