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Sentandonos A La Mesa


Enviado por   •  1 de Octubre de 2012  •  4.023 Palabras (17 Páginas)  •  275 Visitas

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Introducción

LBA Salmos 23:1 Salmo de David. El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará. 2 En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. 3 Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. 5 Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por largos días.

Dios nos ha prometido un año de transformación. Y hoy estamos hablando de la transformación de la mesa, donde Dios nos ofrece el vino y el pan. Dios sabe que al sentarnos en la mesa ocurre una transformación, que somos cambiados en otra genética, en la naturaleza divina.

Vamos a aprender un poco más lo que representa sentarnos a la mesa del Padre, para tomar la Santa Cena. El privilegio de sentarnos a la mesa de Dios, no es algo que nos hayamos ganado, sino que Jesús al entregar su vida por nosotros, nos dio, en su misericordia, la potestad de ser llamados Hijos suyos, y por gracia tenemos el derecho de participar del pan y del vino.

Este Salmo, que consta de seis versículos, es profético, porque representa todo lo que hay antes de sentarse a la mesa y todo lo que hay después. En el versículo cinco el Señor prepara la mesa. En la Santa Cena ocurren cosas en nuestras vidas, cambios que se hacen palpables después de participar de pan y vino. Ingresamos de una manera, (pasado) pero salimos de otra forma (futuro), y este salmo profetiza tal cambio sobre nuestra vida.

DESARROLLO

El versículo cinco, menciona todo lo que sucede cuando estamos sentados, durante tomamos la Santa Cena. El significado de la palabra: Tú preparas, (en otras versiones aparece tu aderezas) significa poner en orden, algo referente a batalla, unirse a la batalla, Dios se une con nosotros para pelear contra nuestros enemigos. Entonces nos damos cuenta que lo primero que sucede es que nos ponemos en orden. Ese es el momento de analizar nuestras vidas, hacer una introspección de nuestras fallas, pecados, de todo voto pendiente de pagar, etc. Pedir perdón y hacer un nuevo pacto o compromiso con Dios de no fallarle.

Después de ponernos en orden, otra de las funciones de la Santa Cena es unirnos en batalla con el Señor, contra nuestros enemigos, para vencer situaciones o áreas que siempre nos han vencido. Hay situaciones o áreas que todavía no hemos logrado vencer por nosotros mismos, porque hemos ido a la batalla solos, no con el Señor de los Ejércitos. Entonces sentarnos a la mesa es un momento de victoria, porque Dios nos ayuda a derrotar todo aquello que antes nos ha vencido. La frase aderezas mesa significa que Dios se une en la batalla con nosotros para vencer a los enemigos, pero también significa que antes hubo un valle de sombra y de muerte, una cobertura de tinieblas, calamidades, en lo que todo salía mal. Si antes de sentarnos a la mesa, cuando ingresó a la iglesia, estaba pasando momentos muy difíciles, ahora, después de la Santa Cena, esos momentos difíciles son parte de su pasado.

Ahora Dios, nos unge, nos habilita y hace rebosar nuestra copa. Rebosar significa estar satisfecho. La vida del cristiano es para estar satisfecho y para gozarse la vida. La comida de Dios nos transforma en la genética divina, pero la otra comida nos transforma en gordos. Resumiendo entonces este salmo profético, primero es el valle, el momento difícil, de decisión, de depresión, de calamidad, muchas veces de derrota, de tinieblas, para luego sentarnos en la mesa y después viene la victoria. VALLE – MESA- VICTORIA.

David sabía lo que era estar en el valle y los temores que en el se vivían, como sabía lo que era sentarse a la mesa, a comer el pan y beber el vino y sabía lo que era estar victorioso. Vamos a conocer los diferentes valles por los que un cristiano debe pasar, hasta obtener la victoria:

1. VALLE DE ELA – VALLE DE DAVID

LBA 1 Samuel 21:6 Entonces el sacerdote le dio pan consagrado; porque allí no había otro pan, sino el pan de la Presencia que había sido quitado de delante del SEÑOR para colocar pan caliente en su lugar al ser retirado. 7 Y uno de los siervos de Saúl estaba allí aquel día, detenido delante del SEÑOR; se llamaba Doeg edomita, jefe de los pastores de Saúl. 8 Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Pues no traje ni espada ni armas conmigo, porque el asunto del rey era urgente. 9 Entonces el sacerdote dijo: He aquí, la espada de Goliat el filisteo, a quien mataste en el valle de Ela, está envuelta en un paño detrás del efod; si quieres llevártela, tómala, porque aquí no hay otra sino ésa. Y David dijo: Como ésa no hay otra; dámela.

David sabía que habían valles por los que tenía que cruzar, y que en ellos habían temores y sombras de muerte. En ese momento estaba siendo perseguido y huía por su vida, pero él se sentó en la mesa a comer el pan. Después que tomó la santa cena, le dieron la espada de un enemigo al que había derrotado en el valle de Ela, que significa de los jefes. En este valle se pelea para saber quien manda. Y él ya había cruzado ese valle.

En este valle, aún David sintió temor porque iba a pelear contra un gigante, con el que nadie había querido pelear antes, pero David no peleó con sus propias fuerzas, sino con las fuerzas del gigante que había dentro de él. Obtuvo la victoria y le dieron una espada. Muchas veces sin embargo, somos derrotados en el Valle, pero el Señor Misericordioso nos hace sentarnos en su mesa y nos da la victoria.

Este era un tiempo en el que Saúl gobernaba y no había espadas, ni herreros; escaseaba la palabra. La espada representa la palabra de Dios. La gente no conocía de la palabra de Dios, por eso nadie había querido por miedo, pelear contra Goliat, porque no sabían que en la palabra dice Jeremías 20:11 Mas Jehová está conmigo como un poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; pero David si lo sabía y después que venció a Goliat, el gigante, le quitó la espada. No es posible que el Valle de tinieblas y sombras, pueda vencer la luz. Sino que la luz vence las tinieblas. En ese valle de Ela se demostró que el jefe, el que manda es el Dios poderoso y gigante que está con nosotros.

Después de cruzar ese valle, el pan que David se sentó a comer era el Pan Consagrado que era solo para los Levitas, sacerdotes, discípulos o ministros. El diablo no va

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