RELIGIÓN Y PODER
Enviado por YaniraCF • 21 de Agosto de 2014 • 15.115 Palabras (61 Páginas) • 209 Visitas
1. La Religión
El hombre es un ser que está abierto a las cosas y a las demás personas de manera que establece relaciones con ellas. Sin embargo, su afán de conocer, de preguntar, no se queda en lo simplemente temporal, sino que conduce al ser humano a interrogarse acerca de las realidades que están más allá de los sentidos. Es decir, el hombre desde siempre ha tendido hacia el absoluto, hacia ese ser que está más allá del mundo temporal y que es el fundamento último de todo lo existente, A lo largo de la historia, todos los pueblos se han manifestado de alguna manera como religiosos, es posible constatar que todas las culturas primitivas, como la de Mesopotamia, Egipto, China, India, Grecia, Roma, América prehispánica, muestran la existencia de sistemas de creencias y prácticas relativas a la vinculación del hombre con lo sagrado.
Las manifestaciones religiosas humanas han tenido su evolución: las primeras se caracterizaron por su poca elaboración doctrinal; es decir, los primeros hombres. Sobrecogidos ante los fenómenos de la naturaleza, comenzaron a adorar elementos naturales como el agua, el sol, algún animal. Etc., pensando que en tales elementos se encontraba la explicación de todo lo existente, posteriormente se comenzaron a elaborar algunos mitos, o narraciones simbólicas, para intentar dar respuesta a los interrogantes más profundos que se planteaban acerca de sus orígenes y su destino. Después de estas primitivas manifestaciones religiosas, algunas culturas comenzaron a estructurar ciertas doctrinas religiosas, es decir, conjuntos de creencias definidas que tienen como finalidad articular el pensamiento, regular la vida y explicar las creencias.
En casi todas las manifestaciones religiosas es posible encontrar algunos elementos comunes que conviene mirar con detenimiento. En primer lugar, plantean una relación vertical del hombre con el ser superior, en la que el hombre desempeña un papel demasiado pasivo ante la grandeza de la divinidad que, en la mayoría de ocasiones, se convierte en una fuerza opresora para ser humano. Este debe, entonces, intetar aplacar la divinidad mediante una serie de acciones externas como cultos, oraciones, sacrificios, etc. De otra parte, en estas experiencias religiosas el hombre prácticamente inventa a Dios, lo crea de acuerdo con su cultura e idiosincrasia. Además de estos elementos comunes, puede constatarse que todas las manifestaciones religiosas primitivas se caracterizaron por el politeísmo: creencia de varios dioses. En muchas había un dios para cada oportunidad: para la guerra, la paz, el amor, la belleza, el hogar, el mar, el aire, el arte, etc. Muchos de estos dioses estaban revestidos de características humanas: los dioses amaban, odiaban, se multiplicaban, como los hombres. Ahora bien, las manifestaciones religiosas que se han presentado en la historia de la humanidad, pueden clasificarse de la siguiente manera: religiones primitivas, tradicionales y nuevas.
1.1 Religiones Primitivas
Son aquellas manifestaciones religiosas de los pueblos que carecen de escritura y que viven de manera muy primitiva. Carecen de un cuerpo doctrinal estructurado y conciben a Dios como “señor de los animales” y como ser que habita el cielo.
1.2 Religiones Tradicionales
Tienen un fundamento doctrinal amplio, lo mismo que una serie de cultos y ritos bien estructurados. A este tipo de religión pertenecen el judaísmo, el cristianismo, el islamismo, el budismo, el hinduismo, el taoísmo y el sintoísmo.
1.3 Religiones Nuevas
Todas aquellas que han aparecido en los últimos tiempos; muchas de ellas se derivan de las religiones tradicionales. Entre estas religiones se destacan: la religión mormona, los testigos de Jehová, la hare krishna y otras muchas.
2. La Naciente Comunidad Cristiana
La Iglesia Católica afirma que es la única y verdadera Iglesia de Cristo, alegando su existencia desde el inicio del cristianismo. Se considera la Iglesia que Jesucristo fundó, y tiene en Pedro, uno de sus discípulos, su primer papa.
En relación con los inicios de la comunidad cristiana, se puede afirmar que después de la muerte de Jesús se desató una gran persecución entre los judíos contra sus seguidores, sus ideas chocaron radicalmente con los sacerdotes. Esto los obligo a salir de Jerusalén y trasladarse a Damasco, Samaria y Antioquía, en donde comenzaron a divulgar con entusiasmo su fe, de manera que aparecieron algunas pequeñas comunidades cristianas que expresaban su fidelidad al señor con el amor y la oración. La causa principal de tales persecuciones por parte de los judíos fue pensar que los cristianos eran apóstatas y que renegaban de la ley de Moisés.
El cristianismo fue bien recibido por las clases más bajas del imperio, esclavos, artesanos y comerciantes que veían en Jesús un símbolo de la opresión y el sufrimiento que ellos mismos experimentaban. Con el tiempo también llegó a las más altas jerarquías del imperio, hasta el punto en que durante siglos la iglesia sirvió de apoyo a muchos reinos e imperios de la civilización occidental. Durante mil años los cristianos formaron un frente común y aunque en su seno surgieron teólogos que discrepaban en algunos dogmas como la virginidad de María, la Trinidad, etc., estos teólogos fueron silenciados o excomulgados por el papado. Sin embargo, a partir del siglo XI, las discrepancias ocasionadas por la duda de si se podían usar imágenes en las iglesias (en contra del segundo mandamiento) provocaron la separación de la iglesia de Roma y la de Constantinopla, haciendo que ambas se excomulgaran entre sí. Aunque la iglesia de oriente conservaba mejor las tradiciones del cristianismo primitivo, fue la iglesia de occidente, asentada en Roma, la que demostró mayor dinamismo a la hora de evangelizar a los diversos pueblos que integraba en su seno, sin embargo no pudo evitar varios cismas en los siguientes siglos durante los cuales hubo varios papas y antipapas luchando por el control de la iglesia.
2.1 Recuento Histórico
Los cristianos se dedicaron a predicar el Evangelio en larga escala. Después de realizar un gran esfuerzo entre los judíos durante casi dos años, las misiones cristianas, coadyuvadas por los que estuvieron presentes el día de Pentecostés, se dedicaron a evangelizar a los gentiles con gran ardor misionero.
Hasta entonces las iglesias eran autónomas y no tenían ninguna forma de gobierno eclesiástico. Eran guiadas y orientadas por el Espíritu Santo, el Consolador prometido por Jesús. Respetaban las orientaciones de los apóstoles y no reconocían sobre ellas líder alguno que tuviese la incumbencia de representar a Cristo, ya sea espiritualmente, ya sea administrativamente, papel atribuido al propio Espíritu Santo.
Muchas persecuciones les salieron al paso a
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