Análisis crítico basado en la entrevista a Secretario Ejecutivo Carlos Henríquez: "El desafío es tener un sistema integral de evaluación para la mejora educativa"

IEDE Business School Universidad Europea de Madrid

Magister en Gestión Educacional

Taller de Gestión Educacional

Análisis crítico basado en la entrevista a Secretario Ejecutivo Carlos Henríquez:

"El desafío es tener un sistema integral de evaluación para la mejora educativa"

                                                     Fecha  :  26 de junio, 2016

        La calidad de la educación chilena ha sido severamente cuestionada en la última década.  Tanto así que los estudiantes se han manifestado fuertemente, por ejemplo, en el año 2006 con lo que fue llamado la revolución "pingüina", poniendo en evidencia que el sistema educativo necesitaba urgentes reformas.  En el año 2011 se crea el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Escolar (SAC) con el diseño de dos nuevos organismos:  La Agencia de Calidad de la Educación y la Superintendencia de la Educación.    Este escrito intentará reflexionar sobre la calidad de la educación en Chile considerando el concepto de calidad de la Agencia de Calidad de la Educación (ACE), sus instrumentos e indicadores, las fortalezas y debilidades de su propuesta, y por último los aspectos que no considera al momento de evaluar la calidad de los colegios.

         En primer lugar es importante analizar el concepto de calidad de la educación que

considera el SAC.  Este estable que el concepto de calidad es un proceso formativo integral que consiste en considerar la totalidad de las dimensiones del ser humano como ser la espiritual, la ético-moral, la cognitiva o intelectual, la afectiva, la artística y la de desarrollo físico, entre otras.  Todas ellas orientadas a proveer igualdad de oportunidades y equidad para garantizar que los ciudadanos puedan ser autónomos, responsables, proactivos y críticos.  Cabe destacar que este concepto parece ser muy razonable.  Sin embargo, habría que analizar de qué forma este concepto se ha definido.  Según Aguerrondo ( 2015), se debe tener en cuenta las dimensiones y ejes que definen la calidad.  Aguerrondo conviene en dos grandes dimensiones:  la dimensión político-idiológica y la técnico-pedagógica. Convendría analizar si el concepto de calidad de la educación que da el SAC considera rigurosamente estas dimensiones y/o en qué medida las ha definido y explicitado.  Podría considerarse que el concepto de calidad propuesto por el SAC no está lo suficientemente definido ni explicitado ya que hay ejes de las dimensiones que no se toman en cuenta o son muy generales.  A modo de ejemplo, considérese lo que el sistema cultural demanda del sistema educativo:  Identidad nacional.  ¿Se considera de algún  modo explicito y normado la transmisión de valores con el fin de asegurar la reproducción de la sociedad en que funcionamos?  Ciertamente que la respuesta sería no.  En tanto el sistema educativo no considere todos los ejes que subyacen de las dimensiones antes mencionadas, será difícil no caer en la mera evaluación cuantitativa del aprendizaje, es decir, la medición del aprendizaje.  Según Aguerrondo (2015), debe tenerse en cuenta que lo que es calidad para

algunas sociedades no lo es para otras, y que además debe pensarse que los tiempos  cambian y las sociedades también.  En las palabras de Bellei, C., Raczynski, D., Muñoz, G., Pérez, L (2004), " En la actualidad, el desafío clave es la calidad de los aprendizajes y la equidad de su distribución".  Anteriormente el foco estaba en la acceso al sistema educativo y en su retención (Bellei, C., Raczynski, D., Muñoz, G., Pérez, L., 2004).  Por lo tanto, el sistema educativo debiera intentar actualizarse de forma más rápida a estos cambios que ciertamente se traducen en grandes desafíos y en una necesidad de tener claro que se considera como calidad de la educación, para luego poder evaluarla.

         En segundo lugar, es importante saber que la función de la Agencia de Calidad de la Educación es evaluar los logros de aprendizaje, los Otros Indicadores de Calidad y el desempeño de las escuelas, con el objetivo de poder orientarlas tanto en su quehacer institucional como pedagógico e informar a la comunidad escolar de estos procesos, según se establece en Mineduc (Agencia de Calidad de la Educación - Marco legal).  Los instrumentos que utiliza la ACE son cuantitativos y cualitativos considerando todos los agentes de la comunidad escolar (docentes, directivos, estudiantes, asistentes de la educación, padres y apoderados).  Ciertamente que el SIMCE y la PSU son los instrumentos más conocido por la comunidad nacional.  Existen otros instrumentos del orden más cualitativos como son las encuestas, pero por alguna razón SIMCE y PSU son los más conocidos y socializados.  Podría decirse que estos instrumentos tienen más relevancia para la comunidad ya que sus resultados tienen incidencia directa e inmediata en lo que al parecer la sociedad interpreta como eficiencia y eficacia de las instituciones educacionales.  Cabe preguntarse si estos instrumentos son los más idóneos para medir la calidad.  En la opinión de la que escribe, esto no es así.  A modo de ejemplo, considérese la prueba SIMCE de inglés.  Esta prueba mide el nivel de inglés de los estudiantes considerando en su instrumento ítems que miden solo habilidades receptivas del idioma (la auditiva y la lectora).  Sin embargo, el objetivo que propone el ministerio de educación en sus bases curriculares es que los estudiantes se expresen en situaciones cotidianas en el idioma inglés.   Se entiende que medir las habilidades productivas asume un mayor costo y tiempo, pero entonces debería considerarse que es un instrumento que no está midiendo lo que debiera, por lo tanto, no sería válido.  Cabría la reflexión de para qué continuar utilizándolo.  

         Ciertamente, es necesario revisar la calidad y validez de los instrumentos, como así también la cantidad y frecuencia con que se aplican. Sería conveniente concentrarse en otros instrumentos que midan el clima de convivencia escolar, la formación ciudadana, la autoestima académica, entre otros, y no concentrarse tanto en la medición de contenidos.  Es obvio que existe una necesidad de evaluar y para ello se deben construir buenos instrumentos para que los resultados que arrojen puedan ser analizados y así poder tomar decisiones apropiadas que apunten a la calidad en la educación.  Sin embargo, más significativo debería ser el proceso que el resultado final.  Según McKinsey ( 2010), las intervenciones más significativas que han incidido en el acercamiento a la calidad son las de naturaleza procesual más que las de estructura y recursos.  Igualmente, y en la misma línea, De la Vega (2010) sostiene que "una evaluación que se oriente a reconocer y a juzgar el mejoramiento educativo, necesariamente obligará a observar procesos, ampliar las fuentes de información y sus métodos de recolección ... para evaluar de manera completa y justa este fenómeno".

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