Analisis Critico

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA

DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL

DECANATO DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO

NUCLEO PORTUGUESA EXTENSIÓN ACARIGUA

ANÁLISIS CRÍTICO DEL TEXTO

“LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA

LA EDUCACION DEL FUTURO”

MORIN año 2000.

ENSAYO

Maestrante: Pernía C., Ynés Zoraida

C.I. Nº 8.705.278

Acarigua, Abril de 2010

PRESENTACION DEL PRIMER PRODUCTO

El autor, Edgar Morín (2000) en su obra titulada “Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro” guarda una estrecha relación con la temática planteada, por ello, ha sido seleccionado como parte de la bibliografía, que después de realizada la revisión y el análisis de los capítulos del mismo, pues aporta valiosamente a la investigación ya que nos muestra todos los elementos a tomar en cuenta para tener una educación de calidad en el futuro sin olvidar la condición humana del individuo como ente constructor de su conocimiento.

JUSTIFICACION

En estos momentos la educación debe dar importancia a la evolución de la conciencia individual y colectiva de profesores y estudiantes, así como también la evolución transdisciplinar de la universidad haciendo énfasis en la integración, transformación y superación de saberes, que permitan comprender las complejas realidades de este mundo actual.

Significa entonces, que la educación es un medio privilegiado de crecimiento personal del individuo humano y de la comunidad; en este desafío que significa la educación, cada uno de los que intervienen en ella tiene ante sí el reto de descubrir los valores que fundamentan la propia existencia y su sentido pleno, de manera que, valores y educación son un binomio indisoluble para hacer de la enseñanza un compromiso social destinado a reforzar el progreso social, por consiguiente las universidades deben preparar a los futuros profesionales para que sean capaces de utilizar sus conocimientos no solo en el contexto científico, tecnológico o económico, sino poderlo aplicar en la solución de necesidades sociales más amplias, que incidan de manera determinante en un desarrollo más humano y sostenible.

Es por esto que el aula de clase se considera un ambiente humano en el que interactúan personas que asumen dos roles: los participantes que están en el proceso de adquisición y/o construcción del conocimiento de orden académico, personal y social que deben demostrar competencias en el aprendizaje de estos conocimientos y los docentes que guían, median o facilitan el proceso académico, empleando modelos teóricos, pedagógico como el cognoscitivismo, humanismo, constructivismo, entre otros. Ello significa que, en este ambiente de interacción entre personas, el aula de clases, puede ser vista como un entorno de carácter sistémico en el que cada componente afecta al resto.

Por consiguiente, el éxito del proceso académico puede depender más de las condiciones para el intercambio y la cooperación de los cuales se deriva la dinámica y menos del fundamento psicológico y pedagógico que adopte el docente.

En este orden de ideas, se ha tomado el libro “Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro”, de Morín (2000) que guarda una estrecha relación con la temática planteada, por ende, todo el texto tiene aporte significativos y fortalecen la investigación que lleva como título tentativo: “Proceso académico de aula. Orientaciones prácticas desde el enfoque ético-social y socio- constructivista en educación superior” lo cual justifica el análisis de éste, puesto que, los siete saberes fundamentales que el hombre ha conocido y descuidado se requiere retomarlos para alcanzar y promover valores y principios en educación que hagan posible optimizar la formación humana ante los retos del siglo XXI.

VINCULACION Y APORTES

De acuerdo a los razonamientos que se han venido realizando, se desprende que las instituciones de Educación Superior deben formar a los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos bien informados y profundamente motivados, provistos de un sentido crítico, capaces de analizar la realidad y con habilidades de transferir conocimiento para de así participar en la solución de problemas de su entorno.

Es allí, donde Morín en el capítulo I y II de su libro dice que “la educación debe mostrar que no hay conocimiento que no este, en algún grado, amenazado por el error y por la ilusión”… esto permite corroborar que cada persona dependiendo del contexto en el que se encuentre puede construir su propia verdad que va acompañada de los errores mentales, intelectuales y de la razón que lo lleva a la ilusión.

Se debe tener presente, que la verdad no es absoluta y que siempre se está a la búsqueda de ella, en efecto, la realidad y el conocimiento sufren una reconstrucción continua a medida que las ideas evolucionan. Se necesita que se cristalice y se radique un paradigma que permita el conocimiento complejo; es por ello que la educación debe transformarse para que estos profesionales que se forman en nuestras universidades puedan llevar respuestas justas a la sociedad que reclama solución a sus planteamientos.

En igual forma, para que el conocimiento sea pertinente, los docentes de esta era deben estar inmerso en una realidad que transforme su conciencia, reconocer que existe una realidad social, por lo tanto el conocimiento se construye tomando en cuenta que hay realidades distintas en cada contexto donde este se desenvuelve, es decir, el ser humano o la sociedad son multidimensionales, porque existe una relación entre el conocimiento y el medio externo, la realidad externa en la cual el ser humano vive y convive.

De la misma manera, el ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico, así lo expresa Morín en su tercer capítulo, en donde hace una reflexión de lo que es el hombre en su total dimensión, lo que conlleva a enseñar la condición humana.

Nos olvidamos que cada individuo posee una identidad que debe ser respetada y esta identidad individual asociada

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