LAGUNILLA MI BARRIO
Enviado por karlitabm96 • 21 de Abril de 2014 • 2.177 Palabras (9 Páginas) • 840 Visitas
La Lagunilla es un barrio histórico que se encuentra al noroeste del Centro Histórico de la Ciudad de México en la Delegación Cuauhtémoc. Se caracteriza principalmente por albergar una gran cantidad de casas porfirianas y por sus cuatro mercados, construidos a finales de la década de 1950. De estos mercados destacan el de muebles y el de ropa, reconocidos a nivel nacional.
Índice [ocultar]
1 Ubicación
2 Historia
2.1 Periodo prehispánico
2.2 La lagunilla colonial
2.3 Siglo XIX
2.3.1 La casa Tagle
2.4 Siglo XX
3 Festividades
4 Cine
5 Transporte
6 Residentes célebres
7 Algunos sitios de interés
8 Galería
9 Referencias
Ubicación[editar]
La Lagunilla pertenece a la Colonia Morelos de la Delegación Cuauhtémoc. Al ser un barrio histórico no tiene límites jurídicos pero de acuerdo con los cronistas, sus límites eran el Eje Central Lázaro Cárdenas, al oeste, al norte el eje 1 Norte, al este con la calle República de Brasil y al sur con la calle Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín
Historia[editar]
Periodo prehispánico[editar]
A diferencia de otros barrios de la Ciudad de México, La Lagunilla no tiene su origen en un asentamiento prehispánico, sino en una penetración del lago de Texcoco que formaba un pequeño cuerpo de agua justo al noroeste de la ciudad de Tenochtitlán en el límite de esta con la ciudad de Tlatelolco. La utilidad de esta pequeña laguna es que formaba una especie de bahía que se comunicaba por medio de acequias o calles de agua con el mercado de Tlatelolco, por lo que era el punto de acceso principal para las embarcaciones llenas de mercancías que se dirigían al mercado desde las poblaciones ubicadas a las orillas del lago. Con la Conquista de México este cuerpo de agua fue conocido por los españoles como La Lagunilla y con la desecación de esta parte del lago hacia finales del siglo XVI, sobre su lecho se estableció el barrio, siendo la parte oriental de este donde se dio el mayor crecimiento durante el periodo colonial.
La lagunilla colonial[editar]
En 1537 la cofradía de Santa Catarina establece en el extremo oriente del barrio una ermita dedicada a Santa Catarina de Alejandría, siendo Hernán Cortés uno de los principales impulsores de su construcción. Para mediados del siglo la población española de la traza estaba creciendo rápidamente, siendo este crecimiento orientado hacia el norte y el poniente de la traza, por ser las mejores zonas y la parroquia del Sagrario resultó insuficiente ya que era única de la ciudad,1 por lo que el 2 de mayo de 1563 se expide una cédula real que ordena al virrey Luis de Velasco y al arzobispo Montúfar la creación de 4 nuevas parroquias pero la ciudad no podía costear la construcción de estas por lo que en 1568 la ermita de Santa Catarina fue ascendida junto con la ermita de la Santa Veracruz a parroquias,2 lo que desahogó la administración de las necesidades espirituales para las familias españolas y criollas en las zonas norte y poniente de la Ciudad. Con el aumento de población, también fue necesario un centro de abasto para la zona, por lo que se estableció un mercado en la Plaza de Santa Catarina el cual llegó a ser uno de los más importantes de la ciudad colonial.3 y funcionó en el lugar hasta finales del siglo XVIII.
Uno de los primeros vecinos ilustres del barrio en esta época fue el bordador Amaya, que se estableció en el barrio en 1590 y cuya casa se ubicaba en la esquina de las actuales calles República de Chile y Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín. Este célebre bordador fue el iniciador de la tradición de la elaboración de vestidos que ha hecho famoso al barrio hasta la actualidad.
Durante la inundación de 1629 y las posteriores epidemias el barrio fue de las zonas más afectadas de la ciudad, por lo que los pobladores abandonaron el barrio casi en su totalidad, la parroquia fue severamente dañada y fue necesario rehacerla completamente, labor que tomó casi veinte años. La repoblación del barrio se dio de manera gradual, sobre todo al noroeste del barrio, ya que el agua potable escaseaba y los estragos que hacían las inundaciones y epidemias inhibían el establecimiento de pobladores, lo cual puede observarse en el plano de 1737 de Pedro de Arrieta donde se aprecian en la zona pocas construcciones y en cambio hay grandes espacios abiertos que posteriormente se delinearon formalmente como plazas, de las cuales actualmente solo sobreviven la Plaza de Montero y la Plaza Garibaldi, que durante el periodo colonial era conocida como Plazuela del Jardín.
En 1769 se establece en el barrio la Real Fábrica de Tabacos, la cual fue un referente de la zona durante el tiempo que funcionó, que fueron casi 40 años ya que a mediados de la década de 1780 el edificio resultó insuficiente para las labores por lo que el gobierno virreinal proyectó la construcción de un edificio ex profeso para la fábrica, que a su terminación sería conocido como la Ciudadela, pero su construcción demoró 19 años por las constantes interrupciones en la obra.
Durante el resto del siglo XVIII la zona tuvo gran vitalidad y desarrollo ya que la Fábrica de Tabacos llegó tener cerca de 7000 empleados que tenían como centro principal de descanso y reunión la Plaza de Santa Catarina, además de que la alta concentración de personas en la zona propició el establecimiento de mesones, vendedores de comida y sobre todo pulquerías, de las cuales en el barrio destacan destacaban la pulquería la Lagunilla, por encontrarse justo enfrente de la Fábrica, la Pulquería de Celaya que llegó a tener tal fama que le dio nombre a la calle donde se ubicaba, (actual calle República de Perú) y también son dignas de mención la pulquería la Viznaga en la calle Puente de Amaya y la pulquería Altuna en el callejón del mismo nombre, que eran propiedad del Conde de Regla y el Conde de San Bartolomé de Xala respectivamente, quienes adquirieron las haciendas pulqueras que eran propiedad de los Jesuitas tras su expulsión.4
Siglo XIX[editar]
El antiguo mercado de la Lagunilla
El siglo XIX no tuvo un buen inicio para el barrio ya que la fábrica de Tabacos fue trasladada a la ciudadela en 1807 lo que causó estragos en la economía de la zona, y con la independencia vino la inestabilidad política y después la epidemia de cólera de 1833 que asoló al barrio y ahuyentó a las familias que se habían establecido en él gracias al auge que se había dado a finales del siglo anterior.5 .
No fue sino hasta finales del siglo XIX con la llegada al poder de Porfirio Díaz que el barrio experimentó un nuevo
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