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Practicas del Lenguaje con TIC. El Arte de crear mundos


Enviado por   •  31 de Mayo de 2017  •  Trabajo  •  1.938 Palabras (8 Páginas)  •  264 Visitas

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Materia: Prácticas de Enseñanza con TIC.[pic 1]

Provincia: Chaco.

Año: 2.015

El Arte de crear mundos

Debido a una sociedad en permanente cambio la tarea del docente no es un acto ajeno a esos cambios, a la innovación y a la creatividad. Hoy, el enseñar supone una  ardua tarea de planificación y de construcción metodológica donde estamos invitados/citados a inventar e imaginar muy variadas formas de transmisión del saber; y así abrir posibilidades a que el deseo de aprender tenga lugar en cada uno de nuestros alumnos.  Porque la enseñanza también tiene que ver con las demandas de nuestros niños y niñas, de los múltiples soportes de invención (el arte de combinar colores, texturas) que van adquiriendo valores y abriendo puertas a la diversidad.

En la educación el arte actúa de una manera sorprendente y en él se pueden visualizar aspectos importantes: las prácticas de enseñanzas emanadas de  artesanías, formas de crear, mejorar o reparar cuestiones referidas a los saberes. Es una construcción didáctica de desplegar tanto en nuestra profesión como en los alumnos la creatividad. La creatividad que muchas veces está escondida en un misterio elocuente de pensamientos, sentimientos, sueños e ilusiones y la debemos sacar a flote con diversas propuestas. Es aquí, en este proceso complejo de enseñanza-aprendizaje, donde los docentes se convierten en  artífices del “bricolaje y de esta manera dejan indudablemente “huellas”. Huellas que no solamente dejaron nuestros primeros maestros en nosotros sino las huellas que dejamos y dejaremos en nuestros niños y niñas debido a nuestro actuar cotidiano en las aulas; producto de los intercambios cara a cara que se llevan a cabo día a día, de las palabras capaces de provocar la imaginación, el pensamiento, el aprendizaje, el respeto por la diversidad, las valoración de palabras y gestos tolerantes. Todo ello, dejan alguna huella en los chicos y en nosotros mismos. Asimismo; estas huellas tienen que ver con el amor, la pasión, la entrega y la voluntad que cada uno de nosotros nos comprometamos a reflejarlo en nuestras prácticas diarias porque el arte de enseñar implica que no puede hacerlo (enseñar) aquel que no conoce, cuida y ama a sus alumnos.

Se puede decir que el arte necesita de la inspiración y la copia de las grandes obras de maestros reconocidos por sus comunidades. También se necesita, en las escuelas a la hora de la enseñar los diferentes saberes; la reproducción, imitación, reconstrucción y reflexión de las buenas clases en las que se entraman una estrategia, una pregunta, un recurso, la construcción de un saber, un modo de pensar en el otro y en nosotros mismos.

El arte es todo aquello que hacemos con humildad, paciencia, sensibilidad. Es una manera de expresar, de crear mundos. Se ponen en juego la pasión, la reflexión, la emoción, la cognición, el pensamiento porque a través de él podemos ayudar a otros a desarrollar sus capacidades y a que ellos sean protagonistas de este mundo, de que puedan actuar como ciudadanos críticos, pensantes y responsables; y que puedan comprometerse para que ese mundo sea mejor y justo, como nos dice Edith Litwin –enseñar supone un pensamiento apasionado- “El pensamiento apasionado se vincula con el deseo por llegar a lo que todavía no se llegó y a la imaginación, que como parte de la inteligencia nos permite aventurar relaciones y proyectarlas de manera original. Se trata, entonces, de entender que la enseñanza debería ser promotora del pensamiento apasionado –que incluye el deseo y la imaginación– para provocar una educación comprometida con la sociedad que a su vez dotará de significado la vida de los niños y los jóvenes” (Litwin, 2008: 29).

Es en el aula donde debemos compartir nuestras pasiones, reflexiones e imaginación, producto singular, subjetivo y único del ser humano. Nuestro propio trabajo es lo que nos lleva a una construcción metodológica, que entrelaza y une nuestras experiencias e historias formativas. Por tal motivo, está en cada docente  plantarse el desafío de buscar y construir propuestas de educación artística integral donde los niños puedan interrelacionar lenguajes, estéticas, técnicas, texturas, colores, pincel en mano como en la experiencia de “Taller Azul”.

En Taller Azul se visualiza trabajos ricos en arte y se entraman historias de vida, sueños, colores, texturas. Son obras, propias de niños que se han embarcado en la imaginación, la creación y en el maravilloso mundo de la aventura. “Prefiero hacer historias más abiertas que tengan varias lecturas y que cada lector pueda encontrar la suya” (McKee citado por Carranza, 2005). Estos niños se han embarcado en el arte de tejer o en el arte de pintar obras maravillosas a través de la palabra, la música, las esculturas, los títeres, los dibujos. Ellos son los protagonistas de ese encuentro con en arte, la magia, la literatura y las ilusiones para que juntos construyan un mundo mejor. Aquí la enseñanza es considerada un acto de invención, un acto de selección de productos culturales y una  producción artística.

Tenemos la oportunidad de imaginarnos y de elaborar artesanalmente nuestras clases. Tenemos la posibilidad de que esas clases estén ligadas a nuestros saberes y experiencias sabiendo que vale la pena que los alumnos aprendan y que al enseñar se abran posibilidades de encuentro, experiencia que deje huellas. Que seamos tanto artesanos como artistas.

Lo que enriquece la construcción de una propuesta que pone a los niños en lugar de productores/creadores es la combinación de distintos soportes y lenguajes expresivos. Las TIC nos ofrecen esos itinerarios recursos interesantes y enriquecedores que nos permiten seguir las huellas de otros. Es necesario establecer encuentros entre los educandos y la riquísima variedad de producciones existentes (pinturas, dibujos, fotomontajes, esculturas, títeres, etc.) y jugar a ver las cosas desde variados puntos de vista a la vez para abrirse a los diversos modos de existencia del conocimiento. Pero incitados desde la curiosidad que debemos generar en nuestros alumnos. La escena del aula es un encuentro en el cual docentes y alumnos  como señala Erikson “…siguen “reglas” culturalmente normativas y previamente aprendidas, pero también situaciones de innovación en las que unos y otros construyen nuevos tipos de sentidos al adaptarse a las circunstancias fortuitas del momento” (Erikson, 1999: 339).

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