Profesionales del siglo 21 - reinventarse a lo largo de la vida

Profesionales del siglo 21 – reinventarse a lo largo de la vida

Ignacio Trejos Zelaya, Universidad Cenfotec y Tecnológico de Costa Rica

2018.09

A medida que aumenta el saber humano especializado, se posibilita el descubrimiento de nuevas aplicaciones prácticas y la formulación de invenciones, para resolver problemas latentes o para crear productos, sistemas y servicios apreciados por posibles usuarios.

Cada vez más, las ciencias fundamentan nuevas aplicaciones y el desarrollo tecnológico que – a su vez – impacta las actividades humanas y potencia el avance científico. Los inventos tecnológicos y su proliferación contribuyen a acelerar la producción de conocimiento.

¿Cuáles serán las profesiones que surgirán en las próximas décadas?  Es difícil predecir el futuro, pero podemos prospectar a partir de tendencias que se vienen gestando en las últimas cinco décadas.  Opino que es más pertinente caracterizar las condiciones en que se desarrollará la vida de los profesionales que se desempeñarán productivamente en las próximas décadas.

El Instituto para el futuro (Institute for the Future = IFTF) publicó en el 2011 un informe que da luz sobre seis tendencias que reconfigurarán los trabajos del futuro y que complemento a continuación:

• Longevidad extrema, lo que cambia la naturaleza de la educación y del aprendizaje, las carreras profesionales, la vida familiar.  Mantener un estilo de vida saludable será imprescindible para las nuevas generaciones. Será necesario desarrollar capacidades para adaptarse a los cambios, pues la evolución de la tecnología ha sido muy acelerada.  El aprendizaje continuo a lo largo de una vida productiva prolongada será imprescindible, no solamente para mantenerse actualizado, sino para reinventarse periódicamente, moviéndose a nuevas disciplinas o aprendiendo sobre temas complementarios a una formación profesional inicial.  Además, ya observamos la aparición de especialidades en profesiones relacionadas con la atención de la salud de personas que alcanzan edades superiores a los 60 años: en Medicina, Enfermería, Psicología, Nutrición, Fisioterapia, etc.  Asimismo, crecerá la demanda de profesionales que ayuden a personas mayores a cultivar el arte y la ejercitación física, entre otras.
• Surgimiento de máquinas y sistemas inteligentes, que pueden asumir tareas repetitivas tradicionalmente realizadas por personas.  ¿Llegarán las máquinas (computadoras, robots) a sustituir a los humanos?  ¿Podemos diseñar tecnologías asistenciales, que complementen el trabajo de los humanos, sin sustituirlos? Deberemos aprender a crear espacios donde se aprovechen habilidades, destrezas, conocimientos y experiencias que hacen única a cada persona, con el apoyo de tecnologías - si fueran adecuadas - pero sin anular la humanidad ni socavar la dignidad de las personas.  El desarrollo de la empatía y del diseño ‘sensible’ será fundamental en los profesionales del futuro.
• Mundo computacional, proliferación masiva de sensores y dispositivos programables capaces de actuar sobre el entorno físico, lo que habilita la recolección masiva de datos.  Los medios computacionales facilitarán el procesamiento de los datos en bruto, para clasificarlos, visualizar tendencias, plantear pronósticos, hacer simulaciones, etc.  Será vital el desarrollo de capacidades para analizar la vastedad de datos y obtener sentido a partir de ellos, para su segregación y aprovechamiento.
• Ecología de nuevos medios, que requiere nuevas habilidades de comunicación e interacción. Las tecnologías habilitan la colaboración, superando barreras geográficas y de tiempo, pero debemos aprender a colaborar efectivamente en cualquier entorno, sea físico o virtual.
• Organizaciones superestructuradas, las tecnologías sociales habilitan nuevas formas de producción y de generación de valor, que trascienden las organizaciones formales usuales. Las tecnologías sociales permiten que personas con intereses o preocupaciones comunes interactúen y tengan encuentros que les permitan promover causas, complementar habilidades, resolver necesidades de información, de aprendizaje, de cuidado, etc. El tener experiencias de participar en comunidades de aprendizaje y redes colaborativas antes de terminar estudios formales será extremadamente valioso.
• Mundo globalmente conectado, la interconectividad global creciente hace imperativa la adaptabilidad y la diversidad en las operaciones de las organizaciones. El software de código abierto, las enciclopedias y otras fuentes de información abiertas y gratuitas ‘nivelan’ las oportunidades para que se den innovaciones en prácticamente cualquier confín de la tierra.  Prosperarán mejor aquellas personas que aprendan a identificar buenas fuentes de información y contribuyan a la creación (colectiva) de conocimiento valioso que sea apreciado, usado y combinado por otros.

El IFTF señala 10 habilidades que los futuros trabajadores deben adquirir y desarrollar:

• Dar sentido y significado: habilidades para pensar de manera profunda, crítica e intuitiva, que no puede ser codificada para ser ‘mecanizada’ por sistemas informáticos. Debemos tomar consciencia de la importancia de la lectura crítica y profunda, acompañada por la reflexión, la discusión y la imaginación.
• Inteligencia social: la interacción constructiva con otras personas.  Será importante estimular y perfeccionar las habilidades para la comunicación asertiva y eficaz, así como desarrollar la inteligencia emocional de los futuros profesionales. Las instituciones educativas pueden diseñar espacios para las interacciones mediante trabajo en equipo, voluntariado, aprendizaje en servicio, etc.
• Pensamiento novedoso y adaptativo: pensamiento creativo, ‘fuera-de-la-caja’, resolución de problemas, formulación de preguntas – más allá de lo repetitivo.  El estímulo de la creatividad ante situaciones retadoras y la formación en ‘pensamiento innovador’ (‘design thinking’) debe formar parte de los procesos educativos – desde ahora.  Propiciar el aprender-haciendo, en que se permite ‘fallar’ y aprender de ello, para validar ideas y robustecer las soluciones a problemas.
• Competencias transculturales: capacidad para interactuar en distintos entornos culturales y sociales.  En países desarrollados, especialmente en Europa y algunos asiáticos, se diseñan planes de estudio que ofrecen oportunidades para la interacción entre estudiantes de distintos países o la realización de pasantías en que los estudiantes se exponen a vivencias en ambientes distintos a los propios.  Experimentar el estudio o el trabajo en ambientes diversos habilita el desarrollo de competencias para operar en múltiples entornos culturales. Además, la convivencia transcultural puede ayudar a promover una cultura de paz, respeto y tolerancia.
• Pensamiento computacional, abstraer conceptos a partir de datos, transformar datos para actuar y razonar.  Serán cada vez más apreciadas las habilidades para desarrollar soluciones algorítmicas de problemas, realizar razonamiento cuantitativo y lógico, analizar datos estadísticamente, formular modelos de la realidad actual o la deseada. La formulación de modelos que permitan simular procesos naturales y artificiales permitirá a los futuros profesionales plantear hipótesis y ofrecer explicaciones científicas de fenómenos de la naturaleza, así como explorar posibilidades de diseño para escoger aquellas que sean más convenientes desde perspectivas técnicas, económicas, sociales o ambientales.
• Dominio de nuevos medios, evaluar críticamente y desarrollar contenido que aproveche las posibilidades de los medios, a fin de lograr comunicaciones persuasivas. Experimentar con medios que permitan comunicarse mejor, de manera atractiva y útil, de preferencia en colaboración con otras personas.
• Transdisciplinariedad, capacidad de comprender otras disciplinas y comunicarse con personas que trabajan en ellas.  Las instituciones educativas de vanguardia ofrecen ya espacios para que estudiantes de diversas disciplinas aprendan no solamente a colaborar en proyectos y desarrollar experiencias conjuntas, sino que adquieran saberes de otras disciplinas – a fin de enriquecer su interacción con otras personas y lograr sinergias en la colaboración, pero más allá de eso, para “pensar fuera de la caja” y romper esquemas convencionales.
• Mentalidad de diseño, habilidad para representar y realizar tareas para obtener resultados deseados. Las tecnologías a disposición de los estudiantes y jóvenes profesionales, así como el ambiente en que se desenvuelvan, impactarán sus capacidades para interconectar elementos a fin de lograr objetivos y concretar sus visiones y conceptualizaciones.  La experimentación ayudará a desarrollar criterios, replantear soluciones, obtener aprendizajes, validar diseños, reducir incertidumbre y gestionar riesgos.
• Gestión de la carga cognitiva, capacidad para filtrar información según su importancia y maximizar el funcionamiento cognitivo con el apoyo de herramientas y técnicas.  Navegar océanos de información sin hundirse será esencial.  Los futuros profesionales deben sacar partido de las herramientas que les permitan separar el grano de la paja. Será fundamental aprender a utilizar eficiente y eficazmente nuestras capacidades intelectuales – alejándonos deliberadamente del ruido informacional.
• Colaboración virtual, habilidad para trabajar productivamente, involucrarse y demostrar presencia en un equipo virtual, cuyos miembros están geográficamente dispersos. Será necesario exponerse a la colaboración con personas geográficamente lejanas y experimentar con la creación de documentos y otros artefactos mediante colaboración.  Las interacciones productivas, con retroalimentación constructiva en tiempos breves, serán fundamentales como experiencias de aprendizaje.

La mayoría de las innovaciones que han venido transformando globalmente a las sociedades han sido generalmente producidas por personas con preparación en ciencias, ingenierías, tecnologías o matemática. Todas estas ramas requieren trabajar con información cuantitativa, desarrollar la imaginación y el razonamiento abstracto.

Las ingenierías y las ciencias aplicadas, que incluyen la producción agropecuaria y la informática, son las áreas profesionales en donde se tienen mejores posibilidades de conseguir trabajo, tanto localmente, como internacionalmente.  Esto probablemente continuará siendo así en las próximas décadas. La transdisciplinariedad estará a la orden del día.  Por ejemplo: ya tenemos hermosos ejemplos en que agricultores, ingenieros agrónomos, informáticos, ingenieros electrónicos y de computadoras colaboran para desarrollar sistemas para la producción agropecuaria de precisión, con bajo impacto ambiental, alta productividad y mejora de condiciones para los trabajadores y los animales.

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