Por quien doblan las campanas
Enviado por scarlett123456 • 6 de Junio de 2013 • Ensayo • 889 Palabras (4 Páginas) • 278 Visitas
Hay que vivir ausente de uno mismo,
hay que envejecer en plena infancia,
hay que llorar de rodillas delante de un cadáver
para comprender qué noche
poblaba el corazón de los mineros.
Yo fui a Bolivia en el otoño del tiempo.
Pregunté por la Felicidad.
No respondió nadie.
Pregunté por la Alegría.
No respondió nadie.
Pregunté por el Amor.
Un ave
cayó sobre mi pecho con las alas incendiadas.
Ardía todo en el silencio.
En las punas hasta el silencio es de nieve.
Comprendí que el estaño
era
una
larga
lágrima
petrificada
sobre el rostro espantado de Bolivia.
¡Nada valía el hombre!
¡A nadie le importaba si bajo su camisa
existía un cuerpo, un túnel o la muerte!
PUBLICADO POR JOSÉ G. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ EN 16:41 NO HAY COMENTARIOS:
MARTES, 30 DE ABRIL DE 2013
POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS (John Donne, inglés)
Ningún hombre es en sí
Equiparable a una isla;
Todo hombre es un pedazo del continente,
Una parte de tierra firme;
Si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería
Como si fuera un promontorio.
Como si se llevara una casa solariega
De tus amigos o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye,
Porque soy una parte de la humanidad.
Por eso no preguntes nunca
Por quién doblan las campanas,
Están doblando por ti.
PUBLICADO POR JOSÉ G. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ EN 11:20 NO HAY COMENTARIOS:
SÁBADO, 13 DE ABRIL DE 2013
GRECIA (Friedrich Holderlin, alemán)
Tanto vale el hombre y tanto vale el esplendor de la vida,
Los hombres a menudo son amos de la naturaleza,
Para ellos la tierra hermosa no está escondida,
Sino que con dulzura se desnuda mañana y tarde.
Los campos abiertos son como los días de la siega,
Alrededor se extiende espiritual la vieja Leyenda,
Una vida nueva vuelve siempre a nuestra humanidad,
Y el año se inclina aún una vez silenciosamente.
PUBLICADO POR JOSÉ G. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ EN 09:05 NO HAY COMENTARIOS:
LUNES, 1 DE ABRIL DE 2013
HISTORIA DEL PENSAMIENTO (Manuel Acuña, mexicano)
Cuando a su nido vuela el ave pasajera
A quien amparo disteis, abrigo y amistad
Es justo que os dirija su cántiga postrera,
Antes que triste deje, vuestra natal ciudad.
Al pájaro viajero que abandonó su nido
Le disteis un abrigo, calmando su inquietud;
¡Oh! Tantos beneficios, jamás daré al olvido
durable cual mi vida será mi gratitud.
En prueba de ella os dejo lo que dejaros puedo,
Mis versos, siempre tristes, pero los dejo asi;
Porque pienso, a veces que entre sus letras quedo,
Porque al leerlos creo que os acordais de mí.
Voy, pues, a referiros una sencilla historia.
Que en mi alma desolada, honda impresión dejó;
Me la contaron... ¿Donde?... es frágil mi memoria...
Acaso el héroe de ella... o bien, la
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