Conciencia

CONCIENCIA

CONCEPTO:

Se considera a la conciencia como un estado mental resultante del funcionamiento armónico de mecanismos psicológicos y somáticos de una persona.

La conciencia constituye entonces una continuidad de registros neuropsicológicos mediante los cuales es posible el conocimiento de nuestro cuerpo, de la psique y del mundo que nos rodea. Así, a través de ella, la persona adquiere conocimiento de sus manifestaciones psicosomáticas y de lo que acontece a su alrededor.

La conciencia informa a la persona de lo que le ocurre:

1. En el mundo exterior, captado por los aparatos sensoriales externos.

2. En el mundo interior, captado por los aparatos sensoriales internos.

3. En el mundo psíquico, cuya captación se produce por la conciencia misma.

FUNCIONES:

Se distinguen tres funciones de la conciencia:

1. LA INTERIORIDAD DE LA VIVENCIA: Se refiere a la capacidad de la conciencia de reconocer nuestras vivencias íntimas. Esta función de interioridad es la que permite que una persona se dé cuenta de que una fantasía es un proceso mental y, por lo tanto, no corresponde a una realidad objetiva exterior, sino que proviene de su imaginación.

2. LA SEPARACIÓN SUJETO-OBJETO: Consiste en que la persona reconoce su separación física del mundo externo con el que interactúa. Es la capacidad de la conciencia de relacionar a la persona con las cosas que lo rodean. Esta capacidad ha sido denominada también función de alerta o estado de alerta de la conciencia.

3. EL CONOCIMIENTO EN TORNO A SÍ MISMO: Es la conciencia de sí mismo, se desarrolla a través de la función de reflexión, lo que permite a la persona reconocerse como individuo independiente del ambiente que lo rodea.

ESTADOS DE CONCIENCIA: Son cada uno de los instantes de registros de la conciencia. Su constante movilidad se debe a las sucesivas estimulaciones que la persona recibe por las vías sensoperceptivas (que captan e informan a la conciencia lo que sucede en el mundo interior de la persona y en el ambiente), y por la información que le aportan la memoria, los afectos y los pensamientos, los cuales condicionan su conducta.

CAMPO DE LA CONCIENCIA: Se refiere a toda la información o conocimiento posible de ser abarcado por la conciencia. Dentro de su marco deben considerarse distintas zonas, según la precisión y nitidez de los registros. Se constituye así la siguiente topografía hipotética del aparato psíquico:

1. Zona conciente: se obtiene máxima precisión y perfecta nitidez. También es llamada centro o foco de la conciencia porque los elementos que en ella se ubican reciben la mayor atención y concentración psíquica. El número de objetivos que se involucran normalmente en un acto de percepción consciente son de 3 a 5.

2. Zona Subconsciente: Contiene elementos escalonados según su grado de nitidez, la cual disminuye a medida que se alejan del foco de la conciencia. Su extensión es mayor que la de la zona conciente, y le aporta a ésta los elementos requeridos para el razonamiento de lo que acontece.

3. Zona inconciente: Su actividad escapa a toda posibilidad de conocimiento por la persona mientras ese material no sea llevado al plano conciente. Constituye el reservorio de todo lo registrado por la conciencia y por esto se le identifica con la memoria misma. Incluye las vivencias pasadas y las tendencias e inclinaciones de la personalidad que no han podido pasar del subconsciente al consciente y debido a esto son desconocidas por la persona.

ORIENTACIÓN DE LA CONCIENCIA: Condición de la conciencia que permite a la persona comprender cada uno de los instantes de su vida en relación al pasado, presente y futuro; así como su ubicación en relación a los espacios que lo rodean y en relación a sí mismo.

Se desprenden entonces 3 funciones de la orientación:

a) ORIENTACIÓN ALOPSÍQUICA TEMPORAL: Es la noción del tiempo que transcurre, sin necesidad de aparatos que lo midan.

b) ORIENTACIÓN ALOPSÍQUICA ESPACIAL: Es la capacidad de dimensionar los objetos con que se interactúa, reconocerlos por sus apariencias externas.

c) ORIENTACIÓN AUTOPSÍQUICA: Es la percepción de uno mismo, la cual se apoya en los recuerdos que registran la continuidad del acontecer en el que uno participa. El conocimiento de quienes somos incluye nuestra identidad física, así como de nuestros recuerdos, emociones, pensamientos y

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