La importancia del rol bibliotecario en el aprendizaje colaborativo en entornos informátizados

La importancia del rol bibliotecario en el aprendizaje colaborativo en entornos de interacciones informatizadas

Actualmente, en el ámbito educativo, se está reflexionando críticamente sobre el alcance e impacto real de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC’s) sobre el mismo, a la vez, que se reconceptualiza sobre los valores de las NTIC’s como herramientas que potencian el aprendizaje colaborativo y que exigen replantear el rol del bibliotecario escolar.

Se reconceptualiza el término aprendizaje y el uso de las NTIC’s como herramientas debido a que históricamente se evolucionó paradigmáticamente hacia la Posmodernidad, que ya no posee un único y lineal curso, sino, contrariamente, una proliferación de puntos de vista debido a la creciente comunicación e interdependencia económica, tecnológica y sociocultural a escala global; y contingencias, debido a la especulación monopolizada y el consumismo. Es decir, que los principios del ámbito educativo que fueron heredados de la Modernidad, deben ser sincronizados para preparar generaciones que puedan afrontar críticamente las problemáticas gnoseológicas/cognoscitivas que el contexto actual les genera.

La escuela como agente socializador y el bibliotecario escolar como mediador cultural e integrante clave de la comunidad educativa, deben poder resolver las siguientes cuestiones:

• ¿Cómo se aprende si no es utilizando la forma lineal unidireccional-dimensional?

• ¿Cómo se puede permanecer actualizado invadido por un vasto caudal informativo que evoluciona rápidamente? ¿Cómo puede evitarse el obsoletismo en los contenidos escolares?  

• ¿Cómo se puede elaborar un criterio acerca de una cuestión en ausencia de una comprensión completa?

• ¿Qué y cómo se puede aprender estando en sintonía con una realidad sociocultural influida y construida con las herramientas culturales informáticas?

• ¿Cuáles son las fuentes gnoseológicas válidas para aprehender?

• ¿Cómo cumplir con las prescripciones del curriculum integrado o interdisciplinar que exige la interconexión de las disciplinas?

• Si los estudiantes, siguiendo la concepción constructivista, crean conocimiento mientras comprenden sus experiencias, seleccionando y persiguiendo su propio aprendizaje ¿Cómo se los prepara ante una realidad compleja?

• Ante la amplia demanda de atención, por parte de los distintos medios y la web ¿Cómo se atrae el interés de los estudiantes por los conocimientos escolares? ¿Cómo competir con un mercado cultural que promociona consumos indiferenciados y masivos y sobre-estimula perceptualmente?

Ante estas preguntas, la alternativa que responde didáctica y pedagógicamente es el aprendizaje colaborativo.

Siguiendo a Zañartu Correa (2003) este método de aprendizaje consiste, principalmente, en la construcción colectiva de conocimientos mediante la interacción de los estudiantes con un plano sociocultural y experiencias mediados por las NTIC’s, promoviendo el intercambio y la colaboración interactiva, pilares de una educación emancipadora y actual. A través de la internalización del conocimiento en el uso de las mismas herramientas culturales que nos están definiendo y moldeando cognitivamente y que son esenciales para la inclusión de los estudiantes en el presente y la marca que los diferenciará en el futuro.

Como gestor de la información y mediador cultural en la institución escolar, la biblioteca escolar debe ser, entonces, la encargada de desarrollar la alfabetización informacional, competencia informativa imprescindible que guiará y complementará el aprendizaje en entornos mediados informáticamente.

La American Library Association (citado por De Lorenzo, 2012) presenta las condiciones que conforman al alfabetizado informacionalmente: “para ser competente con respecto a la información un individuo debe reconocer cuándo es ésta necesaria, y tener la capacidad de localizar, evaluar y usar de forma efectiva la información que se requiere [...] La gente preparada en este aspecto es, finalmente, la que ha aprendido a aprender. Saben cómo aprender porque saben cómo se organiza la información,  cómo encontrarla, y cómo usar la de forma que otros puedan aprender de ellos”. Con esta definición puede decirse que el maestro bibliotecario enriquece el aprendizaje mediante  esta enseñanza poderosa, ya que “crea una propuesta original que nos transforma como sujetos y cuyas huellas permanecen” (Maggio, 2013, p. 46).

El aprendizaje colaborativo permite desplegar una forma creativa y activa de alfabetización informacional por medio del uso efectivo y la interacción experimental de las NTIC’s que permiten construir destrezas informativas que permitirán formar usuarios autónomos y capacitados en:

• Dominar los motores y estrategias de búsqueda;

• Conocer y diferenciar los distintos tipos de contenidos, su calidad y fiabilidad;

• Encontrar, localizar, recuperar, comprender, evaluar, utilizar y producir nueva información o conocimiento, desde una postura ética, independiente de los soportes, los tipos de información o la organización de los contenidos.

Estas habilidades son imprescindibles para mantener actualizados los conocimientos teniendo en cuenta a González (citado por Siemens, 2005), quien señala que “La “vida media del conocimiento” es el lapso de tiempo que transcurre entre el momento en el que el conocimiento es adquirido y el momento en el que se vuelve obsoleto. La mitad de lo que es conocido hoy no era conocido hace 10 años. La cantidad de conocimiento en el mundo se ha duplicado en los últimos 10 años y se duplica cada 18 meses de acuerdo con la Sociedad Americana de Entrenamiento y Documentación (ASTD, por sus siglas en inglés). Para combatir la reducción en la vida media del conocimiento, las organizaciones han sido obligadas a desarrollar nuevos métodos para llevar a cabo la capacitación.”

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