Bueno Para Comer
Enviado por maria_isabel999 • 16 de Julio de 2015 • 1.757 Palabras (8 Páginas) • 277 Visitas
Desde una óptica científica, los seres humanos son omnívoros:
criaturas que comen alimentos de origen animal yvegetal.
Como hacen otros animales de esta índole -por ejemplo.
cerdos, ratas y cucarachas-, satisfacemos las necesidades de
nuestra nutrición consumiendo una gran variedad de sus;
tancias. Comemos y digerimostoda clase de cosas, desde secreciones
rancias de glándulas mamarias a hongos o rocas
(o si se prefieren los eufemismos, queso, champiñones y
sal). No obstante, como otros casos de omnivorismo, no comemos
literalmente de todo. De hecho, si se considera la
gama total de posibles alimentos existentes en elmundo, el
inventario dietético de la mayoría de los grupos humanos
parece bastante reducido. Dejamos pasar algunos productos
porque son biológicamente inadecuados para que nuestra
especie los consuma. Por ejemplo, el intestino humano sencillamente
no puede con grandes dosis de celulosa. Así, todos
los grupos humanos desprecian las briznas de hierba,
las hojas de los árboles y la madera (con excepción de brotes
y cogollos. como tallos de palma y de bambú). Otraslimitaciones
biológicas explican por qué llenamos con petróleo
los depósitos de nuestros automóviles, pero no nuestros esII
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tómagos, O por qué arrojamoslos excrementos humanos a la
alcantarilla en lugar de ponerlos en el plato (esperemos).
Con todo, muchas sustancias que los seres humanos no comen
son perfectamente comestibles desde un punto de vista
biológico. Lo demuestra claramente elhecho de que algunas
sociedades coman y aun encuentren deliciosos alimentos
que otras sociedades, en otra parte del mundo, menosprecian
y aborrecen. Las variaciones genéticas sólo pueden explicar
una fracción muy pequeña de esta diversidad. Incluso
en el caso de la leche, que examinaremos más adelante, las
diferencias genéticas no aportan, por sí solas. sino una explicación
parcial del hecho de que a unos grupos les guste
beberlay a otros no.
Si los hindúes de la India detestan la carne de vacuno,
los judíos y los musulmanes aborrecen la de cerdo y los
norteamericanos apenas pueden reprimir una arcada con
sólo pensar en un estofado de perro, podemos estar seguros
de que en la definición de lo que es apto para consumo
interviene algo más que la pura fisiología de la digestión.
Ese algo más son las tradiciones gastronómicas de
cada pueblo, su cultura alimentaria. Las personas nacidas
y educadas en los Estados Unidos tienden a adquirir há-
bitos dietéticos norteamericanos. Aprenden a disfrutar de
las carnes de vacuno y porcino, pero no de las de cabra o
caballo, o de las de larvas y saltamontes. y con absoluta
certeza no serán aficionadas al estofado de rata. Sin embargo,
la carne de caballo les gusta a los franceses y a los
belgas; la mayoría de los pueblos mediterráneos son aficionados
a la carne de cabra; larvas y saltamontes son
manjares apreciados en muchísimos sitios. y según una
encuesta encargada por el Servicio de Intendencia del
ejército estadounidense, en cuarenta y dos sociedades
distintas las gentes comen ratas. Los antiguos romanos se
encogían de hombros ante la diversidad de tradiciones
alimentarias que coexistían en su vasto imperio y seguían
fieles a sus salsas preferidas a base de pescado podrido.
"Sobre gustos -venían a decir- no hay nada escríro.»
Como antropólogo, también suscribo el relativismo cultural
en materia de gustos culinarios: no se debe ridiculizar
ni condenar los hábitos alimentarios por el mero hecho
de ser diferentes. Pero esto deja todavía un amplio
margen a la discusión y la reflexión. ¿Por qué son tan distintos
los hábitos alimentarios de los seres humanos?
¿Pueden ros antropólogos explicar por qué aparecen determinadas
preferencias y evitaciones alimentarias en
unas culturas y no en otras? Creo que sí. A lo mejor no
en todos los casos, ni hasta el último detalle. Pero, en general,
las gentes hacen lo que hacen por buenas y suficientes
razones prácticas y la comida no es a este respecto
una excepción. No intentaré ocultar el hecho de que
este punto de vista no goza de popularidad hoy día. Según
la teoría de moda, los hábitos alimentarios son accidentes
de la historia que expresan o transmiten mensajes
derivados de valores fundamentalmente arbitrarios o
creencias religiosas inexplicables. En palabras de un ant
tropólogo francés: «Al examinar el vasto ámbito de los
simbolismos y representaciones culturales que intervienen
en los hábitos alimentarios humanos, se ha de aceptar el
hecho de que, en su mayor parte, son verdaderamente difíciles
de atribuir a nada que no sea una coherencia intrínseca
que es fundamentalmente arbitraria». La comida,
por así decirlo, debe alimentar la mente colectiva antes de
poder pasar a un estómago vacío. En la medida en que
sea posible explicar las preferencias y aversiones dietéticas,
la explicación «habrá de buscarse no en la índole de
los productos alimenticios», sino más bien en la «estructura
de pensamientos subyacentes del pueblo de que se
trate». O expresado de una forma más estridente: «La comida
tiene poco que ver con la nutrición. Comemos lo
que comemos no porque sea conveniente, ni porque sea
14 DUF.NO PARAC.oMEII. 1_¡SeTENO PARA PENSARa BL'ENO PARA COMER! 15
bueno para nosotros, ni porque sea práctico, ni tampoco
porque sepa bien».
Por mi parte, no abrigo la intención de negar que los alimentostransmitan
mensajes o posean significados simbólicoso
Ahora bien. ¿qué aparece antes.los mensajes y significados
o las preferencias yaversiones? Ampliando el alcance de
una célebre máxima de ClaudeLévi-Strauss, algunos alimentos
son «buenos para pensar» y otros «malos para pensar».
Sostengo. no obstante. que el hecho de que sean buenos o
malos para pensar depende de que sean buenos o malos
para comer. La comida debe nutrir el estómago colectivo antes
de poder alimentarla mente colectiva.
Permítaseme formular este punto de vista de una forma
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