Fe Y Conversión
Enviado por Luizonize • 23 de Octubre de 2012 • 1.741 Palabras (7 Páginas) • 690 Visitas
“FE Y CONVERSIÓN”
Temas Kerigma
Objetivo:
Mover a los participantes a hacer su profesión de fe, proclamando a Cristo como su salvador personal y que se propongan una conversión de vida para entregarse a Jesús por entero y vivir de acuerdo a sus enseñanzas.
Marco Teórico:
Por su obra redentora, Jesucristo ofrece a todo hombre la salvación y el perdón de los pecados. Pero es necesario que cada hombre haga propia esta salvación. Y esto se logra mediante la fe y la conversión.
La fe consiste no solo en creer en Dios sino en creerle a Dios, confiar en sus promesas y obedecer sus mandatos. Es preciso primero aceptar a Jesucristo como Salador personal y renunciar a cualquier otra cosa que pudiese apartarnos de El.
La conversión implica cambiar nuestra vida, dejando todo aquello que se opone a la voluntad divina y viviendo según el estilo de vida que nos propone Dios por medio de Jesucristo.
(Lecturas complementarias para el animador: CIC 150-184; 1990-1994)
Dinámica
Se solicita un voluntario, al que se le vendarán los ojos. Se ayuda al voluntario a subirse a una silla o algún lugar con una altura similar. Se pide otro voluntario que se colocará junto al que tiene los ojos vendados, a quien se le indica que debe dejarse caer, y que el otro lo recibirá en sus brazos. A algunos se les dirá que quien los va a recibir es alguno del grupo que sea bastante fuerte y a otros se les dirá que los va a recibir alguno del grupo menudo y débil (para influir en la confianza para dejarse caer).
Luego de repetir la dinámica con otros voluntarios, se invita a los participantes que se dejaron caer, a compartir las experiencias vividas. Las preguntas que se harán son:
• ¿Qué sensaciones y sentimientos experimentaste?
• ¿Tuviste miedo? ¿Por qué sí o por qué no?
• ¿Cómo te sentiste después de caer?
De lo compartido puede llegarse a descubrir lo siguiente:
• El que estaba con los ojos vendados sentía miedo de dejarse caer porque no veía lo que estaba sucediendo.
• Tuvo menos miedo quien tenía confianza en la persona que lo iba a recibir, o si sabía que quien lo iba a recibir era lo suficientemente fuerte para sostenerlo.
• Cuando quien se le dijo que lo iba a recibir era alguien pequeño y con no mucha fuerza, se sintió poca confianza y algo de miedo.
Para concluir la dinámica, se deja en claro lo que se ha deducido de la misma:
• El que tenía los ojos vendados era invitado a dejarse caer, aunque no veía lo que ocurría
• Había alguien esperándolo con los brazos extendidos para recibirlo y quitarle la venda de los ojos.
• Era preciso tener confianza, aunque no se viera al que lo estaba esperando
• Era preciso "dejarse caer".
Fe y Conversión
Con la salvación que nos trajo Jesucristo ocurre lo mismo. En el encuentro anterior, dijimos que El ya nos salvó… de una vez y para todas, no hace falta nada más de su parte. …Pero todavía no: hace falta que nosotros hagamos nuestra esa salvación. ¿Y cómo se hace nuestra esa salvación? Tiene mucho que ver con lo que acabamos de vivir en la dinámica.
1° paso: Tener fe:
• La fe es el requisito para la salvación. Repartir a los participantes los siguientes textos narran numerosos milagros de Jesucristo, y uno de Pablo.
-Mt 9,1-2: Curación de un paralítico
-Mt 9,20-22: Curación de una mujer con flujo de sangre
-Mt 9,27-29: Curación de 2 ciegos
-Mt 15,21-28: Curación de la hija de una cananea
-Mc 10,46.51-52: Curación del ciego de Jericó.
-Lc 7,36-38.48.50: La pecadora arrepentida
-He 14,8-10: Pablo cura a un cojo
Pedir a los participantes que descubran el común denominador en todos ellos: el requisito indispensable para que el enfermo fuera curado, era que tuviera fe. Quien obra el milagro, siempre termina diciendo: "Vete, tu fe te ha salvado". Lo mismo ocurre con nosotros. El primer requisito para que recibamos la Salvación de Jesucristo es que tengamos fe.
• Y ¿qué es la fe? San Pablo la define muy bien en su carta a los Hebreos: "La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven" (Heb 11,1).
Cuento: Papá Bombero.
"Se había desencadenado un incendio terrible en una casa. Los bomberos habían llegado hace rato y luchaban desesperadamente por apagar el fuego, pero las llamas crecían cada vez más. En una ventana del primer piso, lloraba un niño y abajo, varios bomberos le gritaban que salte, que abajo lo esperaban con una cama elástica, pero no había caso. El niño no quería saltar: solamente lloraba. La planta baja estaba totalmente cubierta de fuego, por lo que era imposible intentar entrar para sacar al niño, así que los bomberos y la gente que se había arremolinado, gritaban insistentemente pidiendo al niño que salte, que no había peligro, que era seguro, sin conseguir nada.
De pronto apareció a toda velocidad otro carro de bomberos, y bajó de él un hombre joven, luciendo su traje de bombero y su casco rojo. "¡Salta, Carlitos, que yo te recibiré!", gritó. Inmediatamente el niño se arrojó por la ventana y cayó en los brazos del bombero.
Los bomberos que estaban de antes, se sintieron heridos en su
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