Una Vida Con Proposito
Enviado por Jorge_75 • 22 de Julio de 2013 • 1.274 Palabras (6 Páginas) • 396 Visitas
UNA VIDA CON PROPOSITO
DIA 3 ¿Que guía tu vida?
Todos tenemos algo que guía nuestras vidas. Los diccionarios definen el verbo guiar como “mover, conducir o empujar”. Ya sea que conduzcas un automóvil, claves algo o golpees una pelota de soccer, eres tu quien guía, empuja o mueve ese objeto en ese instante. ¿Qué es lo que guía tu vida?
1. A muchos los guía la culpa. Se pasan toda la vida huyendo de sus errores y ocultando su vergüenza. Quienes cargan culpas son controlados por sus recuerdos. Permiten que su futuro sea controlado por su pasado. Sin darse cuenta se castigan a sí mismos, saboteando sus propios logros. Como es el caso de Caín, que cuando pecó, su culpa lo separo de la presencia de Dios, y el Señor le dijo: “en el mundo serás un fugitivo errante”. Eso describe hoy a la mayoría de la gente: va por la vida sin propósito alguno.
Somos el resultado de nuestro pasado, pero no tenemos que ser prisioneros del mismo. El propósito de Dios no está sujeto a tu pasado. El, que convirtió a un asesino llamado Moisés en un líder y a un cobarde llamado Gedeón en un héroe valiente, también puede hacer cosas increíbles con lo que te queda de vida. Dios es experto en dar borrón y cuenta nueva a la gente.
2. A muchos los guía la ira y el resentimiento. Se aferran a heridas que nunca logran superar. En vez de sacarse el dolor por medio del perdón, lo repiten una y otra vez en sus mentes. Los que viven motivados por el resentimiento se “enclaustran” e interiorizan su ira; otros “estallan” y explotan ante los demás. Ambas reacciones son dañinas e inútiles.
Como vimos en el estudio de las actitudes, el resentimiento siempre te daña más a ti que a la persona con la que estas resentido. Recuerda que los que te hicieron daño en el pasado no pueden seguir haciéndotelo a menos que te aferres al dolor por medio del resentimiento.
3. A muchos los guía el temor. Estos temores puedes ser el resultado de una experiencia traumática, de falsas expectativas, de haber sido criados en un hogar de disciplina rígida o incluso de una predisposición genética. Cualquiera que fuere la causa, las personas condicionadas por el temor pierden oportunidades porque temen aventurarse a emprender cosas. Van a lo seguro, evitando riesgos y tratando de mantener el bienestar del momento actual.
El temor es un tipo de cárcel que tu mismo te impones, impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas. Debes reaccionar contra eso con las armas de la fe y el amor. La Biblia dice que la persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar. (1 Juan 4:18) TLA
4. A muchos los guía el materialismo. El deseo de adquirir se convierte en la meta principal de sus vidas. Este deseo de querer siempre más se basa en la idea equivocada de que cuanto más tengas serás más feliz, más importante y vivirás más seguro, pero los tres conceptos son erróneos. Las posesiones solo proveen felicidad temporal. Como las cosas no cambian, tarde o temprano nos aburrimos de ellas, entonces queremos otras nuevas, más grandes y más modernos. Cuanto valemos como personas y cuanto valemos por lo que tenemos no es lo mismo. No se puede determinar cuánto vales por las cosas que posees y Dios dice que las cosas más valiosas en la vida no son los bienes que posees.
El mito más común respecto del dinero es que cuanto más tengas más seguro estarás. No es así. Se pueden perder las riquezas por muchas razones que están fuera de tu control. La verdadera seguridad se fundamenta solo en algo que no te pueden quitar: tu relación con Dios.
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