Conclusion

En las tareas del día a día, es muy importante la colaboración de los padres, ya

que todos tienen habilidades adquiridas muy valiosas para los niños, en esta

investigación se señala la importancia de enseñar normas y hábitos de higiene corporal en los

primeros años de vida y se proponen orientaciones para la práctica familiar y

educativa.

La rutina puede desaparecer, el hábito no, quedan las destrezas adquiridas y éstas

pueden aplicarse a actividades muy diversas y adaptarse a nuevas formas de hacer.

Por ello, los Hábitos de Higiene Corporal además de ser una necesidad para la vida,

es un medio de defensa ante muchas enfermedades que pueden dañarla. Es también

una actividad muy afectiva para los niños y que precisa de un adiestramiento.

Si la higiene es un acto gozoso y placentero, atendido con alegría por el adulto,

es posible que las nuevas experiencias puedan sustituir a las negativas anteriores. Los

hábitos relacionados con la higiene entonces tendrán dos vertientes:

Una de relación y

otra de educación.

La experiencia al realizar esta investigación fue satisfactoria, en todo momento

se contó con el apoyo incondicional del personal que labora en el preescolar desde el Directivo hasta el Personal Obrero y lo más importante se pudo constatar el interés que demostraban los Padres y Representantes con referencia al tema, al igual se Evidenció el aprendizaje de los niños y niñas en corto tiempo, ya que aún existe un trabajo minucioso en conjunto de escuela-familia para el reforzamiento de Hábitos de Higiene Corporal. Aunado a ello dicha ejecución de esta actividad quedó como propuesta a futuro para ser realizada en el primer trimestre del año escolar dentro de cada uno de las aulas donde se llevo a cabo el proyecto.

La escuela es el lugar donde los niños y las niñas pasan gran parte del día, si adquieren hábitos de higiene personal respecto a la escuela, es probable que estos se generalicen a los demás ámbitos de su entorno, para que esto ocurra, debe ella primera en reunir unas condiciones mínimas que hagan un ambiente sano.

Así mismo, la escuela debe ofrecer la posibilidad de crear una verdadera conciencia para que tengamos una vida sana, garantizar servicios sanitarios, estimular los intercambios con la comunidad y brindar información suficiente para la preservación de la salud y la prevención de enfermedades.

El docente tiene la oportunidad de influir en la manera de pensar de los niños y niñas y de encaminar su acción, con el objetivo de alcanzar la salud individual y colectiva. Además, para que el aprendizaje y la educación sean posibles, es fundamental que éstos se encuentren en buen estado de salud, tanto física como emocional.

La escuela debe asumir un compromiso

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