Resumen sobre Quintanilla y la democracia tecnológica

Democracia tecnológica

Para entender un concepto complejo como lo es “democracia tecnológica” nos remitimos al texto de Quintanilla (2002) titulado: “La democracia tecnológica”, en este, podemos establecer un horizonte conceptual el cual permita comprender la realidad de esta definición y sus diversos aspectos.

Como un aspecto principal, es necesario decir que las políticas tecnológicas se empezaron a abrir un camino dentro de las agendas de los gobiernos y las diferentes organizaciones; el autor establece tres relaciones para comprender la conexión entre política y tecnología, considerando a la tecnología como marco condicionante, instrumento y objetivo de la acción política (Pág. 638).

Considerar a la tecnología como marco condicionante de las diversas acciones políticas significa que las TIC establecen unas nuevas practicas sobre las cuales la lógicas del sistema social se va a basar resaltando aspectos económicos, sociales y culturales. La tecnología se va a considerar como un marco de conexión entre los representantes políticos y ciudadanos, sin embargo, el desarrollo de la democracia relacionada con la tecnología debe constituirse más allá de crear sistema de votos o de consultas para los ciudadanos, si no, poner en disposición el conocimiento tecnológico a disposición de la ciudadanía y que estos a su vez aporten al desarrollo de estas -las tecnologías-. No obstante, esto tiene serias dificultades a la hora de plasmarlo en la realidad.

La tecnología como instrumento de la acción política significaría considerar que “[…] los medios tecnológicos permiten alcanzar e incluso concebir fines para la acción política que de otra forma serían impensables” (Quintanilla, 2002, pág. 640) en esta relación la tecnología se considera como un medio y la política como el fin. Desde esta perspectiva, las tecnologías deben abrir un camino a la extensión de la democracia, resaltando la participación ciudadana como aspecto fundamental, sin embargo, esto conlleva a algunos conflictos los cuales se dirigen a el establecimiento de la cuestión ¿puede la ciudadanía comprender todo el conocimiento tecnológico? ¿es necesario? Estas problemáticas llevan a limitar a la ciudadanía a este conocimiento, vetándola de una completa participación democrática.

En un tercer aspecto, considerar a la tecnología como objetivo de la acción política será la definición de una “democracia tecnológica plena” puesto que se establecerá una participación de la ciudadanía en las decisiones sobre el desarrollo y control de las tecnologías, nos dice Quintanilla (2002):

Se tata de poder participar no solo en las decisiones acerca de qué debemos hacer a partir de las posibilidades que nos ofrece la tecnología disponible, sino también en las decisiones acerca de qué queremos poder hacer en el futuro gracias a las tecnologías que hoy nos proponemos desarrollar (644) .

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