Un dulce negocio como ejemplo de emprendimiento

Un dulce negocio como ejemplo de emprendimiento

Sergio Espinoza nunca se imaginó que lo que llama un dulce negocio lo llevaría a tener su propia empresa, convirtiéndose en la actualidad en la única industria ecuatoriana en ofrecer caramelos personalizados para las empresas.

Espinoza comenta que su negocio lo empezó en el garaje de su casa, sellando caramelos de forma manual y con poca ayuda. La idea de ofrecer caramelos con la marca de un negocio le nace de "un error" cuando tenía 18 años.

"Me involucré en un proyecto de unas pastillas de menta que habían traído unas madres de un convento como donación; entonces me vendieron a mí porque necesitaban el dinero como ayuda social, y no sabía qué hacer con el producto", afirma.

Luego de adquirir los caramelos intentó venderlo pero sin resultados positivos; es ahí cuando le nace la idea de vender los caramelos personalizados.

"Fui a averiguar en las imprentas para imprimir en plásticos; sin embargo, pedían grandes tamaños, hasta que encontré un señor que me hacía 50 kilos. Entonces hice un contrato con él y cuando me entregó el pedido, el producto lo sellaba a mano (10 kilos diarios). Pero surgió otro problema: se me acabo el caramelo".

Cuando a Espinoza se le terminó el producto, él ya había captado algunos clientes que le pedían más caramelos con la marca de su negocio. Entonces inicio el proceso de producción de caramelo. "Es muy complicado, es una línea de proceso muy grande, parece fácil pero es una línea muy amplia; entonces me empapé un poco del proceso de producción de caramelos, para poder producir".

Así, logró comprar su primera máquina de producción, una semiautomática e inició su empresa con el nombre "Dipropacking", captando más clientes y posicionándose en el mercado.

Actualmente, la empresa ya tiene 12 años de funcionamiento. Con una línea de procesamiento totalmente automática, produce 1 500 kilos de caramelos al día en 12 horas de producción.

Espinoza empezó trabajando con su hermano y un amigo; ahora tiene 14 empleados y trabaja para empresas como Tame, Hospital Militar, DHL, Bayer, Toyota, bares como Sport Planet, entre otros.

Dipropacking tiene actualmente tres líneas de producción. Una de ellas es el servicio de empaque; "ahora todos vemos que en las cadenas de comida que dan los cubiertos con la servilleta empacados, eso lo hacemos nosotros", asegura.

Según Espinoza, las empresas ganan mucho en imagen cuando por ejemplo el cliente recibe cubiertos empacados y con el logotipo de la empresa, o cuando reciben un caramelo en forma de agradecimiento.

Espinoza es un ejemplo de cómo las personas pueden empezar su propio negocio.

Para iniciar una microempresa la preocupación mayor es el dinero; pero actualmente, varios organismo entregan créditos con tasas preferenciales.

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