Bueno Para Comer

INTRODUCCION.

A lo largo y ancho de este mundo hay pueblos y culturas que detestan, incluso hasta el límite de la repugnancia, alimentos que para otros son perfectamente aceptables, la definición de lo que es “bueno para comer” no puede basarse sólo en la fisiología de la digestión, sino que debe contar con las tradiciones gastronómicas de cada pueblo y su cultura alimentaria. En este libro nos muestra cómo los alimentos preferidos son aquellos que presentan una relación de costes y beneficios prácticos más favorable que los alimentos evitados (malos para comer) y que la arbitrariedad de los hábitos alimentarios puede explicarse mediante elecciones relacionadas con la nutrición, con la ecología o con dólares y centavos.

En este ensayo hablaremos de como en las diferentes partes de mundo los humanos están acostumbrados a comer todo tipo de comida ya que es la que abunda en su lugar donde residen después de haberse vuelto sedentarios aunque también nos habla de que por ejemplo en algunas partes las personas no les gusta comer carne porque creen que es algo malo en contra de los animales y prefieren no comer carne pero el autor nos muestra los dos puntos de vista tanto en no comer animales, pero también lo que pasa al no comer carne ya que la carne proporciona proteínas que las verduras no tienen y que si no se consumen el cuerpo se debilita y se enferma.

También desde el otro punto de vista de él no comer animales hay países que inclusive adoran a los animales como si fueran dioses como por ejemplo la India en donde está prohibido comer carne de vaca porque ellos ven a la vaca como algo sagrado que inclusive es más cuidado que a ellos mismos de hecho había dos estados en la India en los que si se podía comer carne pero fue tanta la presión de los demás estados que el gobierno de tuvo que cambiar la ley en esos dos estados, por obvia razón la India es uno de los países con más población de vacas en el mundo pero estas vacas se están volviendo viejas.

También en otros capítulos nos habla de cómo se ha evolucionado porque se creía que el humano se hizo carnívoro sin ningún motivo pero se ha demostrado que esto fue parte de la evolución del humano ya que se han hecho estudios en los que se demuestras que ciertas especies de monos aun en la actualidad se alimentan de carne ya sea de insectos o animales más pequeños.

Hay otro parte del libro de la que nos habla sobre otras alternativas que hay para conseguir los nutrientes necesario para la supervivencia que son los granos que se incluyen los cacahuates nueces etc ya que se ha demostrado que tiene la suficiente carga calórica para mantener el cuerpo humano con la energía necesaria para que funcione correctamente de hecho los cacahuates pueden mantener al cuerpo pero a pesar de ser tan pequeños de hecho no se necesita comer gran cantidad solo una pequeña porción.

Otra parte del libro nos habla del consumo calórico que hay a nivel mundial que de hecho se cree que en estos tiempos se debe reducir el consumo de de proteínas pero lo que se debe hacer es llevar una alimentación balanceada ya que hablan de reducir el consumo de proteínas como la carne cuando hay países en el mundo donde no se pueden dar el lujo de comer carne ni siquiera un solo día a la semana por eso es que dicen que lo mejor es llevar una alimentación balancead y proponer soluciones para que los países en extrema pobreza puedan comer carne y obtengan los nutrientes necesario para su supervivencia, claro esto sería un poco más difícil de lograr ya que por ejemplo volviendo a la controversia de India en donde como mencionamos antes está prohibido comer carne, du población es de las mas desnutridas del mundo debido a este fanatismo por los animales en especial la vaca.

Por lo que en el ensayo de hoy hablaremos de las diferentes maneras de comer y la comida que hay en mundo desde la época prehistórica hasta nuestros tiempos y como hay diferentes maneras de hacer ahora los alimentos y cuales son ahora las comidas buenas (buenas para comer) y las que son dañinas (malas para comer).

¿Bueno para pensar o bueno para comer?

Desde una óptica científica, los seres humanos son omnívoros: criaturas que comen alimentos de origen animal y vegetal. Como hacen otros animales de esta índole ―por ejemplo, cerdos, ratas y cucarachas―, satisfacemos las necesidades de nuestra nutrición consumiendo una gran variedad de sustancias. Comemos y digerimos toda clase de cosas, desde secreciones rancias de glándulas mamarias a hongos o rocas (o si se prefieren los eufemismos, queso, champiñones y sal). No obstante, como otros casos de omnivorismo, no comemos literalmente de todo. De hecho, si se considera la gama total de posibles alimentos existentes en el mundo, el inventario dietético de la mayoría de los grupos humanos parece bastante reducido. Dejamos pasar algunos productos porque son biológicamente inadecuados para que nuestra especie los consuma.

Todo esto quiere decir que no es asunto fácil calcular los costes y beneficios que subyacen a las preferencias y evitaciones alimentarias. Se debe insertar cada producto alimenticio desconcertante en el marco de un sistema global de producción alimentaria, distinguir entre las consecuencias a corto y a largo plazo, y no olvidar que los alimentos no son sólo fuente de nutrición para la mayoría, sino también de riqueza y poder para una minoría.

La idea de que los hábitos alimentarios son arbitrarios se ve reforzada por la existencia de preferencias y evitaciones desconcertantes que casi todo el mundo considera poco prácticas, irracionales, inútiles o nocivas. Mi estrategia en este libro será asaltar estas ciudadelas ―conquistar los casos más desconcertantes― y demostrar que pueden explicarse mediante elecciones relacionadas con la nutrición, con la ecología o con dólares y centavos. Es posible que algunos sospechen que he elegido solamente aquellas ciudadelas de la arbitrariedad cuyos defectos mortales conocía de antemano.

2. Ansia de carne

Imagínese una cola de personas vestidas con impermeables raídos, provistas de un paraguas en una mano y de una colección de bolsas y carteras en la otra. A medida que avanzan arrastrando los pies en el gris amanecer, las de delante dejan sitio, de mala gana, a mujeres que están embarazadas o llevan un niño en brazos; las de detrás refunfuñan y hacen chistes sobre almohadones bajo los vestidos y niños que se toman prestados por una mañana.

En cuanto a las calorías, consumían más de 3.000 per cápita y día. En comparación, el consumo de proteínas de origen animal en los Estados Unidos ascendió en 1980 a 65 gramos por persona y día ―tan sólo

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