Teología de la crisis

Teología de la crisis    [pic 1]

Carlos Raúl Sosa Siliézar

Tanto el catolicismo como el protestantismo del siglo XIX acarreaban un peso teológico desgastante: apoderarse de la revelación de Dios y disponer a voluntad de la gracia. La teología dialéctica surgirá en reacción a esta teología afirmando que Dios es Dios y el hombre, hombre. Esta teología inició con Karl Barth. El teólogo suizo ya había peregrinado por la “teología de la crisis” propiciada por la caída definitiva del Imperio alemán, el cese definitivo de los príncipes territoriales como jefes de la Iglesia, la Revolución rusa y los disturbios sociales de Alemania. Una era había llegado a su fin, la era moderna con su fe en la razón, en la ciencia y en el progreso. Esta era se había llevado consigo al “protestantismo cultural burgués”.

En torno a Barth se congregó un séquito teológico integrado por mentes tan brillantes como Emil Brunner, Eduard Thurneisen, Friedrich Gogarten y Rudolf Bultmann, quienes contribuían en la recién fundada revista Zwischen den Zeiten “Entre los tiempos”. El propósito de estos teólogos fue emprender un viraje hacia una teología de la palabra: 1) dejar el antropocentrismo moderno, y acercarse a un nuevo teocentrismo, 2) dejar la autointerpretación histórico-psicológica del hombre ‘religioso’ y la teología en cuanto ciencia cultural e histórica, y avanzar hacia la propia palabra de Dios, documentada en la Biblia, 3) dejar el discurso religioso sobre el concepto de Dios, y avanzar hacia la predicación de la palabra de Dios, 4) dejar la religión y la religiosidad, y avanzar hacia la fe cristiana obediente, 5) dejar las necesidades religiosas del hombre para acercarse a Dios, que es el “Totalmente Otro”, revelado sólo en Jesucristo.

Con el tiempo, los teólogos de Zwischen den Zeiten se fueron separando, hasta que Barth renunció a la revista. El teólogo suizo retornó a la Escritura, la patrística, la escolástica y la tradición reformada para articular su pensamiento y, muchas veces, criticar los importantes logros de la exégesis moderna, y de la historia; cosa que no imitaron los otros teólogos de Zwischen den Zeiten. Por eso, es posible decir que Barth es representante de una teología neo-ortodoxa (aun cuando Küng sostiene que “No se ha entendido...nada de Barth...cuando se le cuelga la etiqueta de neo-ortodoxo).

Los otros teólogos tomaron rutas distintas. Algunos hasta llegaron a representar una escuela propia. Este es el caso de R. Bultmann con su programa de desmitologización. En un primer momento los teólogos dialécticos estaban de acuerdo en la radical distinción entre Dios y el hombre. Pero, daban un paso más, y se preguntaban ¿cómo comunicar al hombre de hoy esa revelación?

Tras la insistencia de la teología dialéctica de poner a Dios “arriba” y al hombre “abajo” se pregunta Emil Brunner ¿la revelación de Dios encuentra en el hombre alguna resonancia? Y responde que sí. Todo ser humano –por ser creado a imagen de Dios– tiene una capacidad previa para acoger la palabra de Dios. La fe no es una actitud pasiva a la revelación sino un diálogo entre Dios y el hombre. El pensamiento de Brunner redundó en una antropología teológica y Barth le contestó con un violento ¡No! Brunner propuso entender la relación entre Dios y el hombre como encuentro, la verdad como encuentro (Wahrheit als Begegnung, 1938). Brunner escribió otras obras y continuó ejerciendo la docencia. Fue profesor en Japón por dos años (1953-1955) en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio.

Otro de los teólogos que iniciaron en el círculo del pensamiento dialéctico pero que se separaron luego de Barth fue Friedrich Gogarten (1887-1967). Esta ruptura fue consumada con su adhesión a los cristianos alemanes en 1933. El proyecto de Gogarten concluyó en la teología secular. La secularización era una realidad en el terreno filosófico. Nietzsche había proclamado la muerte del cristianismo por su incapacidad de soportar el peso de la autonomía del hombre. Gogarten trata de trazar una nueva ruta –distinta a la de Nietzsche– para hablar de cristianismo en un mundo secular. Gogarten estaba de acuerdo en la secularización de la fe cristiana, pero negaba la validez del secularismo. Las tesis de la teología secular de Gogarten son tres: 1) la fe cristiana es fe justificante, pero la justificación del pecador va a redundar necesariamente en buenas obras que se realizan en el mundo (secular); 2) para la fe cristiana, el mundo es creación de Dios, y de ahí deriva la secularización del mundo y la autonomía del hombre frente al mundo; 3) en la fe cristiana el hombre vive una relación filial con Dios, y de aquí se deriva la responsabilidad del hombre para con el mundo.

Karl Barth[pic 2][pic 3]

Nació en Basilea el 10 de mayo de 1886 y falleció en el mismo lugar el 9 de diciembre de 1968. Sus 82 años de vida fueron sumamente productivos. Su padre enseñaba historia del cristianismo en la Universidad de Berna. Su madre era una hija de pastor que pertenecía a la burguesía suiza. Uno de sus hermanos (n. 1890) llegó a ser profesor de historia de la filosofía en la Universidad de Basilea. Karl, en cambio, se oriente hacia la labor pastoral y hace estudios de teología en Berna. Luego, va a Alemania para escuchar las lecciones de los más prestigiosos teólogos alemanes. En Berlín asiste a las clases de Adolf von Harnack. Posteriormene se dirige a las universidades de Tubinga y Marburgo. Concluye el ciclo de estudios en 1908, pero no continúa con miras a hacer el doctorado, porque no tiene aún clara cuál es su propia postura teológica, y la de sus maestros suscita en él una perplejidad cada vez mayor. Así que se encamina hacia el pastorado.

Además de estudiar bajo Adolf von Harnack (historia de los dogmas), Barth se expuso a la docencia de otros estudiosos liberales. Entre ellos cuéntese a Hermann Gunkel (crítica del Antiguo Testamento), Adolf Schlatter (judaísmo y crítica del Nuevo Testamento), Wilhelm Herrmann (neo-kantismo).

Fungió como pastor auxiliar en la iglesia de lengua alemana en Ginebra, en donde lee y relee a Calvino. Participa en las reuniones de la Compagnie des Pasteurs, una especie de encuentro periódico donde se discute acerca de teología, de problemas pastorales y de política eclesiástica. A sus veinticuatro años, Barth se fija en la señorita Nelly Hoffmann, quien solamente tiene diecisiete años. Nelly queda interesada en los sermones de Barth, pero Barth quedó interesado en los encantos de la joven dama. Con el tiempo (1913), Nelly se convertirá en una aventajada violinista, y en la señora de Barth a quien le concede cinco hijos. Quizá por eso no sea extraño que Karl Barth escribió en 1956 el libro Wolfgang Amadeus Mozart.

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