Mater et Magistra.

Seminario Conciliar Mayor de Durango

Reporte de lectura: Encíclica «Mater et Magistra»

Pbro. Lic. Juan Ángel Cisneros Rodríguez

Sem. Oscar Omar Barrón Álvarez

IV Teología                Octubre 2015 

La encíclica Mater et Magistra de Juan XXIII nace para conmemorar el aniversario 70 de la publicación de la Encíclica Rerum Novarum de León XIII conocida como la carta magna del trabajo.

En esta encíclica el papa Juan XXIII comienza haciendo ver que la Iglesia, instituida por Jesucristo tiene la tarea de velar como madre y maestra de todos los pueblos, buscando siempre defender su dignidad. Así, aunque la Iglesia se debe preocupar por los bienes sobrenaturales de los hombres, de igual modo es su deber preocuparse por las necesidades que la vida plantea diariamente a los hombres. Es claro que se ha desarrollado una doctrina social dentro de la Iglesia para poder cumplir el mandato de Cristo, viviendo en el servicio, la caridad y la práctica del amor mutuo. El testimonio de esta doctrina es claramente reflejada por las diversas encíclicas que han iluminado esta realidad de la Iglesia. El papa hace mención del magisterio social que resuena en la «Rerum Novarum» en donde se mencionan los principios que habían de resolver el problema de la situación de los trabajadores.

Dicha encíclica fue y es aun, dice el Papa, de gran influencia y se tiene como actual en nuestros días. El papa comienza haciendo alusión al magisterio de la «Rerum Novarum» hablando primero de la realidad social y económica en que nace dicha encíclica, haciendo ver que a pesar del magisterio antes dado sobre dicho tema, es considerada como la suma de la doctrina social en el campo económico y social. Posteriormente, da un recorrido por la encíclica «Quadragesimo anno» de Pio XI, publicada con motivo del 40 aniversario de la «Rerum Novarum». Hace también un recorrido sobre el magisterio de dicha encíclica, en la que se confirma el derecho y el deber de la Iglesia de contribuir a la solución adecuada de los problemas sociales, corroborando los principios ya puestos por León XIII en su encíclica, pero ajustados al tiempo en que vivía y da un recorrido sobre los problemas tocados por Pio XI. Luego hace también gala del radiomensaje «La Solennitá», dado por Pio XII a los 50 años de la «Rerum Novarum», en el que reivindica nuevamente el derecho de juzgar las bases del orden social para conformarlas con el orden inmutable de Dios.

Es necesario «… mantener la antorcha levantada por nuestros grandes predecesores…» dice el papa Juan XXIII al dar los motivos de su encíclica, para también «… exhortar a todos a que acepten como luz y estímulo las enseñanzas de sus encíclicas, si quieren resolver la cuestión social por los caminos más ajustados a las circunstancias de nuestro tiempo.»

Así, en el numero dos comienza puntualizando y desarrollando las enseñanzas sociales de los Pontífices anteriores hablando de la iniciativa privada y la intervención de los poderes públicos en el campo económico, los primeros promoviendo la economía y los segundos garantizando la producción creciente que promueva el progreso social y sea en beneficio de todos los ciudadanos. Sobre la socialización la valora como algo grato que trae consigo ventajas y beneficios siempre y cuando se mueva en el ámbito moral y de acuerdo con criterios señalados por el papa. Hablar de la remuneración del trabajo es principalmente doloroso debido a los salarios tan bajos que llevan a los hombres a vivir junto a sus familias en condiciones totalmente infrahumanas; es necesario que se maneje con las normas de la justicia y la equidad, dice el papa, que cobren un salario justo que les permita mantener un nivel de vida verdaderamente humano. Aquí entra en juego el bien común, tanto en el plano nacional como en el mundial, las estructuras económicas deben ajustarse a la dignidad del hombre. Aquí se hace mención sobre todo de las cualidades que se mencionaban en el trabajo anteriormente entregado de la “Humanización del trabajo”.

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