Juan El Bautista
Enviado por leogaona • 3 de Abril de 2014 • 2.169 Palabras (9 Páginas) • 338 Visitas
Introducción:
Desde el principio de los evangelios, los sinópticos ponen en escena a Juan el Bautista. Si observamos en Marcos nos habla de un mensajero encargado de anunciar la venida del señor (Mc 1:2-6). Pero al mismo tiempo en Mateo y Lucas aparece después del relato de la infancia de Jesús. A pesar de los dos puntos de vista son diferentes (Mt y Lc.) aunque Lucas difiere algo en este punto de vista, ya que el bautismo de Jesús es el lugar donde terminan las relaciones que mantenían entre sí los dos personajes y antes de empezar a hacer un estudio minucioso de los textos, nos sirve en gran manera examinar los contextos en los cuales se podrá desarrollar este tema
Los contextos
Contextos anteriores en Mt 3:7-10 y Lc. 3:7-9
En Mt y Lc., tras la presentación de Juan (Mt 3:7-10 y Lc. 3:7-9) que son más que una llamada al arrepentimiento, como en Mt 3:2 y Lc. 3:3 donde se trata aquí se habla de un “arrepentimiento para la remisión de pecados”. Aquí el discurso es más insistente: “Raza de víboras” (Mt 3:7, Lc. 3:7)
Jean-François Baudoz nos narra en su libro “lectura sinóptica de los evangelios” que en marcos 1:7-8 vemos que omite el discurso escatológico de Juan el Bautista, tiene en común con los otros dos sinópticos el anuncio de la venida del mesías por Juan (Mt 3:11-12; Mc 1:7-8; Lc. 3: 15-18) pero notamos una diferencia ampliamente a como la presentan Mateo y de Lucas. Marcos hace una referencia exclusivista orientado netamente a la escena del bautismo, primer punto culminante de su evangelio. En este sentido hay que fijarse en dos elementos: uno seria la situación de Jesús con relación a Juan el bautista y el otro elemento seria la oposición entre el bautismo conferido por Juan y el de Jesús. “Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo” (Mc1:7) la inminencia de la venida del mesías es anunciado al mismo tiempo que la superioridad a Juan el bautista. Esta superioridad, más acentuada que en Mateo y Lucas (inclinarme), es ilustrada con la ayuda de una hipérbole a propósito de las sandalias, común a los tres sinópticos (Mt 3,11; Mc 1,7; Lc. 3,16). Entonces es cuando se ofrece la razón por la que Jesús es «más fuerte» que Juan Bautista: éste trae un bautismo de “agua” (hydati), mientras que aquél bautizará “en el Espíritu Santo” (en pneumati hagio). Isaías había anunciado en varias ocasiones que el Espíritu de Dios descansaría sobre su Siervo (Is11:1-3; 42:1; 61:1) Y que este mismo Espíritu sería otorgado al pueblo cuando llegaran los tiempos mesiánicos (Is 32:15; 44:3; Ez 36:27). Sin embargo, ningún texto del Antiguo Testamento llega a decir que el don del Espíritu será hecho al propio Mesías. Juan Bautista, al oponer en la misma frase bautismo de «agua» y bautismo «en el Espíritu Santo», y al establecer una relación entre «el que viene» y el bautismo que llevará acabo «en el Espíritu Santo», anuncia que el Espíritu será derramado por Jesús. Por tanto, significa decir que es el Mesías, a pesar de que el término no se emplee en esta perícopa (Mc 1:7-8). Sin embargo, el lector no debe engañarse: “Mesías” (o Cristo) es el primer título cristológico de Jesús (Mc 1:1), cosa que confirmará la escena del bautismo, primer acto cristológico del segundo evangelio. Ahora bien ya hicimos un breve análisis de los contextos del bautismo de Jesús vimos un panorama general Marcos era un evangelista y al igual que la mayoría de los evangelistas era franco y “al grano”. Por ejemplo, él no inicia su libro con un prefacio elaborado, sino que su tema es las “buenas nuevas” acerca de Jesús el Cristo (o Mesías), el agente escogido de Dios quien además es el Hijo de Dios. Ambos puntos sobresalen gradualmente en el libro. Jesús no los reclamó para sí mismo. En realidad, sólo a medida que Dios abre nuestros ojos podemos ver la verdad en lo que Jesús enseñaba y hacía. El Evangelio de Marcos es la proclamación segura del Mesías por uno cuyos ojos espirituales habían sido abiertos; por esta razón la sanidad de los ciegos es un cuadro en Marcos de lo que Jesús tiene que hacer para todos.
Panorama general de los textos
Sabemos bien que cada perícopa fue situada en un contexto para formar una unidad literaria. Mateo nos presenta la escena del bautismo (Mt 3,13) con el adverbio (tote), que aparece frecuentemente en él (91 veces), pero sólo 6 en Marcos y 15 en Lucas. Marcos comienza con un giro bastante inhabitual en su pluma: «Y sucedió en aquellos días» (kai egéneto en ekeinais tais hemérais) (Mc 1,9). Lucas utiliza una fórmula que le es familiar, sobre todo a comienzo de perícopa: «Y sucedió que» (egéneto de en to... seguida de infinitivo, Lc. 3,21). Así, en cada uno de los textos, una señal 26 marca el principio de la perícopa. Se puede hacer la misma consideración a propósito de la marca final que cierra los textos: cada uno termina con la declaración de una voz celestial, emitida en estilo directo (Mt 3,17; Mc 1,11; Lc. 3,22). En cada uno de los evangelios después comienza otra perícopa.
El texto griego de mato interpreta 98 palabras, en marcos 53 y en Lucas 43, pero solo 16 palabras son comunes entre los evangelios, palabras tales como: “bautizar”, marcos lo emplea en el modo indicativo “fue bautizado” pero mateo y Lucas lo utilizan en modo participio “habiendo sido bautizado”. A pesar de las diferencias, los relatos apuntan a un mismo griego literario y esté género literario es una teofanía de tipo apocalíptico.
Las teofanías en los sinópticos
En Mc 1:10-11 la podemos dividir en dos secciones:
1) Jesús es sujeto de una visión (v.10) lo apreciamos en el verso 10 y esto es introducido por una experiencia familiar de marcos. Mientras que Jesús sala del agua que en griego se toma como (ek tou hydatos). Si apreciamos con claridad el lenguaje o vocabulario expresado aquí es representativo a la “subida o salida” que en griego se leería “anabainon” y esta subida o salida de Jesús objeta como contrate la “bajada” del Espíritu
“Jean-François Baudoz nos narra en su libro “lectura sinóptica de los evangelios” dice que
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