Actitud Durante La Entrevista
Enviado por karlis1994 • 4 de Diciembre de 2013 • Ensayo • 2.326 Palabras (10 Páginas) • 599 Visitas
ACTITUD DURANTE LA ENTREVISTA
La entrevista profesional se distingue y caracteriza por una técnica especial. Los resultados obtenidos en la misma están íntimamente ligados a la capacidad, habilidad y condiciones personales del entrevistador. Es un método directo que reclama la comunicación de dos personas que comparten un problema mutuo. Está el entrevistador, preocupado por el problema que van a presentarle, por el interrogatorio que debe formular, por las anotaciones que debe tomar. El entrevistado, cargado de ansiedad y temor, a quien preocupa extraordinariamente el tipo de preguntas que pudieran formularle.
El primer paso, en toda entrevista, es procurar establecer rápidamente la “empatía” o corriente de simpatía, seguridad o confianza que permitan al cliente o paciente exponer sus problemas con toda libertad. Es necesario, al estudiar la técnica de la entrevista, considerar las actitudes del entrevistador. El entrevistador no debe colocarse jamás en posición de juez frente a su interlocutor. No debe criticar su actuación, pensamientos o propósitos, sino orientarlos. Debe tener siempre que todo comportamiento es motivado por una causa que, cuando sea el momento propicio, le hará ver al cliente para poder orientarlo, previo análisis de los “pros” y “contras” observados.
Actitud profesional. Las relaciones entre el entrevistador y el entrevistado deben ser francas y cordiales, pero mantenidas siempre en un plano profesional. Debe evitarse en todo momento el “tuteo” y las conversaciones versadas sobre la vida o asuntos personales del psicólogo o trabajador social. Es muy conveniente que el cliente, sobre todo en el campo del trabajador social, conozca desde el primer momento el lugar o lugares donde pueda localizar el trabajador social, recomendándose que la dirección o direcciones ofrecidas sean de las oficinas, despachos, clínicas, etc., pero nunca la casa particular, salvo muy contadas excepciones.
Observación. Es necesario observar cuidadosamente la actitud y expresiones del cliente durante la entrevista. El investigador deberá anotar las frases o asuntos que repite o aquellos en que insista, así como lo que dice al principio y fin de la entrevista.
El cliente trata, muchas veces, de evadir comentarios sobre determinado asunto, lo cual debe ser observado por el técnico, pero no es recomendable, en psicología ni en trabajo social, insistir abiertamente sobre el problema.
Interrogatorio. Una de las principales características de la entrevista profesional es el interrogatorio. El interrogatorio debe ajustarse a las necesidades específicas. En las estaciones de policías, en los juzgados, en los exámenes, en las agencias de empleo, etc., se interroga, pero en cada lugar las preguntas tienen un objetivo definido y un matiz especial.
El psicólogo y el trabajador social tienen que “dosificar” y seleccionar el interrogatorio de acuerdo con el problema y con la personalidad del cliente. Las preguntas deben perseguir la obtención de información necesaria y la orientación de la conversación cuando ésta se desvíe del propósito central. Deben preferirse las preguntas que no conduzcan a respuestas de monosílabos. Si estamos discutiendo con el cliente un problema relacionado con su presupuesto familiar, a fin de ayudarlo por medio del servicio social, le preguntamos si 40 pesos serían suficientes, la respuesta será probablemente, sí o no; pero si en lugar de formular de esa manera la pregunta, nos interesáramos por: ¿Cuánto necesitará aproximadamente para cubrir sus necesidades?, provocamos una respuesta elaborada, explícita, que expresa muchas de sus opiniones y reservas, su capacidad para administrar o distribuir un presupuesto, etc., ofreciendo a la vez oportunidad al entrevistador de opinar y orientar. Si a una madre le preguntamos si quiere a todos sus hijos por igual, con toda seguridad responderá que sí, aunque sea notoria su predilección por uno. Si en lugar de interrogarla en esa forma inadecuada, nos interesáramos por conocer ¿Cuál o cuáles de sus hijos se preocupan más por ella?, le daremos margen para que, indirectamente, demuestre sus preferencias; de estos hijos contará episodios agradables.
Lenguaje y comentarios. En la conversación, durante la entrevista, debe emplearse un léxico acorde con la cultura y preparación del cliente. En general, se debe hablar correctamente. Hay la tendencia a abusar de las expresiones familiares o muy “populares”. Es también un error el tratar de expresarnos en términos muy técnicos cuyo significado no puede estar al alcance del cliente, resultando este tipo de expresión, por lo general, incomprensible, y hasta chocante, para el paciente.
El entrevistador debe evitar los comentarios siempre que sea posible, sobre todo cuando no se refieran exclusivamente al cliente o respondan a un deseo manifiesto del mismo.
Anotaciones. Cuando el entrevistador utiliza en su oficina el sistema de descansos breves entre cada entrevista, puede anotar fácilmente, fuera de la presencia del cliente, los datos que considere de mayor importa. Cuando por el contrario, una entrevista sucede a la otra, necesita hacer anotaciones en presencia del propio paciente.
Se ha discutido mucho sobre las ventajas y desventajas de este sistema. De acuerdo con algunas opiniones, el tomar notas en presencia del entrevistado puede ser interpretado por éste como falta de atención concentrada a sus problemas, toda vez que el entrevistador escribe a la par que el entrevistado habla; otras veces piensa que las anotaciones pueden comprometerlo y, para eliminar esta duda, hay que explicarle el carácter confidencial de toda entrevista profesional.
Reserva. Antes de cada entrevista debe advertirse al aliente que su información será considerada como confidencial. El psicólogo, el trabajador social, el psiquiatra, etc., están en la obligación de ofrecer esta seguridad al entrevistado. Es necesario, por la ética y prestigio de dichas profesiones, que este aspecto se cumpla íntegramente. La capacidad de estos técnicos debe permitirles interpretar el concepto del límite.
Duración. No hay unidad de opiniones en lo que respecta a la duración de la entrevista. No hay oficinas o agencias que, sobre todo para la primera entrevista, asignan una hora fija, estimando conveniente que el cliente sepa de antemano el tiempo que se le va a dedicar. En numerosas ocasiones se ha podido comprobar que esta medida contribuye a calmar la ansiedad del paciente, quien organiza mejor los asuntos que desea exponer.
Interés. El entrevistador debe mostrarse interesado en los problemas que exponga el cliente. Cuando esta impresión es captada por el por el entrevistado, se obtiene fácilmente la cooperación y confianza necesarias para la orientación del caso. Por otro lado, el cliente se siente
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