Aprendizaje Basado En Problemas

Es la segunda vez, durante mi permanencia en la maestría, que consulto un material relativo al aprendizaje basado en problemas sin embargo este tema me sigue pareciendo fascinante. Pues creo que la escuela tendría más y mejores resultados si en determinados momentos encaminara todos sus esfuerzos a fortalecer experiencias basadas en esta metodología.

Sintetizando la a escuela es un gran simulador de la vida, es donde se practica todo lo que se aplicará en un tiempo futuro a nivel personal, académico, técnico y hasta filosófico. La vida está plagada de problemas. Es por ello que encaminar al alumno a cuestionar una situación compleja hasta encontrar la respuesta abona mucho a su formación, primero, como individuo y, luego, como estudiante pues llega incluso a vincularse con el compromiso, la responsabilidad, los aprendizajes significativos, la indagación y las estrategias mentales individuales para lograr la comprensión.

Trabajar con este método implica saber combinar de forma pertinente todos los elementos disponibles en cuanto inicia la enseñanza aprendizaje. Un ejemplo de ello es cuando los docentes eligen situaciones problemáticas que ofrezcan posibilidades de aprendizaje, tienden a examinar su planes de trabajo y los medios que les permitan establecer un vínculo con la sociedad.

De hecho, me atrevería a decir varios de las dificultades que existen en la escuela pueden resarcirse si cada vez más maestros usamos el método de aprendizaje basado en problemas. Sin embargo aunque existe la preocupación de los docentes por generar un fuerte vínculo entre lo escolar y la vida cotidiana dicho nexo no logra establecerse. La escuela aparece como desfasada, tardía, poco útil para cubrir las necesidades de aprendizaje que la sociedad demanda.

Otro factor que, poco aporta al uso adecuado del aprendizaje basado en problemas es el escaso conocimiento de su aplicación. Digo lo anterior situada desde mi posición personal como profesora, puesto que a pese a mis múltiples intentos por llevar a cabo procesos dentro de esta dinámica de trabajo he tenido logros mínimos. Intuyo que es por mi falta de pericia y porque, como coloquialmente se dice, tal vez el hábito no hace al monje y requiero seguir practicando hasta lograrlo. Probablemente deba afianzarme con mayor firmeza a la pregunta más breve y pertinente para este caso: ¿por qué?

Aprender a partir de la resolución de problemas cotidianos, dando pistas, completando información me parece un asunto teóricamente irresistible ya que reconozco el valor que tiene llevar al alumno a aprender de dicha forma, sin embargo, me siento un tanto lejana de los beneficios que da dicha metodología. Estoy completamente convencida de que resulta útil hacer ejercicios que permitan al alumno pensar, cuestionar, desarrollarse, proponer y ayudara la comunidad que lo rodea. El reto es grande pero no lo abandono. Lo pauso mientras me nutro de información.

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