Religión Y Espiritualidad
MonroeM087 de Junio de 2015
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Religión y Espiritualidad
M Miles
West Midlands, U.K.
Introducción
¿Cómo las religiones más importantes han tratado la discapacidad?
Patrones dominantes
Algunas implicaciones para la rehabilitación
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Introducción
Porque este artículo?
Un profesor americano de medicina y rehabilitación física cuenta la historia de un paciente nacido con una amiotrofia espinal, que experimentó habitualmente una serie de intervenciones médico-terapéuticas, mientras que también perseguía simultáneamente su propia búsqueda espiritual para la comprensión del sentido y de la significación profunda de la vida, extendiéndose de un fondo cristiano católico a las principales escrituras hindúes. Durante muchos anos, ninguno de los servicios de rehabilitación habían tratado lo que consideraba el paciente como « el aspecto el más esencial de su ser: su espiritualidad ». El paciente y el profesor coincidieron íntegramente en este punto de vista, puesto que eran de hecho, una misma persona (Nosek 1995). Desde una perspectiva diferente, un grupo de esfuerzo personal, compuesto de madres hindúes que crían niños con importantes deficiencias intelectuales en una región muy desprotegida de la ciudad de Nueva Delhi, ellas han llegado a la misma conclusión a propósito de la « religión organizada ». Estas mujeres proceden de orígenes, hindúes, budistas, musulmanes y cristianos. Ellas han encontrado más ayuda en sus discusiones diarias entre ellas, que en las propuestas tratadas por las vías espirituales de los diferentes mentores religiosos para comprender mejor la discapacidad de sus niños. Cada una de ellas se comprometieron en el combate: ellas estaban equipadas de una fe y una filosofía que a ellas mismas les había golpeado en forma de yunque su propia experiencia amarga (Balasundaram 2007).
Las recientes revisiones de la literatura norteamericana indican que, en los doce años desde los comentarios de Nosek, en los que se han desarrollado los juicios y en el interés sobre « la religión y la salud » han ido aumentando rápidamente, mientras que en el dominio de la « religión y de la discapacidad », el aumento se percibe, pero se conserva aún débil de comparar (Lee et Newberg 2005; Johnstone et coll. 2007; Zhang et Rusch 2005). A lo largo de la historia escrita, las prácticas religiosas y las artes curativas, terapéuticas y rehabilitadores han sido mutuamente de apoyo (Ebrahimnejad 2002; Sullivan 1987; Veith 1972, 10, 53, 215; Zysk 1998), y se continúa reforzando mucho hoy día en el mundo rural y lo no industrializado. Según las referencias de Katz (1982) sobre las prácticas chamánicas de curación entre los Kung (bosquimanos) del desierto de Kalahari, donde algunos de sus curadores tenían ciertas e importantes discapacidades, transmiten una percepción milenaria durante la cual los seres humanos vivieron «entre el cielo y la tierra», con las mínimas posesiones materiales y con un conocimiento y una elevada sensibilidad de las amenazas y de las posibilidades de existencia espiritual. La difusión global, pero principalmente urbana de la medicina, la psiquiatría y de la rehabilitación moderna, basadas en la ciencia, se ha convertido más a menudo en un conflicto con las creencias religiosas tradicionales, las prácticas curativas y la terapéutica indígena. Por lo tanto, los gobiernos con las poblaciones rurales más extensas, como en China y en la India, han intentado realizar una cierta integración entre los curadores tradicionales y sus creencias con los servicios modernos de salud (Bray 1999; Leslie 1976; Wujastyk 1998, 9-10). Algunos de los médicos científicos entrenados en países en vías de desarrollo, encuentran útil de estudiar los métodos tradicionales, particularmente en el campo de la salud mental. (al-Habeeb 2002; Issa 2000; Khalili et coll. 2002; Patel et coll. 1995; Raguram et coll. 2002; Salib et Youakim 2001; Winkelman 2004); y en descubrir y de apropiarse localmente de los recursos materiales, las competencias, las técnicas y la filosofía disponible (Adams 2002; Feierman 2000; Werner 1998). Algunas escuelas de pensamiento religioso se han movilizado para tender un puente entre las brechas; modernizando su acercamiento, estudiando el pensamiento de la ciencia moderna, creando los servicios de capellanía que se transforman y otras medidas. Muchos médicos, psiquíatras y terapeutas, sí bien personalmente son ateos, agnósticos o tienen creencias religiosas, han entendido que los pacientes, la cultura o la espiritualidad religiosa pueden tener efectos significativos en su percepción con el programa terapéutico, la velocidad y el grado de su (misma) cura, la recuperación y la participación benéfica para las familias y las comunidades locales en el proceso de rehabilitación.
Hay un cierto movimiento análogo con una tendencia a humanizar el encuentro terapéutico, para disminuir las máscaras y las barreras profesionales, para mantener los elementos no mesurables del cuidado y de la voluntad humana, y quizás para descubrir una forma de transformar la terapia en un proceso más agradable (Halliburton 2003), como parte del flujo armonioso de la vida (Iwama 2005), inspirado en las culturas asiáticas en las cuales la discusión de la ciencia y la religión es abordada más hábilmente. Una tendencia opuesta, encaminada a diseñar instalaciones para la rehabilitación, según el modelo de las fábricas de autos, intenta manejarlos con eficacia, controlando los costos máximos, el rendimiento de los procesos mecanizados y la generación de beneficios que se pueden presentar. Una cierta síntesis de tendencias puede surgir en las situaciones en las que las personas pueden elegir diferentes terapias de rehabilitación. Ellas prefieren entonces pagar por los servicios reconocidos por su eficiencia científica, aceptados en el campo cultural que promueven generalmente una buena imagen. Debe recordarse también que una proporción considerable de personas con discapacidades, tienen muy poco contacto con el mundo de la rehabilitación, de la cura y de la terapia. Sus « discapacidades » constituyen un estado físico permanente alrededor del cual ellos llegan a construirse una vida humana cerca de la normal. El requisito principal de la sociedad es evitar la construcción de obstáculos tanto físicos como aptitudinales en el medio ambiente social.
Según los informes de los médicos, terapeutas y sacerdotes quienes han experimentado enfermedades graves y condiciones de discapacidad pueden igualmente aportar cierta aclaración, o por lo menos un conocimiento mayor sobre la complejidad de los pensamientos, las experiencias y las paradojas en ésta àrea. (Axelrod 2005; Boswell et coll. 2001; Klitzman et Daya 2005; Koss-Chioino 2006; Nosek 1995; *Squier 2004). Las explicaciones personales han producido implicaciones más profundas de fuentes artísticas, literarias, filosóficas y teológicas en la experiencia y la respuesta humana a la sordera y a la discapacidad (ex.: Bragg 2004; Byrne 2000; 'David B' 2005; Oe 2001; Peloquin 2005; Yong 2007). También han influenciado los discursos antropológicos en éste campo (Haualand 2007; Ouertani 1999; Rösing 1999). Un número creciente de informes dirigidos por los terapeutas se encuentran cerca de los frentes donde se libran los conflictos armados, las luchas de liberación , los desastres naturales y las medidas de reconstrucción ponen también en evidencia el lado sombrío y sanguinario de la sociedad humana, sustituyendo la propia seguridad de los terapeutas, así como el orden y la calma con la que ellos abordan habitualmente los problemas con el fin de responder a las demandas más urgentes con las que tratan de dar de sí mismos, en la compasión y en la espiritualidad (Kronenberg, Algado et Pollard 2005; Werner 1998).
Es cada vez más multicultural, multireligiosa, impersonal y automatizada la ciudad moderna; la idea de que los profesionales que tienen una formación en las ciencias de la rehabilitación y de la terapia deberían, de una u otra manera, «tener en cuenta el aspecto espiritual» de sus clientes, ésto puede sonar como un salto en las profundidades desconocidas, en las relaciones complicadas y en consecuencias imprevisibles (Farrar 2001). Con todo esto, algunos profesionales están enterados que sus prácticas necesitan ser mejor informadas en el área de la espiritualidad y en la diversidad de los orígenes culturales y religiosos (Faull et coll. 2004; Stone 2005; Yamey et Greenwood 2004). Este articulo hace un bosquejo profundo, de la complejidad y de ciertas fuentes que se pueden encontrar en los textos y en las prácticas religiosas, con el fin de comprender mejor la sitio frecuentemente más difícil; pero enriquecedora, la interrelación entre la religión, la espiritualidad, la discapacidad y la rehabilitación. De forma particular ello permitirá poner en evidencia ciertas fuentes religiosas de países asiáticos, del Medio Oriente y del África, donde los contactos entre los métodos modernos y tradicionales para abordad la discapacidad son diferentes a los métodos occidentales del siglo XX. (Para un artículo reciente sobre temas similares cuyo énfasis se hace sobre el aspecto occidental, vea Gaventa et Newell, 2006).
Religión y spiritualidad
Contrariamente a la terminología científica como se describe en el uso y el dominio de la rehabilitación, con palabras tales como « religión, religioso» y « espiritual, espiritualidad », así como sus equivalencias en las diversas lenguas, hacen
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