La Conciencia

La génesis de la conciencia

Si analizamos nuestra propia experiencia podemos percatarnos de lo que acontece en nuestro interior. Hay un nivel de autoconocimiento que llamaríamos el ser consciente de quiénes somos: mi yo personal. Desde el punto de vista psicológico el yo se configura en el entramado de relaciones que lo originan ya sea desde el punto de vista biológico, como desde el punto de vista psicológico.

Nuestra identidad personal está íntimamente relacionada a la experiencia del amor conyugal de nuestros padres: el haber sido deseados y amados es el factor previo que posibilita la estima de sí, íntimamente relacionada al amor que otros nos han manifestado incluso antes de ser engendrados, o al menos antes de ser nacidos. El desarrollo personal es una historia de amor: el haber sido amado ha constituido la escuela del amor. El amor es la experiencia más humana y humanizante, la que nos configura como personas, seres en relación.

Por ello la carencia del amor es un daño que puede afectar estructuralmente a una persona. Si el amor la constituye como persona en su capacidad relacional, la carencia suele ocasionar serias dificultades en una persona a la hora de relacionarse. La persona humana, que se origina en una relación interpersonal, sólo se realiza como tal en la relación interpersonal. Y la psicología nos hace ver la importancia de la autoestima para poder relacionarnos bien con otros semejantes.

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