Nuestras armas son poderosas

 Nuestras armas son poderosas

                                         Parte 1

Dios creo a Adán y a Eva y los puso en un lugar de privilegio, donde su trabajo era solo cuidar el huerto.

 Dios  solo les da un mandato a Adán y a Eva podían comer de cualquier árbol que había allí, pero no podían comer del Árbol Del Conocimiento de La Ciencia Del Bien y del Mal, porque si así lo hacían morirían.

NO era una muerte física a la que Dios se refería sino a la muerte de su inocencia, de su pureza.

Dios había creado al hombre a su imagen y semejanza con amor, sin malicia, eran puros.

Ellos no conocían el mal, pero al comer del fruto que no debieron comer le fueron abiertos sus ojos a lo que Dios consideraba que no debían conocer.

Ellos desobedecieron al mandato divino y como consecuencia encontraron la muerte, por ejemplo se dieron cuenta que estaban desnudos, tuvieron vergüenza.

¿Que los llevo a ellos a desobedecer?

No sabemos, tal vez curiosidad,  tal vez obedecer otra voz que le dijo sereis como dioses.

Traslademos esto a nuestras vidas, oir otras voces trae consecuencias, oír por ejemplo predicaciones donde se predica un evangelio ligth trae malas consecuencias, iglesias donde no se le da importancia a la parte financiera por temor a que se vayan los miembros de la iglesia eso no es bueno.

Ellos oían a Dios a diario, el mismo les enseñaba, tenían armas para contrarrestar al enemigo. Pero no lo hicieron, eligieron la parte mas fácil.

Oir al enemigo.

A Adán y  a Eva lo que les falto fue disciplina  personal.

Solo debían pensar un poquito en todo lo que Dios había hablado con ellos hasta ese día. Tan solo,   debían obedecer,  pero presaron oído a lo que  hablaba la serpierte, a lo que el diablo decía con puro engaño

La  desobediencia es una influencia del enemigo, pero como toda influencia puede SER  contrarrestaDa,  y debe hacerse  con la palabra de Dios.

Es  una influencia del enemigo, pero mi actitud es importante, es esencial si yo dispongo mi corazón, mi voluntad a obedecer la palabra esa influencia, esa invitación a desobedecer no tendrá lugar.

Hay  dos   ocasiones en donde Jesús fue capaz de vencer las tentaciones

Mateo 4:1-10 – (El mensaje) - La prueba – las tentaciones en el desierto

En estos pasajes se nos relata que Jesús había ayunado 40 días  y cuarenta noches, estaba débil y esto es lo que el diablo quiso aprovechar para tentarlo, pero Jesús a pesar de su condición y por estar aferrado a la palabra, al conocimiento que él tenía de las enseñanzas del Padre, dijo “Escrito está” y así con su actitud pudo vencer al diablo.

Satanás le dice

 “Ya que eres Hijo de Dios, habla la palabra que convertirá estas piedras en panes”.

        -Jesús respondió citando Deuteronomio: “Se necesita más que pan para mantenerse con vida. Se necesita un flujo constante de palabras de la boca de Dios”.

En la segunda tentación el diablo  lo llevó a la Ciudad Santa. Lo sentó encima del Templo y le dijo: “Ya que eres Hijo de Dios, salta”.

El Diablo lo incitó citando el Salmo 91: “Te ha puesto al cuidado de ángeles. Te atraparán para que ni siquiera te golpees el dedo del pie con una piedra.

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